domingo, 31 de julio de 2016

Cómo pasé de trabajar en una oficina gris a tener flexibilidad horaria y ganar 5.000€ al mes con mi proyecto

Por: Celia Espada
dejar trabajo de oficina

Este es un post de invitado de Celia Espada de elperrodepapel.com, una de mis alumnas del programa Autoridad Ascendente. En este post te contará su caso de éxito en el que pasó de trabajar en una oficina gris que no la hacía feliz a facturar más de 5.000€ al mes con cursos, infoproductos y servicios creados por ella misma. Lee con atención y aprende a seguir su camino.

Estoy aburrida de leer y escuchar una y otra vez la misma frase: “Vaya suerte ha tenido tal persona con su negocio online, ¡ojalá yo también pudiera!”.

Seguro que tú también, ¿verdad?

No te avergüences, aquí somos así. Pasamos más tiempo envidiando la suerte que tienen otros en vez de dedicar ese tiempo a trabajar en nuestro propio proyecto. Y nos consuela pensar que si el de al lado triunfa y nosotros no, es cuestión de suerte.

Pero nos equivocamos. Y yo me incluyo. También tenía la absurda idea de que la suerte era la protagonista del éxito de esas emprendedoras a las que admiraba y admiro. Pero no es así.

Ya no creo en la suerte, sino en el efecto causa-efecto. Y en estos años desarrollando mi negocio online en El Perro de Papel me he dado cuenta de que si hubiera pensado así desde el principio, todo hubiera sido más sencillo. Pero ya sabes, a veces tienes que equivocarte para acertar.

Y de eso va esta entrada: quiero compartir contigo un caso real de una persona corriente, como tú.

Voy a contarte mi historia y verás que la suerte no existe, no al menos como nosotros la concebimos al mirar casos de éxito desde fuera. A no ser que por suerte entiendas liberarte esas cadenas que te atan y saltar sin estar segura de que encontrarás fuera de tu zona de confort.

El éxito no es cuestión de suerte, sino de estrategia, trabajo duro y compromiso.

Y pasión, mucha pasión. Porque vas a pasar infinidad de horas a solas con tu proyecto durante sus primeros meses de vida y te aseguro que no te regalarán nada, a no ser que demuestres lo que vales, confíes en ti misma y dejes de dudar para pasar a la acción de una vez haciendo frente al miedo y salvando esos obstáculos que te frenan a la hora de empezar a hacer realidad tu idea.

Tú tienes la última palabra. Tú decides si estás dispuesta a arriesgarte para cambiar tu vida y cumplir tus sueños.

Así que vamos a olvidarnos de esos emprendedores y blogueros de éxito y a centrarnos en ti, ¿te parece?

Espero que aprendas de mis errores y de mis aciertos, porque es el cúmulo de experiencias positivas y negativas lo que da forma a una historia real. Yo no he tenido suerte, he salido a buscarla.

Y tú, ¿qué camino vas a escoger?

Quizás leer esta historia sea tu primer paso para elegir el correcto.

#1 Cómo comenzó todo…

En enero de 2013 creé mi proyecto online.

Por aquel entonces todavía no era mamá y acababa de reencontrarme con una de mis pasiones olvidadas: el diseño gráfico.

Desde que tengo uso de razón me había gustado dibujar y al aprobar Selectividad llegó el momento de decidir. Un momento para el que no estaba preparada.

¿Literatura o Arte? Difícil elección. Ahora no creo que me equivocase, pero en mi último año de carrera estaba convencida de que sí.

Aquel no era mi lugar, así que decidí estudiar administración, conocí a mi pareja y empecé a trabajar en mi oficina gris. Adiós creatividad, hola sistema establecido dónde ser un número más.

Los primeros años como administrativa recuerdo que me gustaba mi trabajo y la seguridad de una nómina a fin de mes.

Pero llegó un momento en el que la inexistente posibilidad de promocionar y el hecho de que la creatividad estaba más que vetada me hicieron buscar otras alternativas más motivadoras para sentir que no estaba desperdiciando mi vida.

Empecé a colaborar con varias protectoras de animales, entre ellas Gran Familia de Sevilla, donde me encargaba de las campañas de recaudación de fondos, la tesorería y la Iniciativa Popular No Al Maltrato Animal, desde la que convocamos manifestaciones a nivel nacional y recogimos casi 300.000 firmas.

Fue entonces cuándo descubrí el potencial de Internet, ya que todo mi voluntariado era online. Por eso decidí crear mi propio blog como vía de escape a ese trabajo aburrido que me tenía ya agotada.

Así nació El Perro de Papel, un proyecto online donde hablaba de diseño gráfico, marketing y blogging.

En él compartía todo lo que había aprendido hasta el momento, pero mi objetivo no era dedicarme al diseño gráfico ni al marketing emocional… yo quería diseñar imprimibles. Era poco ambiciosa.

Y aunque hice estudios de mercado, análisis de fortalezas, plan de negocio siguiendo el método Canvas… la cosa no fue como esperaba. Y es que mi idea, era equivocada.

#2 El poder de la formación

Me confieso adicta a la formación online. Me apasiona aprender de la experiencia de otros grandes profesionales y tener en cuenta multitud de puntos de vista sobre un mismo tema para decidir cuál de esas soluciones se adapta mejor a mis necesidades.

Empecé a formarme en diseño, marketing, fotografía y blogging. Y tras las primeras solicitudes de diseño de blogs, decidí darme de alta como freelance compaginando mis trabajos creativos con mi oficina gris, de la que a estas alturas ya estaba muy aburrida.

Mi proyecto empezó a crecer, pero descubrí que mi idea inicial no era la adecuada. Mi vocación no era diseñar imprimibles, no ahora que había descubierto el apasionante mundo del diseño y programación de blogs.

Confieso que estoy enamorada de la plataforma Blogger y sé que muchos se rasgaran las vestiduras al leerme, pero no puedo negar la evidencia.

Disfruto como una enana reprogramando y diseñando su sencilla plantilla, sobre todo ahora que he incorporado varias plantillas Premium y han tenido muy buena acogida.

Me adentré en el mundo WordPress más por curiosidad que por necesidad y tras probar Génesis, como recomendaban en todos sitios, me pareció demasiado compleja para utilizarla con mis clientes. Ahora trabajo con los themes de Elegant Themes, sobre todo Divi y Origin. ¡Y estoy encantada!

No por mí, sino por mis clientes. Cuándo mi idea pivotó, descubrí que mi cliente ideal era una mujer emprendedora, madre casi siempre, con poco tiempo libre pero con mucha ilusión, pasión y ganas de sacar adelante su emprendimiento.

No solo querían un diseño o estrategia para su nuevo proyecto, querían aprender, de forma sencilla y detallada, a hacerlo ellas.

#3 De los servicios a los infoproductos

Empecé a crear ebooks en base a las necesidades de mi audiencia, compaginando la edición de los mismos con mis servicios de diseño y estrategia.

Agotador. La idea de dejar mi oficina pesaba cada vez más en mi mente… y creo que fue entonces, enero de 2014, cuando la idea de profesionalizar mi proyecto y vivir de él cobró más vida que nunca.

En febrero de 2014 recibí la feliz noticia de que iba a ser madre. Y ahí empezó mi carrera contrarreloj.

Dicen que tener un proyecto de éxito es un maratón, una carrera de fondo, no un sprint. Y es cierto, las cosas hechas con calma, asentando una bases sólidas, marcando unos objetivos precisos y medibles te permiten tomar decisiones más acertadas.

Pero, en mi caso, no había tiempo.

La idea de centrarme en los cursos e infoproductos para disponer de más tiempo para mi futuro bebé me llamaba, pero no terminaba de decidirme.

Además, necesitaba subir los precios y adaptarlos a su verdadero valor para dejar de trabajar gratis… pero era un gran cambio y no estaba segura de poder enfrentarme a él.

#4 La especialización te hará libre

Los meses de verano trabajé como si no hubiera mañana. Publiqué todos los ebooks y cursos que tenía a medias en apenas unos meses. Recuerdo las largas noches frente al ordenador, con mi barriga de cinco meses y la cajita de Cariban al lado.

Seguro que muchas madres piensan que hice una locura… pero esta vez mi objetivo era muy claro: cuando naciese mi bebé me daba un año de plazo para dejar la oficina, trabajar desde casa, tener un mínimo de estabilidad económica y poder disfrutar de los primeros años de mi hijo sin perderme ninguna de sus primeras veces.

Lo conseguí.

Cuándo nació Carlitos, en octubre de 2014, tenía mi nuevo proyecto listo para el gran cambio que se avecinaba. Especialicé mis servicios, los revaloricé y adapté a su auténtico potencial. Y, curioso, mi miedo a perder clientes no se cumplió.

Comprendí que el miedo no es tan fiero como lo pintan. Cuando decides dar el salto, salir de tu zona de confort y seguir el camino que te has trazado con antelación, el miedo es solo eso, una alarma natural del cuerpo que se dispara cuándo un hecho que puede cambiar de forma radical tu vida está cerca.

En nosotros queda dejarnos vencer por el miedo, quedarnos paralizadas y dejar morir nuestra idea genial o armarnos de valor y seguir caminando siguiendo los objetivos marcados hasta alcanzar nuestra meta final.

A todas mis clientas les repito lo mismo: “Si yo he podido, embarazada, con dos perros, familia, amigos, una hipoteca, mil facturas pendientes… ¿por qué tú no ibas a poder? ¿Acaso estás menos comprometida con tu felicidad que yo con la mía?”.

Hay personas que son felices en su zona de confort y es respetable. No obligo a nadie a cambiar su vida si está satisfecha con lo que tiene.

Pero cuándo eres madre, tus prioridades cambian y teniendo en cuenta que la conciliación en este país brilla por su ausencia… no estaba dispuesta a ser una madre ausente más dentro de este sistema.

Seguí formándome hasta encontrar mi lugar, mi nicho, ese tema con el que me sentía 100% identificada y me permitía ser yo misma, disfrutar de mi trabajo y ofrecer la mejor versión de mí misma a mis clientes felices: Visual Storytelling.

Ya sabía del gran potencial del marketing visual, pero hasta ese momento no había encontrado la forma de reagrupar mis tres vocaciones en una de forma que no chocasen entre sí.

Mi proyecto dio un giro radical que me llevó bastante tiempo implementar pero… ¡magia! La acogida fue maravillosa.

