domingo, 28 de agosto de 2016

Cómo pasé de tener 1.366 visitas al mes a despedir a mi jefe en tan solo 3 meses

Por: Jesús Matos
despedir a tu jefe

Este es un post de invitado de Jesús Matos de enquilibriomental.net. Fue uno de mis alumnos en las últimas ediciónes de Visibilidad Ascendente y Autoridad Ascendente y lo he traído al blog para que te cuente una historia de la que podrás aprender muchísimo. Una historia que le llevó a despedir a su jefe y vivir de su blog en apenas 3 meses. ¡Te dejo con él!

En estos últimos meses he experimentado un cambio bestial en mi vida. He sido capaz de hacer realidad mi sueño: vivir ayudando a otras personas.

He conseguido salir del mundo oscuro de las grandes corporaciones para poder dedicarme al 100% a vivir de mi blog. Ahora soy yo el que pone los horarios, el que se toma vacaciones cuando quiere y el que toma las decisiones. Además, me puedo dedicar a ayudar a otras personas a no sentirse tristes.

¿Qué más puedo pedir?

No te voy a engañar, no ha sido nada fácil. He tenido que trabajar muy duro para conseguirlo, pero de verdad que ha merecido la pena.

Y hoy vengo a contarte el camino que he seguido para conseguirlo. Un camino duro y lleno de trabajo, pero también lleno de alegrías y de sueños cumplidos.

¿Me acompañas en este pequeño viaje?

¿Por qué empecé a escribir en un blog?

La verdad es que desde siempre me ha gustado escribir. Con 4 o 5 años ya lo hacía, incluso ilustrando yo mismo mis creaciones. Después las grapaba con una cartulina y montaba ediciones de bolsillo para mis padres y mis tíos (ediciones de bolsillo de un niño de 4 años…).

Con 26 años tuve la “suerte” de que una gran empresa a nivel nacional se fijase en mi currículum de psicólogo.

Me pusieron encima de la mesa unas condiciones que nadie en su sano juicio podría rechazar. Estábamos a principios de 2014 y con la que estaba cayendo en España me iban a pagar más de 2.000 euros al mes.

¿Sabes lo que hice a las 2 horas de estar en mi primer día de formación?

Empezar a enviar currículums para salir de allí. Así de negro lo vi.

Al mes y medio de estar trabajando decidí que poco iba a conseguir si esperaba que otros me diesen un empleo, así que me lancé a escribir un libro.

En poco menos de un mes lo tenía listo.

Conseguí un agente literario al que le encantaba el libro, pero me recomendó que montase un blog, que sin eso las editoriales ni siquiera abrirían mi libro.

Y me puse a ello.

Todo lo que me llevó a querer huir de mi trabajo

Como te contaba, a principios de 2014 me ofrecieron una plaza de psicólogo en una gran empresa.

Sueldazo, todos los gastos pagados y trabajar de 8 a 15. La única pega era que me tenía que mudar a Málaga (buen tiempo, más barata que Madrid, podía ir andando al trabajo… una pega espectacular).

Ni corto ni perezoso me lancé a la aventura.

El primer día de formación en Madrid me di cuenta de que la gente que trabajaba allí no era ni de lejos feliz. Todos se quejaban de la presión, de que no se valoraba su trabajo y de que estaban lejos de realizarse profesionalmente.

Yo me iba mosqueando cada vez más, pero ya había dejado mi anterior trabajo y no tenía muchas opciones, así que no me quedó otra que seguir con la decisión.

A los 15 días de estar en una ciudad maravillosa, tener un sueldazo, vivir solo y tener coche propio, ¿sabes cómo estaba?

Pues deprimido. No triste ni de bajón. Tenía una depresión de caballo.

Me había dejado engañar. Caí en la trampa de que un sueldo más alto y una casa más grande me harían feliz (lo peor es que yo sabía que no era así).

