Una de las quejas más frecuentes entre los directores de clubes es la falta de tiempo para abarcar todos los problemas que se generan en el día a día del club.
Por eso no me he podido resistir a aprovechar un fragmento del libro Es Nuestro Barco, del capitán de la marina americana Michael Abrashoff.
En él reconoce que los avances tecnológicos en los barcos de guerra han permitido que uno sólo de ellos pueda hacer al mismo tiempo seis tareas que antes sólo podá hacer de una en una, supervisada por el capitán.
“La única forma de conseguirlo -dice Abrashoff- es colocar al frente de cada tarea a un subordinado con experiencia, que sólo recurriría a mi si fuera imprescindible”.
Cada responsable lo es también de la formación de las personas a su cargo, y de los resultados finales.
“Al confiar yo en ellos para utilizar tanta autoridad también aprenden a confiar los unos en los otros (…). Lo marineros son leales a sus oficiales y quieren hacerles quedar bien, para que todo el departamento gane prestigio”.
Y yo me pregunto: Si es posible conseguir ese espíritu de trabajo entre marineros, que cobran sueldos más bajos que en la empresa privada y cuyo trabajo pasa casi siempre desapercibido, ¿quien dice que sea imposible sacar partido al tiempo que pasamos en el club?
Habrá que asegurarse de utilizar bien la receta de Abrashoff: confía, entrena y delega.
jueves, 11 de octubre de 2012
Confía, Entrena y Delega
Por: Daniel Asis
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