#5 Flexibilidad horario y libertad financiera

Es posible. Doy fe.

En diciembre de 2015 dejé mi oficina gris y desde entonces trabajo en casa, disfrutando de mi tiempo libre, adaptando mis horarios a los de mi hijo y con un flujo de ingresos constante que me permite darme un caprichito de vez en cuándo e ir cumpliendo mis sueños poco a poco.

Pero, de nuevo, llegaron los cambios a mi vida.

Al dejar mi oficina y dedicarme 100% a mi proyecto, El Perro de Papel empezó a crecer muy deprisa, casi duplicó su crecimiento… y era demasiado para mí.

Claro que podría haber seguido el ritmo sacrificando mis tardes libres, pero yo había decidido emprender para disfrutar de mi hijo no para ser una mamá ausente detrás del ordenador.

Necesitaba un nuevo empujoncito y, como siempre que me encontraba perdida, recurrí a la formación.

#6 La Tribu y Autoridad Ascendente entran en escena

Hacía tiempo que seguía el blog de Franck y me tenía enamorada su forma de ver la vida.

Poco a poco me he vuelto más selecta con mis lecturas y he dejado de lado los blogs dónde hablan de un emprendimiento esclavo, sin vacaciones, trabajando día y noche para cumplir un sueño.

Sé que los primeros meses es así, hasta que implementas tu propio sistema, pero… ¿siempre así?

Ser autónomo no es sinónimo de no tener vacaciones y comer y dormir encima del teclado del ordenador para llegar a fin de mes. Al menos, esa no era mi idea.

Y el blog de Franck me lo confirmaba con cada nuevo artículo. Emprender para mejorar tu estilo de vida, disfrutar de flexibilidad horaria y alcanzar una cierta seguridad financiera era posible.

Pero, para conseguirlo, necesitaba ayuda. Me uní a La Tribu y a Autoridad Ascendente. Así, del tirón, sin dudarlo.

Todavía recuerdo la noche en el webinar en directo de Autoridad Ascendente… ¡fue muy divertido!

Hay que ver cómo funciona el hecho de que los hosters anuncien quién va entrando al Programa en directo, ¿verdad?

El caso es que estaba decidida. Y aún lo estoy, que me encuentro en pleno proceso de cambios y lo que me queda.

He terminado el Programa y, aunque lo llevo al día, todavía me quedan detalles por pulir. Los resultados son sorprendentes y es, en parte, lo que te anima a seguir trabajando duro para sacar tu nuevo sistema a la luz.

#7 Resultados inesperados

Si algo me caracteriza es la transparencia.

A lo largo de estos años como bloguera he seguido infinidad de blogs que parecían estupendos… y al evolucionar, en vez de especializarse y mantener la misma calidad en sus contenidos, han pasado a ofrecer unos artículos superficiales, con apenas dos o tres puntos básicos y guardando lo demás para los cursos de pago.

Respeto ese sistema, pero no va conmigo.

Mi baremo para diferenciar el contenido gratis del contenido de pago es sencillo. En mi blog ofrezco material gratuito para empezar tu camino, con nociones básicas pero un paso a paso completo, que te permite empezar, continuar y terminar. No te dejo a la mitad.

En mis cursos la diferencia es que, cuando llegamos a ese final, seguimos avanzando hacia la especialización y lo hacemos juntas, paso a paso, con sesiones, atención personalizada y reuniones en grupo.

Ahí está mi línea entre gratis y de pago. No me gusta la idea de dejar a nadie a medio camino y “obligarle” a pagar para seguir avanzando…

Por eso el proyecto de Franck me atrajo tanto, ya que sus entradas son muy completas y nada superficiales.

De hecho, siguiendo todos sus tutoriales tal y como los está organizando ahora, por series, tienes información de sobra para empezar tu camino emprendedor sin lagunas. Pero claro, nada que ver con tener su compañía y asesoramiento, como en los cursos y mentorías.

Yo quería ser así, perfeccionar mi método y diseñar una experiencia única para mis clientes ideales. 100% personalizada y adaptada a ellos.

Y el sistema de Autoridad Ascendente me ha ayudado a encontrar el equilibrio perfecto para que cada acción implementada tenga una efectividad increíble. Es que no doy crédito por más que reviso los datos, en serio.

De diciembre de 2015 a marzo de 2016 mi blog duplicó su crecimiento y mi media de ingresos mensual oscilaba de 1.500€ a 2.500€.

En épocas de lanzamientos llegaba a alcanzar los 4.000€, pero ya sabes que esos son picos y que no puedes lanzar un nuevo curso al mes y mantener tu estándar de calidad y cordura.

Pues bien, en mi primer mes en Autoridad Ascendente facturé más de 5.000€.

Como lo lees. Ni yo misma me lo creo. Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de cambios que estoy implementando y el hecho de que al fin he decidido hiperespecializarme, dedicarme solo a ayudar a emprendedoras y aportar más valor añadido que, como es lógico, hace subir los precios.

#8 Plantando cara a los miedos para cumplir sueños

Mi principal miedo era ese: subir los precios.

A mis tutores los tengo agotados ya con el tema, pero ellos aguantan estoicamente todas y cada una de mis dudas. Y es que uno de mis problemas al profesionalizar e hisperespecializar mi idea fue hacer cara al síndrome del impostor, esa desagradable sensación de estar ocupando un lugar que no te corresponde.

Sentía que al haber optado por estudiar filología hispánica, no merecía trabajar como diseñadora a pesar de tener tantos años de experiencia. Igual con el tema del marketing.

Durante años me encargué de realizar campañas con unos resultados sorprendentes en la Protectora de Animales, pero tenía la espinita clavada de que la información que había recibido no era reglada, solo esas decenas de cursos online que me habían ayudado a entender pequeños detalles que al principio pasamos por alto.

Ya sabes, esos pequeños detalles que hacen marcar la diferencia y son los que impulsan tu proyecto de verdad.

Por fin he encontrado el equilibrio. Valoro mi tiempo y esfuerzo. Me he dado cuenta de que los límites solo estaban dentro de mi cabeza y que aplicando pequeños cambios y mejoras los resultados son increíbles y duraderos en el tiempo.

Además, he conservado mis tardes libres que era mi objetivo al abandonar mi oficina gris.

Ahora también cumpliré otro de mis sueños. Gracias a mi nuevo sistema puedo dejar Madrid antes de lo planeado con la total seguridad de que no tendré problemas.

Nos vamos a vivir a la sierra para que mi hijo crezca rodeado de naturaleza y no de contaminación. Y en agosto, vacaciones en familia.

Me reafirmo: ser autónomo o emprendedor no es sinónimo de esclavitud. O no debería serlo.

No es sencillo, tendrás que invertir tiempo y dinero en especializarte y encontrar un sistema que te permita crecer sin límites, los primeros meses o años son duros… pero una vez los cambios implementados empiezan a rodar solos… ¡enhorabuena!

Lo has conseguido. ¡Bienvenida a tu nueva vida!

Y mi sistema aún no está 100% implementado.

Sigo en ello, con la ayuda de Franck y todos los tutores, aplicando cambios, analizando datos y puliendo detalles. Pero me siento feliz, muy feliz, al sentir que todo el tiempo, dinero, recursos y esfuerzo que he invertido hasta ahora, están dando sus frutos.

Y remarco la palabra invertir, que ya sabes que todo lo que gastas en formación para acelerar y mejorar el crecimiento de tu proyecto no es un gasto, sino una inversión de futuro.

Cambiar tu estilo de vida, disfrutar de tu tiempo libre, tener un flujo constante de dinero que te permita vivir tranquila, es posible. Es una opción real.

Pero claro, hay que apostar por ello, poner toda la carne en el asador, formarte con los mejores en tu campo y cuándo decides saltar… ¡no mirar atrás!

Queda un largo camino por recorrer y muchos sueños por cumplir como para andar retrocediendo a cada paso, ¿no crees?

Esta podría ser tu historia… si quieres

Esta es la historia de mi “éxito”. Una historia corriente que podría ser la tuya si lo quisieras de verdad.

Solo tienes que formarte, hiperespecializarte y dedicarte de verdad a aquello que te gusta. Abandonar la vida “gris” no es tan difícil una vez te lo propones.

¿Cuánto vas a tardar tú en comprar tu billete desde Grislandia hacia el País de la felicidad? 🙂

Celia Espada forma parte de La Tribu, la comunidad privada para bloggers que quieren vivir de su sueño. Allí encontrarás todos los recursos necesarios para llevar tu plataforma al próximo nivel, y conocerás a cientos de knowmadas que colaboran y crecen en compañía. Conviértete en uno de ellos.

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El camino más corto hacia tus primeros 1.000€ online

Post invitado: Priorizar, planificar y el futuro del trabajo

Por: José Miguel Bolívar

La Era Industrial, tal y como la conocemos, está tocando a su fin. La automatización se ha «comido» literalmente muchos de los puestos de trabajo manuales, considerados intocables hasta hace poco tiempo. El puesto especializado en la cadena de montaje, pieza clave de la productividad industrial, está camino de la extinción. En la mayoría de los procesos fabriles modernos, los seres humanos han quedado relegados a labores muy específicas, básicamente administrativas y de mantenimiento de la cadena productiva. Sólo unos pocos puestos, relacionados con el trabajo del conocimiento, parecen tener asegurado su futuro… Por ahora.

Si algo parece claro en estos albores del siglo XXI, es que lo VUCA ha llegado para quedarse. Los entornos de trabajo predecibles y más o menos estáticos en los que trabajaban nuestros abuelos pertenecen al pasado. Nos guste o no, a partir de ahora tenemos que aprender a vivir con el cambio constante, la incertidumbre y la ambigüedad, tanto en el mundo laboral como en la esfera privada. Y asumir que los cambios, sean del tipo que sean, se sucederán cada vez a mayor velocidad. Es el precio que hay que pagar por haber nacido en la era de la hiper-tecnificación e Internet.

La respuesta «correcta» a un mundo VUCA es volvernos más «líquidos». Es decir, desarrollar la capacidad de adaptarnos a cualquier circunstancia nueva de manera casi inmediata, sin que nuestra manera de trabajar suponga una fuente de fricción. En el sentido más amplio posible, debemos convertirnos en lo que John Moravec denomina nómadas del conocimiento, o knowmads. Profesionales capaces de trabajar en colaboración casi con cualquier persona, en cualquier momento y lugar, aportando nuestro conocimiento y experiencia únicos, independientemente de la naturaleza de cada nuevo proyecto.