Perdí todo aquello que me importaba. Dejé atrás a mi familia, a mi pareja, a mis amigos, mi grupo de Rock & Roll y el trabajo de mis sueños (cobraba poco, pero me dedicaba al 100% a ayudar a otras personas). Estaba desolado… y lo peor es que hasta mi autoestima se vio afectada.

Mi realidad en el nuevo trabajo era que tenía 7 jefes por encima de mí a los que no les importaba otra cosa que los datos y el beneficio económico. Tenía que ver 17 o 18 pacientes al día cada 15 minutos. Evidentemente, poco se puede hacer en tan poco tiempo, aunque me sirvió para ver las técnicas que mejor funcionan y hacen efecto en menos tiempo.

La presión era insoportable. Llegó un lunes en el que tras el fin de semana tenía más de 130 correos diciéndome lo buen psicólogo y pésimo gestor que era (es lo que tiene intentar rentabilizar un sector que no es rentable…). Además, como guinda del pastel, tras firmar el contrato me enteré que tenía que ir 2 días a la semana a Sevilla (201 km de ida y 201 km de vuelta). Después fueron 3 días.

Mi vida personal era otro desastre. Salía a las 15:15 los días que estaba en Málaga, pero no conocía a casi nadie y no tenía nada que hacer. Los días que estaba en Sevilla o bien iba y venía (lo que hacía que me levantase a las 5:00 de la mañana y llegase a casa a las 17:00 de la tarde) o me quedaba en un hostal. Vivir en un hotel es descorazonador, no se lo recomiendo a nadie.

La motivación para salir de aquel infierno era tan grande que primero escribí un libro y después, en 2015, empecé mi blog.

Mi vida actual no tiene nada que ver con aquel infierno.

Ahora tengo tiempo para dedicarle a mi familia y a mis amigos. Sigo trabajando como un bestia, pero en algo que me satisface al 100%.

Voy a contarte lo que he hecho para conseguir la vida de mis sueños en tan poco tiempo.

No me voy a dejar nada en el tintero… Así que… ¡sigue leyendo!

El primer paso: definir a mi lector ideal

Mi primer impulso fue posicionarme cómo alguien experto en felicidad. Hay una corriente nueva en la psicología que se dedica al estudio científico de las emociones positivas.

Además, cuando estudié el máster en psicología clínica tuve la oportunidad de ser tutorizado por uno de los mayores expertos a nivel mundial en esta disciplina (Carmelo Vázquez), por lo que sabía de lo que hablaba.

El principal problema es que, cuando le dices a alguien que tienes la fórmula de la felicidad, nadie se lo cree. Te catalogan como un vende humos desde el minuto uno.

Yo, que me he matado a estudiar, que tengo dos másteres, que he estado de ponente en numerosos congresos internacionales, que he visto a más de 1.500 personas en consulta, que he publicado artículos en revistas científicas y que defiendo la ciencia a capa y espada… ¡estaba siendo catalogado cómo vende humos!

Menos mal que no tenía visitas en la web.

Tras darle una vuelta, me di cuenta de que lo que realmente se me da bien y en lo que tengo más experiencia es en ayudar a personas a gestionar la tristeza y a alcanzar un estado de bienestar pleno.

Entendí que el punto de dolor de alguien no es “tener una vida aburrida y querer vivir plenamente” sino “estar triste”.

Me dediqué a pensar en los pacientes a los que más había podido ayudar y me di cuenta de que la mayoría eran mujeres de mediana edad con un problema muy concreto. Su rutina diaria no promocionaba para nada el bienestar, sino que se veían atrapadas en un día a día que les consumía la energía y les empujaba a estar tristes la mayor parte del tiempo.

Así que decidí que me iba a dedicar al 100% a ellas.

Las estrategias que utilicé para multiplicar por 10 mis visitas a la web

Un Lead Magnet valorado en 250-300€

He probado varios Lead Magnet. Al principio empecé regalando una técnica de relajación en audio con un PDF adjunto, después compliqué aún más el regalo y monté un autorresponder de 9 emails.

