domingo, 9 de marzo de 2014

Objetivos nobles, objetivos lastre

Por: Iago Fraga

objetivos-lastre


Admítelo, de vez en cuando te llega esa sensación de no saber qué llevas haciendo en los últimos meses ni por qué narices aún no has sido capaz de tumbar ese objetivo que tanto tiempo lleva en tu lista.


Bien entendido, sólo hablo de una parte de tus objetivos aunque, desafortunadamente, se trata de la parte que más atención nos come.


El nacimiento de los objetivos


Imaginemos que empiezas hoy en la productividad personal, ¿de acuerdo? Yo te contaría esa historia de que hace falta que hagas un vaciado mental y de que pongas en ella todo lo que te preocupa.


A continuación, porque es más fácil gestionar cuánto menos tengas en paralelo, te propondría que intentases cerrar frentes de entre lo que tienes abierto. Te propondría poner fin a lo inútil, lo obsoleto y aquello que persigues pero que en realidad no te interesa. Ya sabes que la rutina, sin revisión periódica, acaba por conducirte a ninguna parte.


Lógicamente, detalle arriba, detalle abajo, la próxima etapa sería centrarse en a dónde quieres ir. Deberías fijarte unos objetivos que te importan, que te motivan y que realmente cuentan. Pagar las facturas no lo es, pero empezar a perseguir algo relativamente ambicioso, que hasta te da miedo escénico pero que te haría sentir verdaderamente increíble si lo lograses, eso ya es otra cosa. En este momento nacerían lo que ahora mismo bautizaremos tú y yo como “objetivos nobles”. Porque son la parte bonita de tus tareas, aquelle que si lo logras te cambia y la que sustituye la rutina por superación.


Pero paremos el carro. Saquemos una foto al instante y analicemos la situación. Mi pregunta en particular es la siguiente: ¿cuáles son, al acabar este proceso, tus objetivos actuales?


Objetivos nobles vs objetivos lastre


Creo que más de uno ya habéis adivinado por dónde van los tiros. Efectivamente, el error común es pensar que tus únicos objetivos son esos “objetivos nobles” que mencionaba antes. Cuando, con cierto optimismo, te propones objetivos tales como conseguir acabar un maratón o publicar una novela, estás haciendo lo correcto.


Sin embargo el problema de productividad viene después, en el día a día para intentar lograrlo. Y hoy me quiero centrar en un sólo aspecto que es la coordinación de objetivos.


Tu “objetivo noble” no cabe duda de que será difícil por sí mismo y hasta, en cierta medida, si no resulta complicado probablemente no acabe siendo tan interesante. Pero lo que no puedes ignorar es el hecho de que ése no es tu único objetivo. Aquí tienes una lista de objetivos que quieres a diario y que no figuran nunca en tus listas:



  • Comer 3 comidas al día

  • Sobrevivir

  • Mantener tu higiene personal

  • Tener buenas relaciones con gente próxima (ejemplo: acordándote de sus cumpleaños)



Nadie acaba el año diciendo “este año ha sido un gran año porque me he acordado del 100% de los cumpleaños”, pero en realidad sí es mejor que cuando no lo hacemos.


Tu lista de objetivos por lo tanto siempre será una sublista de cosas que ahora merecen un nivel especial de atención, pero no deberías frustrarte si no los consigues al 100% o pronto. Ten en cuenta que acabar un maratón es algo fascinante, pero sobrevivir a la carrera normalmente es algo también suele necesitar ser considerado.


Sé consciente del contexto


Como ves, incluso si tu lista de objetivos tiene tan sólo tres elementos (¡muy buen tamaño!), por innumerables razones en realidad tienes más.


Las últimas recomendaciones que me gustaría darte al respecto tienen por meta el no rendirse ante tan abrumador inconveniente:



  • Prepárate para optimizar los lastres

    Ahora ya sabes que existen objetivos divertidos (los nobles) y los objetivos lastre (ej: reparar una tubería). Cualquiera puede hacerte perder tiempo y ser ineficaz pero de hecho, pasamos más tiempo en todo ese lastre que trabajando en lo que nos gusta. Si optimizas el tratar el lastre, tendrás más tiempo para lo noble y acabarás con este segundo también antes.

  • Reduce la carga de otros proyectos de forma temporal

    Prepararte para unas olimpiadas puede exigir mucho. Sin ir más lejos, en mi propia universidad (INSA de Lyon, Francia) proponían una filial para atletas que querían aún así sacarse la carrera. Como acabar la carrera puede sobrepasar el nivel de exigencia compatible con una preparación olímpica, varios conseguían un equilibrio suficiente gracias a la posibilidad de hacer la misma formación pero extendida a lo largo de más años.

  • Adáptate constantemente

    Las grandes empresas siguen siendo líderes mientras son capaces de adaptarse. No puedes tener la misma fábrica para crear cámaras digitales que cuando producías carretes. Así que no te ancles en el pasado y predisponte a organizar nuevos retos con nuevas herramientas. Acuérdate de alternar fases de constructor con fases de minimalista.


¿Me he dejado algo? Ya sabéis que aquí importa tanto vuestra opinión como la mía, así que nos vemos en los comentarios.




» Ver el artículo en el blog



Tecnicas de Organizacion

De Iago Fraga en Técnicas de Organización





0 comentarios:

Publicar un comentario