En este sentido, cualquier forma de trabajo basada en asignar prioridades y planificar, supone un gran problema. Al ritmo actual al que se suceden los cambios, la mayoría de las prioridades y planes se vuelven totalmente inservibles demasiado rápido, obligándonos a re-priorizar y re-planificar cada vez con más frecuencia antes de poder actuar. Es decir, priorizar y planificar, mantra en su día del buen profesional, se han convertido en una enorme fuente de fricción a la hora de trabajar. Un «suicidio productivo» para muchas organizaciones y trabajadores del conocimiento actuales. Un auténtico error de base para alguien que aspira a volverse «líquido» a fin de poder reaccionar con rapidez en entornos en permanente cambio.

Reaccionar en entornos VUCA con la suficiente rapidez implica, entre otras cosas, disponer de un inventario permanentemente actualizado de todas las opciones de acción disponibles, organizadas de acuerdo a criterios objetivos, que no se vean afectados por lo que esté pasando a nuestro alrededor, y que permitan elegir qué hacer en cada momento sin tener que pensar ni rehacer nada. En definitiva, se trata de aprender a gestionar mejor nuestra atención, y olvidarnos de intentar gestionar el tiempo. En función de las circunstancias de cada momento, nuestra forma de trabajar debería permitirnos identificar inmediatamente qué cosas se pueden hacer, y qué cosas no se pueden hacer, por muy importantes y urgentes que sean, simplemente porque no se dan las circunstancias objetivas necesarias para poder hacerlas.

Paradójicamente, la vuelta de tuerca definitiva podría ser la desaparición completa del puesto de trabajo, incluso para los profesionales del conocimiento. Un futuro del trabajo sorprendente, en el que la inteligencia artificial y la hiper-automatización nos permitiría vivir sin la necesidad de trabajar. Para muchos, actualmente el único futuro viable. Y aún así, ser capaces de comportarnos de forma «líquida» seguiría siendo una competencia vital clave para cualquier persona.

En el futuro, quizá muchos de nosotros ya no tengamos campañas de márketing que lanzar, sistemas que implementar, clientes que atender o productos que diseñar. Pero siempre tendremos la necesidad de decidir a qué dedicar nuestra atención en cada momento, teniendo en cuenta el conjunto virtualmente infinito de cosas que nos gustaría hacer en la vida, el cambio permanente de necesidades y de la prioridad de esas cosas, así como el número limitado de esas cosas que podemos hacer durante las veinticuatro horas de cada día.

Este tipo de habilidades fundamentales, que son las que ayuda a desarrollar metodologías de productividad personal como Getting Things Done® (GTD), o de efectividad personal como OPTIMA3®, son hoy más necesarias que nunca. Abrazar este cambio en la manera de gestionarnos a nosotros mismos no sólo es vital para afrontar con éxito los retos laborales que nos depararán los próximos años. También influirá muy positivamente en nuestro bienestar cuando, finalmente, ya no sea necesario trabajar para poder vivir.

Jerónimo Sánchez es consultor artesano y nodo de OPTIMA LAB, una red productiva que ayuda a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas.

Puedes seguirle en twitter y también en su blog: http://ift.tt/OncJuL.

 

 

 


viernes, 29 de julio de 2016

El miedo al rechazo (y tu productividad)

Por:

Hace 28 días que me llegó la convocatoria de Jeroen de escribir una entrada invitada para El Canasto. Desde hace 28 días que le estoy dando vueltas, analizando, pensando, postergando, procrastinando.

Utilizo Boomerang For Gmail para programar los correos que quiero volver a recordar en otro momento. Es una forma de convertir la bandeja de entrada en una lista de tareas. Si hoy no me da tiempo para escribir el artículo, lo puedo recordar dentro de cuatro días. Y otra vez dentro de dos días. Vale, dentro de cuatro. Pasado mañana sí que me pongo.

Y de repente han pasado 28 días y la hoja en blanco me mira con desdén.

La productividad derivada

No es que no haya hecho nada durante estos 28 días. Muy por el contrario: he reorganizado mi despacho. He gestionado todas las cajas aún pendientes de la mudanza. He preparado el viaje a Alemania. He traspasado una empresa y cerrado una tienda. He buscado, encontrado y contratado una nueva AuPair. He instalado las manillas de las puertas de casa.

He realizado todo tipo de tareas pendientes, online y offline. Todo para tener una excusa por la que puedo dejar este artículo para mañana. Procrastinar en mi caso significa dedicarme a otras cosas para crear la excusa perfecta: de tanta productividad no tengo tiempo para escribir sobre la productividad.

Es una excusa. Una excusa conveniente para cubrir los miedos de una persona exigente consigo misma.

La perfección como excusa

Tengo miedo: miedo de no estar a la altura, miedo de que mis escritos aburren, miedo de explicar algo que todos ya saben. Tengo miedo de parecer un fraude, así que decido esperar. Si el requisito es la perfección, la mejor defensa es no hacer nada hasta que el tiempo anule las oportunidades. A lo mejor mañana estaré más inspirada.

Mañana está al lado del País del Nunca Jamás. Sus ciudadanos son una mezcla variopinta de oportunidades, objetivos, peticiones y promesas. Tienen muchas ganas de salir del ámbito de la imaginación y de conocer el mundo real. Pero sin el pasaporte de la acción no hay cómo salir del país de Mañana.Y el requisito oficial para este pasaporte es la perfección.

Bailar con el miedo

Dediqué mucho tiempo y energía a buscar una solución al miedo: ignorarlo, esquivarlo, camuflarlo, esconderlo. Siempre volvió. Se presenta en las situaciones más inoportunas — por ejemplo cuando me queda apenas un día para enviar un artículo invitado a un blog que admiro.

Así que he tenido que cambiar de estrategia. Si el miedo no se quiere ir, tendré que hacerlo mi aliado. Cuando empiezo a procrastinar, a dejar las cosas para otro momento por miedo de cagarla — ¡entonces estoy haciendo algo bien! Cuando siento miedo de no cumplir con mis propias exigencias, significa que estoy consiguiendo aquello que antes me parecía inalcanzable.

Crecer significa enfrentarse con lo desconocido. Lo desconocido da miedo.
A por ello.
Ahora.

Imagen Gato cortesía de Shutterstock

vale2.JPG Valentina Thörner

Valentina es experta en minimalismo, corredora descalza, madre de mellizos, aficionada al té verde y escritora con una misión: quiere acercar el ‘menos es más’ a la vida real de las personas. En su blog ValeDeOro comparte sus experiencias y experimentos relacionados con la vida simple.


jueves, 28 de julio de 2016

Alarmas: ¿Herramienta o amenaza para tu efectividad?

Por:

Una de las formas más fáciles de mejorar tu efectividad de forma significativa es dejar de hacer cosas sin pensar.

Igual te sorprende mi afirmación, pero después de tantos años aprendiendo e investigando sobre estos temas, me sigue llamando poderosamente la atención el hecho de que tantas personas desconozcan que una de las causas principales de sus problemas es que casi nunca se paran a pensar por qué hacen lo que hacen, ni para qué lo hacen y ni cómo les afecta lo que hacen.

Un ejemplo claro de esto que digo es el uso indiscriminado de alarmas en los sistemas de organización y gestión personal.

Que quede claro: es imposible contar con un sistema de organización y gestión personal libre de estrés basado en alarmas… Se entiende, ¿verdad?

El problema con las alarmas es que se parecen mucho a los recordatorios, aunque en realidad se trata de dos conceptos completamente distintos.

La utilidad de los recordatorios es enorme, ya que los recordatorios son las piezas centrales con las que se construyen los sistemas de organización y gestión personal. Por el contrario, las alarmas son muy poco útiles y además generan estrés.

Uno de los principios productivos universales es que «lo que no se revisa lo suficiente, no es suficientemente fiable». Revisar significa «refrescar» la información sobre un tema, «revaluar» la situación y «decidir» qué hacer con ella, lo que en ocasiones puede suponer un paso adicional: «renegociar» un compromiso existente, tanto si se trata de un compromiso propio o como si se trata de un compromiso con otra persona.

Aplicado a un sistema de organización y gestión personal, esto significa que, para que dicho sistema sea suficientemente fiable, y por tanto nos pueda ser útil, hay que revisar lo suficiente los recordatorios que contiene.

Revisar lo suficiente significa revisar de forma proactiva y regular, es decir, por una parte, hay que revisar antes de que aparezcan los problemas y, por otra parte, hay que revisar sí o sí, aunque dé pereza.
Las alarmas son la alternativa perezosa e irresponsable a la revisión, ya que la gente las usa para evitar tener que revisar.

Sin embargo, lo que permite tomar buenas decisiones sobre qué hacer y qué no hacer en cada momento, a la vez que tener muy claro qué se está haciendo y qué se está quedando sin hacer, es la revisión proactiva y regular de los recordatorios. Por eso, cuando una persona tiene el hábito de revisar su sistema de organización y gestión personal, las alarmas dejan de tener sentido.

Usar alarmas es eludir la responsabilidad de revisar, por eso es irresponsable. Pero, además, las alarmas son tontas, ya que casi siempre aparecen en momentos inoportunos, en los que rara vez podemos hacer nada al respecto, contribuyendo así a generar una sensación de frustración, agobio y, en definitiva, estrés.

Las alarmas son cómodas porque aparentemente nos liberan de la necesidad de revisar. Pero esto es falso. Nada puede sustituir a la revisión a la hora de mantener la fiabilidad de un sistema.

Hay un tipo de alarma que sí tiene sentido usar. La alarma que nos avisa de que algo va a empezar o la alarma del despertador. Estas alarmas nos avisan simplemente de que llega el momento de hacer algo que ya sabemos que tenemos que hacer. En estos casos, las alarmas son herramientas.

El problema es cuando queremos que las alarmas nos recuerden qué es lo que tenemos que hacer en lugar de ser la revisión proactiva y regular de nuestro sistema la que nos lo diga. En estos casos, las alarmas, lejos de ser herramientas, son una seria amenaza para tu efectividad.

