martes, 15 de diciembre de 2015

Todo lo que debes saber sobre la técnica Pomodoro

Por: Iago Fraga

Durante mucho tiempo he dudado sobre si vale o no la pena el escribir sobre clásicos (como GTD o la técnica Pomodoro) y cada vez me inclino más por el hacerlo.

Primero, porque las ideas parciales son el peor enemigo del avance (así que me tengo que asegurar que en TdO se explica esto al menos una vez). Y segundo, porque aunque esta técnica tiene una gran documentación (entre libros, vídeos, blog, etc.) hay tres o cuatro claves al usarla que marcan la diferencia entre una herramienta mediocre y un recurso bien usado.

Así que vamos a ello.

¿Qué es la técnica Pomodoro? ¿De dónde sale?

La técnica Pomodoro es una propuesta de solución en pocos pasos simples (diseñada por un tal Francesco Cirillo) para cuando necesitas concentrarte a fondo en una tarea.

Existe una web oficial en la que se presenta y un montón de contenido (tanto oficial como no) aunque buena parte del contenido existente está en inglés.

¿Cómo se usa? ¿Cuál es la idea?

En grandes líneas la técnica propone híper-concentrarte a base de descomponer el trabajo a asumir y el tiempo del que dispones en bloquecitos de 25 minutos. Durante cada bloque avanzas sin distracciones en una sola tarea hasta que la alarma suena.

La esencia del proceso es la siguiente:

Tecnica pomodoro, iago fraga

Algunas de las claves que la hacen especial son

  • Puedes usarlo tanto para tareas grandes como pequeñas, solo que las grandes se pueden dividir en 2 o más bloques.
  • La 4ª etapa no es “opcional”. Es muy muy importante y pretende obligarte a auto-evaluarte por dos razones: primero para que monitorices tu avance; y, segundo para que estimes cada vez mejor.
  • Debes escoger la tarea antes de empezar el bloque de tiempo. Es decir: prohibido trabajar súper-enfocado mientras no tengas claro que quieres lograr.

Pros & Contras

Lo bueno

  • Tanto la presión del relojito, como el obligarte a definir con antelación lo que quieres completar son prácticas muy productivas. Los 25 minutos te los pones en un reloj visible mientras trabajas.
  • El estar constantemente pidiéndote intensidad hace que logres periodos mucho mayores de intensidad (tardes, días, semanas) ¡lo cual es de 10!
  • Evaluar constantemente si avanzas o no y cuantos bloques necesitas para cada cosa te ayuda a conocerte, a medir mejor y a ser más realista estimando el valor y el coste de tus tareas.

Lo malo

  • La técnica fue diseñada para hacer muchos seguidos pero ese nivel de intensidad desgasta rápidamente a cualquiera.
  • Las tareas de 30 minutos se dividen mal y, por supuesto, hay trabajo que es difícil anticipar.
  • Como la consigna más importante es respetar el tiempo, la calidad del trabajo se puede resentir.

Mis recomendaciones

¿Usarías un martillo para abrir la puerta? Poder se puede, pero no es lo más adaptado. Para mí la técnica Pomodoro es como un martillo, se trata de una herramienta.

Por lo que en vez de hablar de si es buena o es mala, voy a hablarte de cuando es horrible y cuando es genial.

Cuándo SI

La técnica es increíblemente útil especialmente cuando quieras sumergirte en una nueva dinámica o darle un toque de intensidad. Por ejemplo: ¿llevas 3 semanas estudiando te queda una más y no sabes cómo motivarte? La técnica Pomodoro te viene como anillo al dedo.

Vas a tener el efecto de Gamification (hacer de tu tarea un juego). Podrás medir en cada bloque de 25 minutos cuanto avanzas e intentar superarte. Además, podrás empezar a sacar volumen diciéndote cosas como “venga, un Pomodoro antes de cenar y paro”. Ese razonamiento motiva porque irás absorbiendo pequeños bloques aquí y allí que acaban sumando.

Cuándo NO

El resto del tiempo.

Como dinámica para trabajar todos los días, la técnica Pomodoro es un suicidio. No es bueno que una alarma te interrumpa cada 25 minutos, no es bueno el estrés del reloj distrayéndote y tu estrategia sufren mucho si te centras solo en hacer (y no en pensar, explorar, desviarte, retroceder, etc. que es el comportamiento normal y productivo).

No olvides que productividad es la suma de eficacia y pertinencia. El objetivo con la productividad siempre ha sido hacer menos y pero abordando tareas que nos hacen avanzar más.

Concluyendo

La técnica Pomodoro merece su respeto. La técnica tiene sus limitaciones y puede derivar en comportamientos abusivos rápidamente pero con respecto a falsas teorías o principios sin fundamento que tanto plagan la productividad, esta técnica produce un efecto a cambio del esfuerzo que te pide.

Es puntual y hay que saber que si te pasas toda la vida concentrado ciegamente de 25 en 25 minutos, más vale que el que decide en qué dirección vas, haya decidido bien. Pero para darte ritmo, modificar puntualmente una dinámica monótona o incluso arrancar una actividad en esos primeros pasos que nos da miedo y estamos dispersos, tiene su utilidad. A todo esto, ¿ya la conocías? ¿La habéis probado alguno?


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Tecnicas de Organizacion
De Iago Fraga en Técnicas de Organización


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