En el primero regalaba un pequeño ebook titulado “19 señales de que eres una persona feliz” y después un curso de 6 módulos grabados en vídeo dónde explicaba alguna de las técnicas que mejor funcionaban para incrementar el bienestar. En alguno de los emails también hice una recopilación de los mejores artículos del blog.

En el momento que decidí que me iba a dedicar a ayudar a mis lectores a superar la tristeza elaboré el que es mi actual Lead Magnet y el que, de lejos, me ha dado mejores resultados.

Se trata de un training gratuito en vídeo de 4 clases:

  1. En la primera clase introduzco los factores que nos ponen tristes y cuento mi historia. Como he pasado por lo mismo que mi lector, soy capaz de hablar el mismo lenguaje que habla y conectar bastante bien.
  2. En la segunda clase explico el proceso completo de regulación emocional. Ayudo a que las personas que ven este módulo entiendan que todo lo que sienten es normal y que es posible dejar ir este tipo de emociones.
  3. En la tercera clase doy 2 técnicas específicas para ayudar a superar la tristeza.
  4. Y en la última clase explico otra técnica y regalo un audio para que puedan hacerla donde quieran.

El curso se entrega por email y aprovecho para pedir a los suscriptores que me cuenten su historia.

Con las respuestas tengo muchísima información sobre las problemáticas más comunes que tienen mis lectores, información que me ayuda a escribir en el blog para ayudarles de una manera más eficaz.

Además, a los que me responden a los emails les proporciono herramientas extra para que puedan progresar más rápido. Si te das cuenta, aporto un montón de valor a todo el que se suscribe.

Sinceramente, creo que una persona que se apunta al training gratuito y me escribe pidiéndome consejo se lleva la información equivalente a 4 o 5 sesiones con un psicólogo. Es decir, el equivalente monetario a 250-300 euros.

Además, si genuinamente creo que puedo ayudar a alguien, le ofrezco una sesión gratuita de 30 minutos.

¿Se puede dar más?

Guest Posting para relacionarme

Voy a decir algo que seguramente te resulte raro: a mí el guest posting no me ha ayudado a conseguir suscriptores de una forma directa.

He conseguido publicar en casi todos los blogs que me había propuesto y la verdad es que, salvo unas decenas de suscriptores, no he tenido resultados directos.

No quiero decir que el guest posting no sirva para nada, ojo, todo lo contrario. A mí me ha servido para hacer networking que después he podido aprovechar para otras acciones.

Te cuento lo que hice.

Durante 2015 hice 6 o 7 guest posts en los blogs que yo creía que me podían aportar más visitas. Eran blogs principalmente de coachs y psicólogos. La clave de esta actividad ha sido darme a conocer entre los profesionales del mundo del desarrollo personal.

Primero los seguí en Twitter, retuitee los post que me parecían interesantes e hice aportaciones en los comentarios.Después me lancé a la piscina y les escribí un email ofreciendo un artículo que genuinamente podía aportar algo a sus lectores.

En los meses posteriores, siempre que he podido me he apuntado a quedadas offline y he podido desvirtualizar a algunos de ellos. La verdad es que a mi esta actividad me carga de energía. He conocido personas maravillosas en estos meses (¡¡hola a todos, que sé que estáis leyendo!!).

Anuncios en Facebook para abrir las puertas de la visibilidad

La primera gran revolución en cuanto a visitas y suscriptores se refiere fue cuando, allá por marzo de 2016, decidí empezar a invertir algo de dinero en Facebook Ads.

En aquel momento seguía con un trabajo por cuenta ajena, por lo que me podía permitir esta inversión. Lo que hice fue simplemente publicitar una publicación en la que invitaba a mis lectores a suscribirse.

En el texto de la publicación tocaba de lleno la problemática principal de mi lector ideal. Además, llevaba adjunta una foto mía haciendo referencia al mismo problema (los seres humanos estamos programados para que nos cueste decir que no a alguien a la cara, por lo que me pareció buena idea poner mi imagen).

jesus matos anuncio facebook

Para que te hagas una idea, con 150 euros mensuales invertidos consigo unos 500 suscriptores al mes. Es una pasada, y todo en piloto automático.