JMBO_1_cuadrada_2000x2000.jpg José Miguel Bolívar

Consultor artesano en efectividad centrada en las personas


miércoles, 27 de julio de 2016

Cómo generar 314 millones de visitas mensuales en menos de un año con un community manager que sonríe 24 horas al día

La última antes de las vacaciones

Por: Iago Fraga
Bueno señores, aquí hace un sol de más no poder y ya va siendo hora de vacaciones. Sé que no es verano en todos los países a donde llega TdO, pero durante Agosto me toca parón (al menos en lo que a artículos se refiere). Eso sí, antes de dedicarme en exclusiva a las playas […]

GTD — Metodología al alcance de cualquiera

5 sitios donde utilizar plantillas te hará ganar tiempo

Por: Berto Pena

Ahí, al lado tuyo tienes una auténtica mina para ganar tiempo. Se llaman “plantillas”. Son conocidas por la mayoría de la gente, utilizadas por menos y exprimidas por solo unos pocos.

Plantillas para Ganar Tiempo

La verdad es que no llaman la atención. No tienen gran prensa ni glamour. Pero son sencillas y muy cómodas, simplifican mucho el trabajo, te ayudan a organizarte con menos esfuerzo, y de remate te hacen ganar tiempo. ¿Puedes ignorar algo así?

¿Cómo ganar tiempo con tus plantillas?

Las plantillas en el trabajo te ayudan de dos formas:

  1. Tienen escrito por adelantado parte del trabajo que tienes que hacer para una tarea. Basta con completar el resto.
  2. Te ayudan a no tener que pensar qué poner o dónde ponerlo. Basta con rellenar espacios en blanco.

Por esos dos motivos las plantillas brillan en la vida real. Porque son MUY prácticas.

Y entonces, ¿por qué la mayoría de las personas no las aprovechan? Porque no las “ven” aplicadas a lo que hacen, a situaciones reales. Y no me extraña. Porque la palabra “plantillas” no dice nada. Es algo abstracto.

¿Y si en vez de plantilla digo «un documento donde solo tienes que rellenar los espacios en blanco con (por ejemplo) lo que se decide en una reunión»?

Me gustaría compartir contigo mis cinco rincones favoritos donde utilizar plantillas te hará ganar tiempo. Tal vez mucho tiempo…

1En tu Correo

No conozco a nadie que no quiera ganar tiempo en el Correo. Por eso uno de los primeros cursos gratuitos que incorporé en mi Lista Privada fue «Automatiza tu Correo – Optimiza tu Sistema para Ganar Tiempo Cada Día». En él te cuento, entre otras muchas cosas, cómo explotar las plantillas para acelerar tu trabajo. Tus mensajes, en este caso.

En el Correo las plantillas te hacen ganar tiempo así: son mensajes que tú has escrito por adelantado. Bien en su totalidad o una parte. Dan respuesta a consultas o situaciones típicas que llegan a tu buzón. Ese texto predefinido te ahorra un montón de tecleo que repites una y otra vez. (Calcula ahora los miles de mensajes que vas a escribir en los próximos años.)

2En tus Reuniones

Piensa en el tipo de anotaciones que haces en tus reuniones: acuerdos, temas a investigar, tareas y próximas acciones, “deadlines” y fechas de entrega, temas a delegar o seguir, nombres de contactos… casi todo eso se repite una y otra vez. ¿Dónde y cómo lo apuntas? ¿En cualquier sitio según va surgiendo?

En las Reuniones las plantillas te hacen ganar tiempo así: son documentos (en papel o digital) con una estructura y diseño orientados a las cosas que sueles anotar. Tienen ciertos espacios en blanco que tú, sobre la marcha, vas rellenando con información útil. De ese modo todo está en su sitio, sin mezclarse, organizado según lo escribes. Y eso acelera y aclara muchísimo el trabajo posterior. (Calcula ahora los cientos de reuniones a las que vas a asistir en los próximos años.)

3En tus Llamadas

Es una variante del caso anterior, ya que las llamadas de teléfono, conferencias o videoconferencias no dejan de ser reuniones a distancia. Especialmente si en tu trabajo tienes muchas, y son de proyecto o seguimiento de clientes y entregas, van a disparar tu eficiencia. Como un pro de verdad.

En las Llamadas las plantillas te hacen ganar tiempo así: por un lado puedes tener apuntado por adelantado lo que vas a tratar, con lo que no se te escapará nada y además en el orden que te interesa. Por otro, podrás anotar justo al lado los acuerdos, decisiones y próximas tareas. (Calcula ahora los cientos de llamadas… eso, ¿lo ves verdad?)

4En tus Listas

Al cabo del año, ¿cuántas listas de cosas haces para viajes, compras, eventos, proyectos, instalaciones o actividades? Es fácil que varias decenas. Y es fácil que cada vez las hagas de cero, en blanco… Y eso se repite una y otra vez, una y otra vez. Podrías ganar tiempo si las tuvieses guardadas, listas para reutilizarlas en cualquier momento.

En las Listas las plantillas te hacen ganar tiempo así: por una parte aceleran el proceso de anotar, ya que muchas cosas se repiten y no tienes que rehacerlas de nuevo. Por otra, hacen que no se te olvide nada, y que no tengas que hacer el esfuerzo de pensar: «¿se me olvida poner algo?».

5En tu Blog

Si tienes un Blog y sueles escribir con frecuencia, tú mismo habrás detectado esta necesidad. Y es que muchos de los artículos tienen una estructura similar o idéntica que se repite una y otra vez. Ganar tiempo aquí es facilísimo, pues con 3-4 plantillas que puedes utilizar según lo que vayas a escribir: artículo de reflexión, reseña, lista con las “X” claves para, etc. (Este mismo artículo ha sido escrito utilizando una estructura hecha hace meses, y que reutilizo cada vez que escribo un post con este formato.)

En tu Blog las plantillas te hacen ganar tiempo así: aceleran la escritura de ciertas partes y código HTML o CSS que se repite constantemente, y que además es tedioso de escribir. Hacen que tu esfuerzo vaya al contenido, tu mensaje, y no a la estructura, formato o código.

Ganar tiempo. No conozco a nadie que no le interese esto. Sobre todo en cosas que se repiten tanto pero que (lo digo una vez más) no llaman la atención. No subestimes TODO lo que puedes ganar aquí, porque puede llegar a ser una pasada.

¡Vivan las plantillas!

La entrada 5 sitios donde utilizar plantillas te hará ganar tiempo aparece primero en ThinkWasabi.


martes, 26 de julio de 2016

Productividad personal y Mindfulness, ¿incompatibles? No, sólo incomparables

Por:

Hoy en día es ciertamente difícil argumentar en contra de los esfuerzos que una persona a título individual, o una organización pensando en sus miembros, puedan hacer con el fin de mejorar su productividad y efectividad.

Podríamos debatir sobre la conveniencia de escoger un método u otro, o acerca de que a unas personas les pueden ayudar ciertas técnicas y, sin embargo, a otras no. Pero es innegable que existe la necesidad de que las personas mejoren su efectividad pues, de lo contrario, sufrirán las consecuencias de no hacerlo. El estrés, la ansiedad, la pérdida reiterada del foco sobre lo que se está haciendo, las interrupciones, las distracciones, la escasez de concentración o el hecho de no poder lograrla, la dificultad para conseguir la calma necesaria cuando hay que tomar decisiones, etc., repercuten en la salud y en el estado anímico de las personas de manera muy importante. Y, por supuesto, en el resultado de sus tareas.

Las organizaciones no son inmunes a los efectos que sufren sus miembros, de modo que acabarán pagando un precio demasiado alto salvo que hagan algo para remediar el problema. Tanto precio que, incluso, podría poner en peligro su supervivencia.

No cabe duda de que todos los trabajadores del conocimiento deben gestionar mejor sus compromisos, ya que el trabajo y su naturaleza se han modificado. Hoy nos movemos en un mundo VUCA (traduciendo del inglés las palabras volatilidad por volatility, uncertainity por incertidumbre, complexity por complejidad y ambiguity por ambigüedad), y con este nuevo escenario laboral, hemos de hacer algo para evitar sus efectos negativos porque nos pueden llevar por el camino de la improductividad y de la inefectividad sin que nos demos cuenta. No nos podemos permitir creer que el trabajo es así y que, dadas las circunstancias en las que vivimos, lo tenemos que aceptar como un mal inherente a la misma naturaleza del trabajo.

Por tanto, nos encontramos con dos consecuencias de lo que ocurre a nuestro alrededor y que nos afectan negativamente: una es la incapacidad de gestionar efectiva y correctamente nuestros compromisos, y la otra es la dificultad de gestionar adecuadamente nuestra necesaria calma interior.

Hace unos meses fui invitado junto con mi colaborador y amigo Carlos Urrestarazu a impartir una conferencia en Madrid en la “Fundación Arco Europeo” sobre Productividad Personal y Mindfulness. Una de las preguntas que más debate generó, se refería a la aparentemente visible incompatibilidad de las dos disciplinas. No es la primera vez que me hacen en esa pregunta. Cómo es posible, y si lo es, cómo es factible, compatibilizar disciplinas en apariencia tan divergentes. Algo que parece diseñado para actuar de manera tan interna, dentro de la persona, como es Mindfulness, con algo para actuar de manera externa en apariencia, con todo lo que nos viene de fuera, como es la Productividad Personal.

El planteamiento que se nos hace cuando nos preguntan acerca de la compatibilidad es, pues, producto de la imagen, en algunos casos errónea, que de ambas disciplinas se tiene externamente: Mindfulness, como meditación, tiene la imagen del recogimiento, de unas técnicas para detenernos, para nuestro aislamiento, incluso de algo exotérico, en tanto que la Productividad Personal parece que es todo lo contrario: una herramienta para hacer más a lo largo del día, para no parar de hacer cosas y, sobre todo, más que los demás de alrededor, cuando en realidad ambas técnicas ayudan a la relajación, al trabajo centrado y sin estrés y, sobre todo, a ganar en calidad y perspectiva en la realización de nuestro trabajo y en nuestra propia vida. En ese sentido, entonces, sí que compartirían una característica en común: mejorar y desarrollar a la persona.

Recientemente leí en un blog cierta crítica al uso de Mindfulness, donde se ponía en entredicho su utilidad para potenciar la productividad y efectividad de las personas. Se argumentaban tres razones:

  • Que rara vez acababan siendo inútiles a medio o largo plazo para quienes toman contacto con ellas.
  • Son prácticas difíciles de dominar por falta de perseverancia y debido a la actividad frenética que sufrimos.
  • Por último afirmaba que las propuestas para aprender Mindfulness suelen acertar poco cuando van dirigidas a entornos profesionales.

¿Acaso no podríamos argumentar lo mismo cuando hablamos de Productividad Personal o de Efectividad Personal? En mi opinión GTD, es el único método efectivo de productividad, y no hace falta más que dar unos vistazos por los blogs que hablan de productividad y Getting Things Done para comprobar que con otras palabras se dice lo mismo. A pesar de la dificultad manifiesta para implementar GTD con éxito, pocos dudan de su utilidad, de su universalidad y de la importancia para mejorar la efectividad de cualquier persona.

Tampoco hay que mirar mucho para ver que cada vez hay más cursos, seminarios y talleres de dudosa calidad. Personalmente he llegado a ver un seminario de 4 horas en el que se hablaba de Evernote y se aprovechaba para explicar el método GTD. Y yo he asistido personalmente, tengo que admitir que por curiosidad malsana, a otro curso de 4 horas en el que se explicaban aplicaciones para mejorar nuestro aprovechamiento del ordenador y se hablaba de cómo utilizarlas para gestionar con Getting Things Done nuestros compromisos. Pura basura.

No hay ninguna duda de que cuando Jon Kabat-Zinn, el padre de Mindfulness, dio a conocer las bondades de su “nueva” forma de terapia, los primeros en acercarse a conocerla, tras los pacientes de la Clínica Universitaria de Massachusetts, fueron las empresas de mayor éxito, las más importantes de EEUU.

Tales empresas, que empezaban a abrumarse, tras de haberse sorprendido, ante el creciente número de bajas por agotamiento, estrés, cansancio, problemas cardíacos y de tensión arterial disparada al alza entre otras manifestaciones que aquejaban sus directivos más exitosos, se acercaron a Mindfulness. Y esto, antes de que David Allen escribiera su primer libro sobre GTD. Había que tantear aquello que, se decía y se probaba, disminuía el estrés incluso en enfermos terminales. Y hoy es el día en que muchas de las empresas que destaca la revista Fortune 500, una especie de lista Forbes, tienen espacios como el de la fotografía que acompaña al artículo, donde el personal medita, descansa, serena su ánimo, baja sus pulsaciones y se prepara para trabajar todos los días de manera excepcional.

La Productividad Personal es eso: personal. Tiene poco de externo. Es de cada individuo. Se compone de un conjunto de hábitos, y éstos sólo pueden ser personales y, por ende, internos de la persona. Recopilar lo que pasa por la cabeza, organizarlo, otorgarle perspectiva, llevarlo a cabo de modo que salga adelante, o darle un significado, son acciones estrictamente individuales y que significan un claro ejercicio mental de introspección.

Obviamente Mindfulness es, por definición, también algo estrictamente personal: sentarse a respirar, permanecer con la atención en la respiración, llevar esa atención al momento presente sólo observando, también son acciones individuales que únicamente las puede hacer el individuo aunque las practique en grupo.

Las dos técnicas tienen algo en común; para poderlas llevar a cabo necesitamos adquirir una serie de hábitos que nos apoye en nuestro crecimiento. Se trata de una labor que sólo puede llevar a cabo cada persona, lo mismo que tomar la decisión de prescindir de un hábito que a la persona le resulta pernicioso.
Si para ser efectivos debemos saber elegir adecuadamente y con éxito lo que vamos a hacer, para después hacerlo correctamente, aprender y practicar estar en calma, sosegado y con paz interior a la hora de elegir y de hacer, nos abre una puerta y una perspectiva diferente hacia la efectividad, algo mucho mayor que la simple aplicación de GTD o de cualquier otra técnica de productividad.

Decía Aristóteles que la virtud se adquiere a fuerza de practicarse, y los hábitos son eso: rutas, autopistas creadas en nuestro maravilloso cerebro para facilitarnos la vida. Si cada vez que nos ponemos nerviosos encendemos un cigarrillo de modo automático, una ruta cerebral se habrá puesto en marcha para concedernos ese momento de calma que, a nuestro entender, nos produce inhalar el humo. Del mismo modo, si cada vez que nos ponemos nerviosos cerramos los ojos y permanecemos atentos a nuestra respiración durante cinco simples inhalaciones, el resultado es similar. Luego que cada quién decida qué es pernicioso y qué no lo es.

Mindfulness y Productividad Personal están, como disciplinas, porque todo lo que supone instalar hábitos nuevos son disciplinas, destinadas a colaborar. De hecho, las empresas que se han mencionado antes como punteras en cuanto a número de clientes, a resultados económicos, a cantidades de colaboradores y al índice de satisfacción de éstos, combinan ambas disciplinas con la mayor naturalidad.

Puede que haya llegado la hora de imitar a esas empresas con el mayor descaro.

Imagen Mindfulness cortesía de Shutterstock

José Ignacio Azkue 2.JPG José Ignacio Azkue

Consultor Artesano en Productividad Personal y GTD.

Desde 2007 me dedico a ayudar a las personas a mejorar su productividad y eficacia. Les oriento a adaptarse de manera inteligente al trabajo del siglo XXI.  Imparto seminarios y talleres en empresas, colegios profesionales y asociaciones empresariales.

Economista de formación, buen conocedor del mundo de la empresa ha ocupado diversos cargos directivos a los largo de su carrera profesional.

Facilitador apasionado. Promotor del cambio. Buscador de mejores prácticas. Adicto a aprender.


lunes, 25 de julio de 2016

Que necesitas para crear un sistema de información personal

Por: David Torné

Al subscribirte a mi newsletter el correo de bienvenida te informa de la temática de la que trata la publicación. Efectividad personal, GTD y el desarrollo de un sistema de archivo en la nube a través de Evernote.

Más que sistema de archivo me refiero a un sistema de información. Durante mucho tiempo me ha obsesionado ubicar las herramientas digitales, en la nube, en mi sistema de productividad personal. ¿Archivo y referencia o algo más?… En este post intento definir que es para mí un sistema de información y qué papel juega en mi productividad personal.

En un mundo VUCA eficacia e información van de la mano. No sólo en el modo de usarla para convertirla en conocimiento, se trata de estructurar un conjunto de herramientas y prácticas para canalizar el contenido producido (información capturada o creada por ti).  Capturar, curar el contenido, organizar, recuperar, compartir y coproducir con otros

Hacerlo de forma sencilla para usarlo sin fricciones causadas por la falta de ergonomía , lo que te tienta u obliga a abandonarlo para retornar a una forma desordenada de funcionar. Herramientas y prácticas para crear un sistema ganando cada día un poco más de profundidad.

Herramientas

Me inclino más por las practicas que por las herramientas pero son indispensables. Diversas necesidades requieren de más de una única herramienta:

  • Evernote. Recopilar notas o documentos. Un archivo estructurado en la red y un apoyo para tus proyectos. Los que no estéis de acuerdo con su política comercial tenéis OneNote de Microsoft.
  • Dropbox. Para compartir contenido con el mundo en general. Un archivo, un link, una vía de descarga para cualquiera.
  • Gooble Drive/Docs. Para coproducir contenido entre varias personas. A un chico ofimático de los 90-2000 le sigue flipando poder editar documentos entre varios a la vez.
  • IFTTT. Un sistema para automatizar la multitud de cuentas en servicios en la red y canalizar tu contenido a una de las tres opciones anteriores.

Capturar

Enviar el contenido a un punto de entrada al sistema único. Busca los servicios en la nube y multiplataforma. Los servicios disponen de aplicación móvil y múltiples widgets acoplables a entornos como el navegador o el SmartWatch (tomar notas mientas conduces).

Evernote o OneNote de Microsoft que permiten la captura desde cualquier de tus equipos o dispositivos.

Otra característica clave es el trabajo sin papel. No busques un escaner, mejor un servicio con captura con fotografía  y reconocimiento de la escritura – y el formato del doc. – es la mejor solución. La captura dinámica requiere del uso de múltiples formatos como las notas de voz o videonotas para enriquecer la captura.

Transformar

‘Curar’ la información para convertirla en contenido. Al procesar las notas en la bandeja de entrada en Evernote les asignas un título y unos tags adecuados. En aplicaciones ofimáticas haz lo mismo asignando una denominación específica al documento y unas líneas de descripción en los metadatos.


Curar la información es una necesidad para facilitar su uso y convertirla en contenido útil
Click Para Twittear


Organizar va más allá de etiquetar y archivar en carpetas. Va de crear una coherencia dentro del sistema a través de una estructura intuitiva que permita interpretar y navegar por el contenido almacenado.

El software a menudo da recursos en forma de carpetas y tags. Queda bajo la responsabilidad del usuario adecuar el entorno para generar su propia plataforma (leer más).

Revisar

Tu sistema debe ser revisado periódicamente para mantener su integridad y fiabilidad  comprobando aspectos como:

  • Integridad del contenido. Identificar el material caduco e inservible para eliminarlo, proyectos cerrados, duplicidades, enlaces rotos… Lo más difícil será crear tu criterio propio.
  • La integridad de la estructura. Si clasificamos contenido en carpetas, libretas, etiquetas… debemos revisar que la estructura sigue siendo fiable. Cada mes paso unos minutos ordenando y eliminando etiquetas nuevas en Evernote. Su jerarquización es un plus de la herramienta.
  • Seguridad. ¿Se están realizando correctamente las copias de seguridad? Tu mente digital debería incluir copias de tu información local en un disco externo. Haz una prueba de restauración cómo ejercicio de preparación.
  • Reflexionar. Ir un poco más allá del proceso mecánico de la revisión y pensar en la viabilidad de la misma, puede que no te salga a cuenta revisar carpeta por carpeta, hay que cambiar la frecuencia?… Pensar en el tipo de material que envías a la nube, debes digitalizarlo todo?

Colaborar

Trabajar en equipo o colaborar con una red de individuos en otras ubicaciones no es el futuro, es una realidad. El ermita a muerto. Tu sistema debe permitir compartir y coproducir contenido:

  • Compartir. El contenido en cualquier formato. Evernote permite abrir una carpeta para que cualquier miembro del equipo disponga de material de referencia, permitiendo publicar contenido o invitar a nuevos usuarios según los permisos dados.
  • Distribuir. Una variante de compartir. Lo que haces con la carpeta publica de Dropbox compartiendo tus archivos con cualquier persona a través de una URL. Con Evernote podemos abrir una libreta o una nota a través del mismo sistema.
  • Coproducir. Crear contenido entre varios miembros de tu red. Varias personas editando un documento de texto o una presentación. Las suites de ofimática como servicio. Google Apps o Office 365.