Esta es la evolución de la gráfica antes de publicitarme en Facebook ads (febrero de 2016).

jesus matos visitas febrero

Y esta después de publicitarme en Facebook ads (abril de 2016).

jesus matos visitas abril

Si te das cuenta multipliqué casi por 5 mis visitas a la web.

Un MacroCongreso online para multiplicar los suscriptores

En abril se me ocurrió la idea de montar un evento online que agrupase a gente grande del mundo del desarrollo personal.

Mi objetivo principal era poder ayudar a cuantas más personas mejor, pero tenía claro que con mi nula visibilidad no podía hacer algo de la magnitud que me apetecía hacer.

La idea era conseguir 15 o 16 personas que estuvieran dispuestas a grabar una conferencia en vídeo sobre “Superación de la tristeza e insatisfacción personal”. El problema principal de mis lectores.

Así que ni corto ni perezoso me puse a escribir a todos los grandes del mundo del desarrollo personal (a casi todos, alguno se quedó en el tintero, pero para la segunda edición prometo escribirles).

Empecé primero por aquellos que me habían dejado escribir en sus blogs unos meses antes y absolutamente todos me dijeron que sí. Después me lancé a la piscina y mandé un email con la propuesta a grandes que creía que ni siquiera me iban a contestar. Y algunos sorprendentemente me dieron hasta su número de teléfono personal para poder hablar de la propuesta.

Fue increíble.

Tras muchísimas gestiones reuní a 16 personas que querían colaborar. Puse una fecha límite y me lancé a hacer la landing page. Fue un trabajo costoso porque tuve que hacer varias versiones, ya que alguno de los ponentes no sabía si podía participar hasta el último momento.

Lancé la landing page 10 días antes de que comenzara el evento y conseguí 1.900 suscriptores. No invertí ni un euro en publicidad, lo que hice fue elaborar un checklist de promoción del congreso para los participantes y con pequeñas acciones en las redes sociales conseguimos ese pedazo de cifra.

He de decir que tuve muchísimos problemas técnicos. Muchísima gente me escribió diciéndome que no se podía suscribir desde la versión móvil de la web y creo que potencialmente hubiese podido tener muchísimos más inscritos en el congreso sin esos problemas. A día de hoy todavía no sé qué ocurrió.

Nota mental: para la próxima contratar a alguien experto.

La verdad es que la gente acabó encantada con las conferencias. Recibí mucho feedback de los inscritos y la experiencia fue todo un éxito.

Aquí tienes la gráfica de visitantes durante el congreso (del 8 de junio al 8 de julio). Fue espectacular.

jesus matos visitas junio

Evidentemente no mantengo esos datos, pero sí que supero actualmente en pleno verano las 10.000 sesiones al mes. Nada mal para el peor mes del año.

Aquí tienes la evolución en suscriptores en los primeros meses del año 2016 para que veas cómo han crecido (tengo al mono de Mailchimp dando palmas de alegría).

Crecimiento mail chimp

Una pasada.

Cómo pasé de no ingresar nada a facturar 1.000 euros al mes

Te he contado todos mis secretos para conseguir visibilidad, pero desgraciadamente las visitas no tienen ni proteínas ni carbohidratos, por lo que alimentarse de ellas es complicado.

Por eso ahora te voy a contar exactamente lo que he hecho para poder empezar a vivir del blog y ganar dinero, que es lo que tú tendrás que hacer tarde o temprano si quieres vivir de esto.

Mi trabajo, la “motivación” para comenzar a generar ingresos con mi blog

A partir de febrero la presión en el trabajo se volvió insoportable. Era una persecución constante porque todos los días me llegaban correos recriminándome los datos. Mis pacientes seguían contentos, pero a mis jefes no les hacía ninguna gracia que lo que primase para mi fuese el bienestar de las personas en lugar de los datos.