Un sistema asequible

La inversión económica ha adecuada a tus recursos. Existen un abanico de opciones gratuitas y de calidad para implementar todos los mencionados. Ver la lista al inicio del post.

Aplicaciones como Evernote están abandonando el modelo Freemium concentrando las funcionalidades más atractivas en las opciones de pago. ¿Vale la pena pagar para configurar mi sistema? Sólo tú puedes contestar esta pregunta pero más allá de un sistema de información personal cuando entres en el terreno profesional ciertas necesidades y requisitos sólo estarán disponibles bajo pago.

Aplica el mismo criterio a la inversión de tiempo y energía a aspectos como el aprendizaje del uso de la herramienta, el coste de migración de tu sistema actual…

Dedica tiempo a crear un sistema propio que genere confianza, limitado en número de herramientas para poder profundizar en el conocimiento de las mismas. Todos usamos multitud de herramientas y servicios en la red, pero nos falta tejer esa red de recursos que supone verlos como un todo que trabaje en conjunto. Un tema a desarrollar durante el próximo curso.


Tu herramienta GTD debe permitirte aprender

Por:

Dar cabida en nuestra vida a todo aquello que atrapa nuestra atención resulta un auténtico imposible si pretendemos usar para ello, nuestra propia memoria, ya que sabemos de sobra su nefasto funcionamiento. Es como tratar de retirar un tornillo Philips con una llave Allen. Acabaremos sintiéndonos frustrados, estresados y con una escasa sensación de control. ¿Te suena de algo?

Para salir de este atolladero, GTD plantea la necesidad de desarrollar el hábito de vaciar la mente. Para ello necesitas construir una mente externa que, además de ser 100% fiable, ha de estar constantemente actualizada. Si este principio no se cumple, tus asuntos acabarán regresando a tu mente. Esta mente extendida es lo que solemos conocer como nuestro sistema o herramienta GTD.

Implementar Getting Things Done es como ponerse en forma. Sencillo si se mira a largo plazo e imposible si se mira a corto plazo. Se trata de todo un camino de aprendizaje que lleva su tiempo, de ahí que el propio David Allen recomiende comenzar este viaje con herramientas muy sencillas de uso cotidiano, como son carpetas, papel y lápiz. Para que nos entendamos, baja tecnología o, más bien, cero tecnología. Si eres capaz de sentar a tu ego en el banquillo y seguir las recomendaciones de David Allen, créeme, te librarás de más de un berrinche.

Las herramientas sencillas, como el papel, funcionan muy bien porque te permiten darte cuenta de qué estás haciendo y cómo lo estás haciendo. Por ejemplo, definir tus propios contenedores, escribir de forma correcta tus acciones en lugar de copiarlas y desarrollar los hábitos necesarios de una forma más simple. En definitiva, te permiten aprender.

En mi caso, anduve más de un año de app en app, es decir, de flor en flor, hasta que introduje la variable «humildad» en mi ecuación de aprendizaje. ¿Será verdad esto que cuenta el Sr. Allen? Para saber si algo funciona o no, el camino es probarlo, así es que decidí olvidarme de la tecnología por un tiempo. El resultado fue un éxito rotundo. En dos o tres meses, método dominado y, cómo no, resultado tachado.

Es cierto que llega un momento en que experimentas control genuino y comienzas a sentir que necesitas unas mejores zapatillas. En ese punto comienzas a mirar el mercado de posibles apps para soportar tu sistema y te das cuenta de que estás jodido. No hay muchas opciones y tienes que mover ficha. Seguir usando tu primer sistema comienza a resultarte ineficiente, dado el elevado grado de digitalización actual.

¿Cuál es la mejor opción? Después de muchos años usando GTD y dándole vueltas a esta pregunta, he llegado a la conclusión de que la mejor opción es aquélla que te permite seguir aprendiendo, como ocurre con las soluciones en baja tecnología. Herramientas como por ejemplo Omnifocus, te permiten conseguirlo.

No hay un sistema core GTD que sea igual que otro. Lo que sí tienen en común es que permiten aprender a sus usuarios e ir mejorando su eficiencia a través de su evolución, gracias a que son herramientas muy abiertas.

Afirma Jeroen Sangers que «el mejor gestor de tareas es la solución que ya estás usando». Estoy 100% de acuerdo con él, siempre que la solución te funcione, claro ;-). Aún así, recuerda siempre que tu herramienta GTD debe permitirte aprender.

Imagen Aprendizaje cortesía de Shutterstock

AJMA_1_cuadrada_2000x2000.jpg Antonio José Masiá

Antonio José Masiá es consultor artesano en efectividad centrada en las personas


domingo, 24 de julio de 2016

Mindset de éxito: las 6 trampas que debes evitar para conseguir una actitud emprendedora que te lleve a conseguir todo lo que te propongas

Por: Franck Scipion
Actitud emprendedora

Cada día me encuentro con una nueva persona que me dice cosas como estas:

  • “Franck, llevo meses intentando lanzar mi blog pero nunca termino de dar el paso porque…”.
  • “Quiero triunfar con mi blog, pero tengo prisa y necesito hacerlo ya o…”.
  • “Siempre dejo tareas por hacer, los to do’s se me amontonan y al final nunca lanzo…”
  • Etc, etc, etc.

Todo este tipo de frases, que se resumen en tareas sin terminar y planificaciones interminables, se resumen en una sola cosa: una actitud emprendedora nula y un desconocimiento del mindset de éxito.

Ellos, tú y yo hemos caído en las trampas que tu cerebro procrastinador te presenta a diario. Ahora que has decidido lanzarte y montar tu blog de una vez, esa procrastinación es todavía más potente y no te deja avanzar.

Por este motivo pienso que, antes de dedicarte a pensar en qué temática debe tener tu blog, cómo debes estructurarlo, el diseño que vas a utilizar, sobre qué vas a hablar, etc, etc es importante abordar el propio mindset del éxito y tu actitud emprendedora.

Si no conoces las trampas que te va a presentar tu cerebro, acabarás cayendo en ellas sin remedio y tu actitud acabará por hundirte. Te retrasarás, no avanzarás y puede que te quedes en la casilla de salida para siempre.

Aun así, si caes en alguna trampa… no pasa nada. Yo he caído, tú caerás y no conozco nadie que haya llegado alto sin haber caído alguna vez en ellas.

Lo importante es que, si estás pensando en lanzarte a la piscina ya, leas este post y conozcas las trampas. Una vez las conozcas, podrás ver si aparecen, identificarlas, reaccionar a tiempo y no dejar que te impidan despegar.

¿Preparado para recorrer este camino lleno de trampas?

Trampa Nº 1: no soy suficiente experto

A menudo el primer miedo que tienes a la hora de emprender es creer que no sabes lo suficiente sobre tu temática como para poder enseñar a nadie.

Te diré qué es lo que pienso yo: no necesitas aprender más cosas sobre tu temática, ya eres experto suficiente hoy.

Una de las preguntas más comunes que me hacen los novatos es básicamente “no me siento experto suficiente para tener un blog, ¿quién soy yo para poder tener un blog en la temática X?”.

expertise en el blogging

En este gráfico creo que queda muy clara la situación del mercado. Por si no lo entiendes, te lo explico fácilmente.

El eje Y (vertical) representa el tamaño del mercado y el eje X (horizontal) representa el nivel de expertise, experiencia o conocimiento que tiene ese mercado. Y cuando me refiero a mercado me refiero a cualquiera casi sin excepción.

Veamos qué actores tenemos en él:

  1. Cracks de EE.UU: son los que inventan en tu mercado. Figuras visibles a nivel mundial que, en un 90% de las ocasiones, provienen de Yankeelandia.
  2. Cracks en español: gente que está replicando lo que están haciendo estos 2 o 3 cracks en Estados Unidos y que se han hecho dueños de esta temática en España o en el país de habla hispana que te corresponda. Tienen un nivel de expertise importante y probablemente superior al tuyo, pero se pueden contar con prácticamente los dedos de las manos.
  3. Tú: te he puesto un poco más a la izquierda en esta curva, donde claramente no llegas a estas figuras visibles en español ni a estos cracks en Estados Unidos -ojalá algún día los superes-, pero ahí estás tú. Llevas tiempo, sabes muchas cosas y estás por encima de casi todo el mercado… pero estás obsesionado con esas pocas figuras visibles en español y en Estados Unidos. Sufres una comparación destructiva y sin sentido, ya que si llevas 2 años y ellos 10 no tiene ni pies ni cabeza hacerlo. Estás comparando peras con manzanas y no deberías hacerlo, céntrate en ti y en las personas que tienes detrás.
  4. Novatos: el 98% del mercado. Todos saben menos que tú, están dispuestos a comprar tus cursos y servicios si los ofreces de la forma adecuada y son posibles consumidores de todo tu conocimiento y expertise. Esta es la gran mayoría que te debe obsesionar y no la de la derecha.

Hay una metáfora muy simple de todo esto.

Piensa en una carrera popular. Cuando te pones a correr siempre miras a ese montón de personas que llevas delante y piensas “estoy muy atrás, debería ir más rápido”. La cosa se pone difícil y puedes llegar a desesperarte.

Yo te recomiendo que te des la vuelta. Mira atrás y observa ese montón (mucho más grande) de personas que están detrás de ti.

No hay tantas diferencias entre la carrera popular y este gráfico. No tienes que ser el más rápido ni el experto Nº en la temática ni tienes que compararte con las figuras visibles.

Date la vuelta, disfruta viendo que el 98% del mercado son novatos que no han leído ni un libro sobre la temática y relájate.

Piensa que, hoy en día, con que hayas leído un par de libros sobre tu temática ya eres un experto.

Pero, ¿un experto para quién? Pues para todos esos novatos que no han arrancado su camino todavía.

Con ese conocimiento ya eres capaz de aportar valor y conseguir esos ansiados fans y clientes.

Obviamente, no te puedes equiparar a las figuras visibles en español o en habla inglesa, pero ya tienes la capacidad de aportar valor para los que están arrancando con tu temática y es ahí donde quiero que te obsesiones.

Con el paso del tiempo, a medida que vayas blogueando, irás también haciéndote más experto y la comparación no será tan odiosa con estas figuras visibles. Y en 5 años, que no habrás visto pasar, te habrás hecho un experto muy, muy experto en tu temática.

Por favor, deja de mirar a las personas que están más adelantadas que tú en el camino y céntrate en las que ya puedes ayudar hoy.