Sentía que ya había llegado el momento, que no quería aparecer ningún día más por las instalaciones de esa empresa. Y es que muchas veces las emociones negativas te ayudan a actuar.

No quería seguir viajando a otra ciudad, no quería pasar más noches solo en un hotel y no quería que me siguiesen diciendo cómo tenía que hacer mi trabajo, así que probé a regalar la primera sesión de terapia gratis.

Parece que la acción tuvo mucho éxito porque en pocas semanas apenas tenía huecos para seguir dando citas.

Me enfrentaba a jornadas maratonianas. Trabajar por las mañanas por cuenta ajena y por las tardes ver a mis propios pacientes. Apenas me quedaba tiempo para llevar a cabo otras acciones en mi negocio y necesitaba más horas para poder crecer.

Lo tenía claro. Iba a dejar el trabajo.

Me puse de fecha límite el 31 de mayo. Prometí públicamente en La Tribu que dejaba el trabajo antes del 30 de abril, pero retrasé esta decisión por un motivo muy importante: tenía entradas para ver a AC DC en Sevilla el 10 de mayo, así que ya aprovechaba el viaje.

Lo tenía todo, simplemente tenía que dar el paso.

Y entonces llegó la llamada de mi jefe. Fue el jueves 12 de mayo (2 días después del concierto). Me querían en Madrid el martes 17 en recursos humanos y allí me esperaba el jefazo de turno para decirme que lo sentía, pero que prescindían de mis servicios.

La verdad es que se quedó un poco a cuadros cuando vio que me alegraba ante esta decisión. Había conseguido la jugada perfecta: despido, indemnización y derecho a paro (que se puede compatibilizar con pagar autónomos durante unos meses).

Hay veces que el destino se pone de nuestra parte.

Ahora, 2 meses y pico después, aunque me ofreciesen 100.000 euros al mes por hacer el trabajo que hacía no volvería ni loco.

Ahora me dedico a ayudar a personas, el único objetivo que tiene mi intervención es el bienestar pleno de los que confían en mí.

No tengo ningún jefe que me diga qué tengo que hacer ni cómo lo tengo que hacer.

Trabajo los días que me da la gana.

Me voy de viaje cuando quiero y estoy satisfecho al 100% con lo que hago.

Infoproductos: el generador de ingresos pasivos que necesitaba

Empecé con mi bagaje con los infoproductos allá por agosto de 2015. Monté un pedazo de programa en vídeo que duraba 12 semanas y el precio era “alto” porque realmente tenía mucha miga: 199 euros.

Me metí un curro de la leche durante muchas semanas y me pasó lo que le pasa a la mayoría: solamente vendí uno.

Volví a montar otro producto, esta vez más barato para ver si resultaba más atractivo. Monté un lanzamiento bueno y no vendí ninguno. Lo curioso es que, a los meses, me di cuenta de que tenía mal configurado Stripe y la gente no lo podía comprar.

La verdad es que lejos de frustrarme me reí muchísimo de mí mismo.

Tras empezar a conseguir visibilidad, metí en el autorresponder del Lead Magnet 3 emails ofreciendo mi nuevo curso y cayeron unas cuantas ventas. En julio fueron 4 cursos a 38 euros. Mis primeros ingresos pasivos.

Durante esas fechas coincidió con que me llegaron algunos emails de personas explicándome que les costaba ser disciplinados consigo mismos y hacer los cursos por su cuenta.

¡BINGO!

Pensé que quizás sería interesante montar un curso que durase todo el mes de agosto. Esta vez con fecha de inicio y fecha de fin.

En el curso recibirían un email diario con exactamente lo que tenían que hacer para, después de un mes, haber aprendido las técnicas necesarias para gestionar la tristeza.

Volví a hacer un lanzamiento y esta vez me aseguré de que Stripe funcionaba correctamente. Y me llevé una sorpresa increíble: vendí 15 cursos. 14 de ellos a 48 euros y uno a 99 (la oferta solamente duraba 7 días).

800 euros en ingresos pasivos.

No está nada mal. Encima, en un mes que tradicionalmente es malísimo para la industria del desarrollo personal.

Para resumir, creo que he escuchado a mi audiencia y he conseguido alinear mi Lead Magnet con un infoproducto.

Servicios: los ingresos básicos de mi blog

Cuando comencé a montar el blog era muy reacio a ofrecer servicios. Quería monetizar la web a base de ingresos pasivos.

Ten en cuenta que veía más de 18 pacientes al día, no me apetecía nada ni tenía energía para ofrecer sesiones por las tardes.

Hasta que llegó el punto en el que decidí tomar las riendas de mi destino y salir del trabajo que me estaba ahogando.

Decidí que iba a regalar la primera sesión de psicología, así que monté una landing conectada a timetrade (una aplicación para gestionar tu agenda) y, cuando alguien reservaba una sesión conmigo, me saltaba un email.

Empecé a tener un montón de reservas. Unas 7 u 8 por semana. Era una locura, pero había un problema.

Muchos de los que reservaban o bien no tenían Skype o no tenían ganas de presentarse a la hora adecuada, por lo que consumía un montón de horas esperando a gente que nunca llegaba.

Lo que hice entonces fue concretar la landing page con un formulario de contacto en el que me dejaban su número de teléfono. De esta forma podía hablar con ellos, asegurarme de que estaban interesados y darles la cita que mejor les viniese.

En el momento actual no tengo hueco para más pacientes y tengo 9 personas en lista de espera.

Podría meter más pacientes cada día, pero limitaría las horas que tengo para pensar dónde quiero dirigir mi vida y mi negocio. Además, creo que viendo más pacientes de los que veo no podría tratarlos de la misma manera.

Ya aprendí que el dinero no da la felicidad, así que mi próxima acción será subir los precios.

Para que te hagas una idea he pasado de facturar apenas 300 euros a facturar más de 1.500 en cuatro meses.

Si yo lo hice, tú también puedes hacerlo

Montar un negocio online es una aventura en sí misma. Son cientos de problemas los que surgen, pero poco a poco te vas dando cuenta de que probando distintas soluciones vas encontrando la clave de lo que te funciona y lo que no.

Aparte de haber conseguido un negocio rentable en menos de 3 meses (cosa impensable en un negocio offline), me ha dado la posibilidad de tener la vida que quiero.

Trabajo el día que quiero y el tiempo que quiero.

No te voy a engañar porque me he pegado días de 12 horas de trabajo (con una sonrisa de oreja a oreja), pero también ha habido semanas que he trabajado solamente 2 días porque me he ido un viaje.

Puedo elegir el lugar del mundo donde quiero vivir. No tengo jefes. Me dedico plenamente a ayudar a otros. ¡Y me dan las gracias!

Tengo muchísimo tiempo libre para dedicarlo a hacer deporte, a mis amigos, a mi familia y a otros proyectos.

Me he prometido a mí mismo no volver a usar zapatos para ir a trabajar, no madrugar si de verdad no me apetece hacerlo y viajar todo lo que me sea posible.

Además, tengo una profesión reconocida socialmente. Las personas que me contactan valoran mi trabajo, me perciben con autoridad para seguir mis recomendaciones y… ¡¡me pagan por adelantado!!

He sufrido mucho para llegar aquí. Me ha costado mucho llegar donde estoy ahora mismo. Pero, ¿sabes qué?

Que sé que solamente es el principio. Sé que tengo muchísimo que aprender y que todavía puedo seguir dando lo mejor de mí mismo a personas que lo necesitan.

Si ser Knowmada Digital no es felicidad… se parece mucho.

Y tú también puedes conseguirlo si quieres. Por eso quiero que me cuentes, si estás en la misma situación que estuve yo… ¿qué te impide despedir a tu jefe ahora mismo?

¡Nos vemos en los comentarios!

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