No necesitas aprender más sobre tu temática.

No necesitas una acreditación ni un diploma más para poder empezar a ayudar desde ya a la gente que tiene interés en tus temas.

ACTITUD EMPRENDEDORA Nº 1: deja de obsesionarte con intentar ser igual de bueno que otros profesionales que te llevan años o décadas de ventaja y obsesiónate con satisfacer las necesidades del 98% de posibles clientes que tienes en tu mercado.

Trampa Nº 2: la sobrepreparación es una ilusión

Ningún plan aguanta más de 5 minutos en el mercado.

Dilo alto conmigo: no a la sobrepreparación.

Cada vez que organizo un evento presencial suele haber una o varias personas que me dicen que me están siguiendo desde años (algunos desde el año 2010) y que todavía no han lanzado su proyecto.

Siguen estudiando, haciendo cálculos de no sé qué y al final han caído en la trampa de siempre estar buscando y estudiando más cosas, haciendo más números para, al final, nunca lanzarse.

Yo suelo hacer planes, planes sencillos que pueden caber en un par de hojas A4 como mucho y que se pueden hacer en un par de días.

Hago estos planes porque me ayudan a mentalizarme para el reto que me está esperando y porque me tengo que preparar a nivel mental para estas actividades.

Pero luego me lanzo y ajusto con los inputs reales del mercado.

Después de más de 20 años de experiencia en negocios sigo equivocándome de forma sistemática con todas mis previsiones de ventas. Hasta que no tengo ventas reales no puedo hacer previsiones con criterios, así que no creo que necesites más de 7 días para lanzarte en tu aventura de Extreme Blogging.

Este es el período de tiempo que necesitas para prepararte, pero la mayoría de las respuestas no las vas a tener ni las vas a conseguir alargando esta fase de preparación porque ningún plan resiste el paso del papel a la realidad.

Puedes tener un montón de ideas, pero hace falta lanzar tu idea en el mercado y empezar a trabajar con datos reales, lectores reales, clientes reales que rechacen tu oferta y ahí sí empiezas el camino hacia el éxito.

Pero hasta que lanzas tu blog no tienes absolutamente nada, así que ojo con alargar al infinito tu fase de preparación de lanzamiento de tu proyecto.

ACTITUD EMPRENDEDORA Nº 2: lánzate al mercado con un Blog Mínimo Viable y valida todas tus hipótesis sobre la marcha trabajando en la vida real y no en un papel.

Trampa Nº 3: la perfección es nociva

Te animo a rechazar todo afán de perfección. La perfección es pérfida, es realmente nociva y te impide disfrutar de tus avances porque siempre va a haber un detalle que hace que no estés contento.

Esto es muy triste porque no vas a disfrutar de lo que aprendes y del camino que estás recorriendo. Odio la perfección y creo que no te servirá de (casi) nada en tu camino.

Pero sobre todo el afán de perfección es la excusa perfecta para retrasar las cosas una y otra vez:

  • “No tengo suficientes posts escritos en el blog”.
  • “No tengo el diseño que quiero”.
  • “Todavía no he instalado el plugin X o Y”.
  • “No puedo medir las visitas en Google Analytics“.
  • “Bla, bla, bla”.

Siempre va a haber una excusa para no lanzarte, no avanzar y no empezar a trabajar con datos reales. Con lo cual, di que no a la perfección. La perfección es una excusa para no hacer.

Es un elemento que te impide disfrutar de todo lo que vas aprendiendo y de las pequeñas victorias que estás cosechando cuando lanzas tu blog por vez primera. Cuando empiezas es totalmente normal sentir vergüenza con lo que estás haciendo. Yo también la he tenido.

Recuerdo mi primer blog y era un blog muy feo. Recuerdo también mis primeros artículos o mi primer vídeo y me da una auténtica vergüenza tenerlos ahora.

Siguen publicados ahí, y de hecho, me sirvo de estos ejemplos en algunos de mis talleres presenciales para enseñarle a la gente que todos hemos empezado algún día y que con la práctica mejoramos muy rápido.

El secreto del éxito y de dominar una técnica, sea cual sea esta técnica, pasa por la repetición y al principio las cosas que hacemos son muy aproximadas.

¿O acaso nacimos músico de élite? ¿O de la noche a la mañana nos transformamos en un concertista o deportista de élite?

Pues no, no es así.

No te exijas a ti en el mundo del blogging cosas que nunca te exigirías en otras temáticas como pueden ser el deporte o la música.

No te preocupes, con la práctica vas a mejorar muy rápido y sobre todo te animo a centrarte en los progresos que estás haciendo, escuchar a tus clientes en tu blog y ponerte a trabajar bajo demanda para ellos resolviendo sus dudas.

¿Por qué? Porque ellos entienden mucho más de perfección que tú y saben qué esperan de ti.

No intuyas, tu intuición se equivoca. Escucha lo que te dicen tus lectores y tus clientes. Ellos te van a guiar hacia el producto perfecto.

En definitiva, “hecho” siempre es mejor que “perfecto” y tienes que integrar este hábito en tu rutina de trabajo.

ACTITUD EMPRENDEDORA Nº 3: olvídate de la perfección y busca siempre la acción. Es mejor avanzar con algo imperfecto que quedarte para siempre estancado en la nada por querer hacerlo todo 100% perfecto.

Trampa Nº 4: el síndrome del soberbio durmiente

Sintoma nº1: “Esto ya me lo sé”.  Una y otra vez frente a muchos temas que intentan enseñarte.

Es fundamental que tengas una mente abierta. Si no la abres, te cerrarás a los nuevos conceptos que te presenta un formador y te estarás haciendo un flaco favor, ya que no aprenderás. Y además, con aprender no es suficiente.

Hace falta validar estos conocimientos con experimentos. A veces me topo con alumnos que me dicen que ya se saben lo que les enseño. Puede que sea verdad o no, da un poco igual. Pero la soberbia, en todas sus formas, mata.

Aunque hayas escuchado, aunque hayas leído muchos blogs o muchos libros y quizás hayas aprendido alguna estrategia en un taller presencial o en una Masterclass en la que escuchas a un experto contarte su propia experiencia, si no has implementado lo que te han enseñado en tu propio proyecto la verdad es que no sabes nada. No has validado estos conocimientos.

La sabiduría de los ancianos nace de 2 cosas inseparables: conocimientos -por un lado- y experimentación para consolidar estos conocimientos con el objetivo de que entren a formar parte del ADN de tu cerebro y forma de pensar.

Sin experimentación no terminas de validar tus conocimientos. Esto que te estoy comentando nos pasa a todos, todos pecamos en algún momento de soberbia. Sí, somos todos un poco soberbios. Yo el primero.

Por ejemplo, llevo años, literalmente años, leyendo y formándome en diagonal -como digo yo- sobre webinars. De paso, me he gastado miles de dólares en el camino porque sabes que las formaciones en la blogosfera inglesa son muy buenas, pero son muy caras.

Tan solo me he puesto a experimentar en serio con los webinars en 2016. Los he implementado de verdad en mi negocio y enseguida todo aquello que he leído empieza a tomar forma.

Cuando yo creía, a veces, por soberbia que me estaban contando cosas que ya sabía, al ponerme en marcha e implementar estos webinars en mi propio negocio mi perspectiva ha cambiado por completo.

Por fin entiendo cosas que me estaban comentando los mentores sobre estos temas. Ahora lo entiendo, en 2016, porque empiezo a trabajar de forma activa con estas herramientas y las ventas se están disparando por arte de magia.

Para aprovechar los conocimientos y esa formación de la que te hablo te voy a dar 2 claves fundamentales:

  1. Céntrate en una única cosa a la vez: no te metas en 17 trainings con 17 objetivos distintos. Si entras en uno, tu objetivo es completarlo antes de pasar al siguiente. Si tu training es de cómo crear un blog, cosas como autoresponders, funnels, webinars automatizados y demás te sobran. Además, que siempre este training sea exactamente el que necesitas ahora mismo para progresar y no uno que esté varios pasos por delante.
  2. Implementa todo lo que leas: da igual que te formes con trainings, cursos de pago, blogs o lo que quieras. Implementa lo que aprendes y no te quedes solo leyendo. Implementa esa única cosa en la que te has centrado, avanza y consigue los objetivos marcados.

No colecciones cursos, te quedes siempre a medias y seas un soberbio durmiente. Apaga las distracciones, trabaja en esa formación que tienes y cumple los objetivos.

ACTITUD EMPRENDEDORA Nº 4: no te cierres a lo que te cuenten tus mentores y formadores y aplica todo lo que aprendas. Si no pasas a la práctica no aprenderás nada y tendrás mucho conocimiento vacío en el cerebro.

Trampa Nº 5: el agobio del objeto que brilla

Siempre habrá una herramienta nueva que probar.

Siempre habrá una nueva táctica increíble que le ha funcionado a ese blogger y que deberías aplicar en tu blog.

Siempre habrá un post impresionante que debes de leer sí o sí si no quieres quedarte atrás.

Y siempre habrá mil cosas que “debes hacer”. Y luego dirás que estás agobiado.

Simplemente ese agobio está unido a la perfección. Al querer esa perfección siempre descubres nuevas cosas que estudiar y, con el paso del tiempo, en 30 días te encuentras con una lista interminable de tareas.

Te reto a hacer una cosa: coge esa lista de tareas y elimina el 99% de lo que tienes en menos de 60 segundos.

No necesitas ese plugin, no necesitas esa táctica ni necesitas leerte ese maldito post.

Si eres novato es normal que no tengas criterios para saber qué es relevante o por dónde ir, pero para eso están los mentores que funcionan como guías a corto plazo.

Acepta que aprender puede ser lento. No tengas prisa. Te agobias porque te centras en el resultado: ya quieres ser libre, ya quieres viajar por el mundo, ya quieres obtener ingresos automatizados a los 30 días y esto no puede ser, esto no funciona de esta forma.

Tan solo deberías disfrutar con el proceso. Si tan solo quieres crecer como persona, siendo un mejor blogger cada día del año, te garantizo que terminarás ganando mucho dinero y que no tendrás esta sensación de estar agobiado.

No te exijas demasiado a corto plazo. Lo fundamental es el viaje, no tanto el destino.

ACTITUD EMPRENDEDORA Nº 5: deja de probar todo lo nuevo que sale al mercado y céntrate en avanzar con lo que ya tienes. Y si quieres probar algo nuevo, hazlo en orden trabajando con una sola cosa a la vez.

Trampa Nº 6: la procrastinación como consecuencia de las trampas anteriores

Última trampa: procrastinar como el que más.

Para vencer la procrastinación hay que proyectarse a ámbitos temporales muy, muy cortos.

La procrastinación es el tercer amigo de la banda, por decirlo de alguna forma, ya que siempre va unido con la perfección y el agobio.

Empiezas con ganas de perfección, te agobias enseguida y al final, por culpa de este agobio, te das cuenta que no puedes atender a todo lo que te has marcado en el planning y empiezas a procrastinar.

La motivación baja, y a partir de ahí, entramos en un círculo vicioso negativo descendente que te conduce al abandono del blog a los pocos meses.

Este es el círculo vicioso que hay que romper: perfección-agobio, agobio-procrastinación.

La motivación es fundamental en un proyecto que se está lanzando y tienes que poder nutrirte de las pequeñas victorias. Mi secreto para resolver este tema de la procrastinación presupone trabajar los ámbitos de la perfección y del agobio -por un lado- y también trabajar a una escala temporal muy corta.

Si trabajas de forma muy intensa pero corta, tendrás todo el derecho de descansar después.

Hay que vivir la vida de forma peligrosa, salir de la zona de confort, apuntar a la luna, anunciarlo a tu audiencia, dar la cara de forma pública. Puede que al final no llegues a la luna, pero sin darte cuenta tu proyecto habrá despegado, estarás volando y te parecerá normal.

Hay que tener ambición para las cosas, porque si al final no te marcas objetivos ambiciosos no terminarás de dar pasos de gigante.

Y sobre todo tienes que exigirte a muy corto plazo, no proyectarte en proyectos que pueden durar semanas o meses, porque es ahí donde la procrastinación suele hacer daño.

Si trabajas en proyectos en ámbitos de unos días, una semana como mucho, vas a darte cuenta de que estás avanzando muchísimo más. Además, obviamente, tendrás que plantearte objetivos más razonables.

En una semana no puedes pasar de tener un blog que no genera ingresos a un blog que genera 10.000 euros al mes. Esto no funciona así.

ACTITUD EMPRENDEDORA Nº 6: ponte plazos temporales muy cortos y objetivos fáciles de alcanzar para no procrastinar. Cuanto menos tiempo necesites y menos dificultad tengan esas tareas, más fácil será conseguir pequeñas victorias.

¿Qué actitudes ganadoras deberías trabajar?

Conoces las 6 trampas que pueden destruir tu negocio incluso antes de lanzarlo. Y bien, ¿cuáles son las actitudes que debes trabajar para superar estas trampas? ¿Qué puedes hacer para caer en ellas?

Muy simple: deberías trabajar estas 6 actitudes ganadoras para emprender de forma rápida, sana y productiva.

#1 Me gusta fracasar

El fracaso es la antesala del éxito.

Nadie consigue algo sin haber fracasado antes. Y si lo hace, tarde o temprano fracasará antes de conseguir su próximo éxito.

No tienes que buscar la perfección y el éxito. Simplemente debes fracasar mucho, barato y rápido para aprender qué es lo que no hay que hacer y cómo hacerlo bien.

Si fracasas rápido y barato encontrarás la forma de triunfar al mismo “precio”.


Si fracasas rápido y barato encontrarás la forma de triunfar al mismo precio
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#2 Pensar a muy largo plazo

El blogging NO es una carrera de velocidad. Es una semi-maratón semanal o un entrenamiento por intervalos.

Si haces 10 kilómetros en 70 minutos no tendrás un buen tiempo, pero si sales 3 veces a la semana habrás corrido 1.560 kilómetros en un año. 15.600 en 10 años. Y es probable que ya bajes de la hora para correr esos 10 km sin sufrimiento.

La clave no está en correr, querer llegar el primero y agobiarte. La clave está en disfrutar del camino, de los hábitos y de todo lo que lo rodea.

Planea a corto plazo, proyéctate a largo plazo.


Planea a corto plazo, proyéctate a largo plazo
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#3 Ayudar es más importante que ingresar

Si tu objetivo Nº 1 a la hora de crear tu blog es ganar dinero sea como sea, intentando dar un pelotazo y sin “escrúpulos” tengo una noticia para ti: vas a fracasar.

No te obsesiones con ingresar, obsesiónate con ayudar a tu target. Hazlo de forma genuina, no pienses en el dinero y piensa en todo el valor que vas a aportar.

Si construyes una audiencia que te quiere y responde a lo que le pides sabrás monetizar esta audiencia sin problemas.

Si te presionas por el dinero a corto plazo, espantarás a tus lectores y te quedarás solo.


Si construyes una audiencia que te quiere y responde a lo que le pides sabrás monetizar esta…
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#4 Hecho está mejor que perfecto

Deja de ser un perfeccionista y conviértete en un “hazlatán”.

Haz un par de cosas todos los días y, sobre todo, termínalas.

No importa que esa cosa suponga 30 minutos, 1 hora o 2. Lo importante es que no encares el final de ningún día sin haber completado una tarea.

Cada día debe ser un día resuelto lleno de tareas terminadas.

Menos perfección, más acción.


Haz un par de cosas todos los días y, sobre todo, termínalas
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#5 Alégrate del éxito de los demás

En el mundo del blogging no existen islas.

Hay muy pocos bloggers que hayan triunfado sin tejer una red de bloggers amigos potentes.

No son tu competencia, son coopetencia. Son compañeros. Son tus aliados en el camino que vas a recorrer.

Colabora con tus competidores, ponte a su servicio y trátalos bien.

Si lo haces el crecimiento de tu proyecto se acelerará y, a largo plazo, conseguirás cientos de cosas que en solitario son imposibles.


Colabora con tus competidores, ponte a su servicio y trátalos bien
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#6 No hay días sin placeres

Sí, así es. O más bien, así debería ser.

Elige los placeres que más te gusten y disfruta de ellos cada día.

Si tu premio al trabajo duro es tomarte una cerveza viendo una serie de televisión, hazlo.

Si tu premio diario es salir a correr con tu música preferida o un episodio de un podcast, hazlo.

No te acuestes sin tu dosis de placeres cotidianos.

Si trabajas duro y sabes disfrutar de estos placeres, ¡nadie podrá pararte!


No te acuestes sin tu dosis de placeres cotidianos
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¿Cuál es la trampa Nº 1 que evita que lances tu blog de una vez?

En este post te he detallado todas las claves para tener una actitud emprendedora y mindset de éxito adecuada para lanzar un blog en poco tiempo y de forma 100% accionable.

Aun así, sé que caerás en muchas trampas y que probablemente ahora mismo andes metido en alguna de ellas. Por eso quiero preguntarte esto: ¿cuál de estas trampas te está impidiendo conseguir tus objetivos y por qué?

Compártelo en los comentarios. Te ayudará a analizar tu situación y descubrir el problema Nº 1 que evita que cumplas con tus objetivos.

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Post invitado: La efectividad sigue alejada de las organizaciones

Por: José Miguel Bolívar

Aún queda mucho trabajo por hacer en la mejora de la efectividad, tanto a nivel organizativo como de las propias personas que componen las organizaciones. Es cierto que cada vez se puede apreciar un mayor interés por abordar cambios que ayuden a mejorar la vida de las organizaciones y de las personas, pero aún queda recorrido.

La metodología de efectividad organizativa OPTIMA12® determina cuatro aspectos principales que influyen en la mejora de la efectividad de las organizaciones: las personas, los procesos, la tecnología y las estructuras organizativas. Trabajando en estos cuatro ejes, se crean sinergias para conseguir una mejora de la efectividad sostenible y diferencial.

El primer paso para mejorar la efectividad de una organización moderna es mejorar la efectividad de las personas que trabajan en ella. Cualquier otro enfoque, orientado a realizar cambios en la tecnología, en los procesos y/o en las estructuras, sin haber considerado previamente a las personas, tiene muchas posibilidades de resultar estéril.

Sin embargo, muchas organizaciones comienzan por abordar procesos de cambio sin considerar, de verdad y primero, a las personas.

Y lo que ocurre es que resulta irrelevante abordar proyectos de transformación tecnológica que fomenten la colaboración en la organización si las personas no han entendido antes qué es y cómo desarrollar de manera efectiva un trabajo colaborativoDa igual que se aplique la última metodología de optimización de procesos, si las personas que más a fondo conocen el entorno del mismo no han sido participes en las decisiones de ese cambio. Y tampoco proporcionará resultados destacables el adoptar nuevas estructuras organizativas si las personas siguen ancladas en paradigmas pasados.

«Efficiency is doing things right; effectiveness is doing the right things.» Peter Drucker

En la sociedad del conocimiento, las organizaciones modernas se nutren del conocimiento de las personas. Y son las personas las que tienen que, desde su propia efectividad, contribuir a mejorar la efectividad de la organización. Este es otro motivo que las organizaciones deben comprender. En teoría es evidente, pero en la práctica no lo es tanto.

Por otro lado, las organizaciones deben tomar conciencia y ser permeables a esta nueva realidad que llevamos viviendo desde hace años. Esa realidad líquida de la que habla Bauman y que llegó para quedarse. Para ello, deben innovar y buscar soluciones que funcionen a la hora de mejorar la efectividad de las personas. Sin embargo, en muchos casos, se sigue hablando erróneamente de mejorar la productividad de las organizaciones poniendo foco únicamente en «hacer más con menos», renunciando de atemano a intentar «hacer mejor».

Este planteamiento, que era posible y podía tener sentido en el trabajo industrial, resulta claramente insuficiente en la sociedad del conocimiento actual. Porque efectividad y productividad no son lo mismo, y persistir con ese enfoque tiene un coste de oportunidad muy peligroso.

Algunas organizaciones punteras ya están abordando con éxito modelos de mejora innovadores, los cuales están al alcance de cualquiera que quiera comprometerse a hacerlo. Conseguir que la efectividad de las organizaciones deje de ser una asignatura pendiente es necesario y es posible.

Por eso, antes de invertir en tecnología, en procesos o en rediseños de estructuras, se debe invertir en mejorar la efectividad de las personasLa efectividad de las organizaciones depende de ello.

David Sánchez es consultor artesano y nodo de OPTIMA LAB, una red productiva que ayuda a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas.

Puedes seguirle en twitter y también en su blog: http://ift.tt/1jn8M4A.