miércoles, 27 de febrero de 2019

Cómo un Summit me ayudó a hacer despegar mi negocio de cursos online para formadores presenciales

Por: Jordi Solé

En muchas ocasiones creemos tener muy definidas las líneas maestras de nuestro negocio online. Sin embargo, nuestra propuesta de valor puede redefinirse y tender hacia una especialización más concreta. Es entonces cuando necesitamos una acción potente que nos dote de visibilidad y autoridad.

Esto es precisamente lo que me sucedió a mi. Mi nombre es Jordi Solé y, en un momento dado, tuve que redefinir la propuesta de valor de mi negocio online.

Hasta entonces me había dedicado a ofrecer contenidos de valor y servicios vinculados con el marketing digital. Pero todo ello de forma muy genérica.

El hecho de plantear un nuevo enfoque y desarrollar una nueva propuesta de valor puede ser una decisión valiente. Porque supone, prácticamente, empezar de cero. Implica renunciar a mucho trabajo y dedicación previa.

Pero, al mismo tiempo supone también un factor motivacional que permite trabajar con un nuevo propósito y alineado con una nueva estrategia.

Durante mi trayectoria profesional he estado muy ligado a la formación, a la presencial concretamente. El campo de la formación ha sido mi gran pasión.

Pero, por circunstancias personales y esa necesidad de reinventar mi futuro profesional decidí dar ese salto emprendedor que seguramente tú también hayas experimentado.

Sin embargo, no fue hasta el segundo intento cuando acabé definiendo realmente mi propuesta de valor: aquella que aunaba mi vocación, la formación, con mi necesidad y deseo de emprender en un proyecto online.

Un summit es el impulso definitivo para obtener visibilidad y notoriedad

Cuando decidí pivotar de una propuesta muy genérica, como era el marketing digital hasta una más específica, como la formación online sabía el riesgo que suponía. Era como empezar de cero.

Sin embargo, a la hora de redefinir mi propuesta de valor, entre diversas opciones había una que implicaba un gran trabajo, pero que auguraba grandes resultados. Fue así como decidí que un Summit era el impulso que mi nueva propuesta necesitaba para despegar.

Si buscamos la definición del concepto Summit en un diccionario encontraremos que alude a ideas como cumbre, apogeo, conferencia cumbre, cúspide o cima. Así que ya puedes tener una idea de lo alto que puedes llegar con un evento así.

Básicamente, un summit es un un evento o congreso online que pretende dar visibilidad a un negocio mediante la difusión de información valiosa. En él se reúnen expertos y profesionales que tratan temas sobre aspectos comunes a una tendencias de mercado.

En un summit, se ofrecen contenidos de gran valor relativos a ese sector y se tratan soluciones, aplicaciones e ideas valiosas para potenciar el conocimiento en una determinada especialidad.

Los objetivos de un summit

En definitiva, un summit supone que, durante un número determinado de días se ofrecen diversas charlas o conferencia relativas a un tema específico. Diversos profesionales de ese sector aportan sus conocimientos y experiencias en ese ámbito. Los resultados son muy valiosos.

Tras desarrollar la primera edición de mi summit para convertir una formación presencial al canal online, pude apreciar que los beneficios de un summit pueden ser los siguientes…

  1. Permite ofrecer una valiosa información a personas vinculadas con tu sector sobre aspectos relevantes en sus negocios o proyectos. Se definen tendencias, en ese nicho de mercado, relativas a aspectos tan diversos como el factor económico, humano, tecnológico o comercial.
  2. Facilita las relaciones entre profesionales de un mismo sector. Permite ampliar tu red de contactos y es una excelente manera de generar un networking de calidad y productivo.

Las ventajas de un summit

Un summit es el motor que puede arrancar tu negocio definitivamente.

Es cierto que requiere una gran preparación, trabajo y constancia.

Pero sin duda es la mejor opción….

Yo frente a un summit: entre la necesidad y la responsabilidad

Ahora quiero explicarte cuál fue mi punto de partida. Es decir, qué necesidades tenía y a qué dificultades tenía que enfrentarme.

Como ya he explicado al principio, el summit era un auténtico reto para mi. Y, al mismo tiempo, una necesidad estratégica. Porque había redefinido el camino de mi negocio online y necesitaba visibilizar y lograr notoriedad en esta nueva propuesta.

Había decidido buscar mi propia hiper-especialización. Nada menos que desde el marketing digital, así en general, hacia la formación y creación de cursos online.

Ahí es nada.

No tenía otra opción. Mi primera incursión en un proyecto digital con una temática tan amplia no acababa de ofrecer los resultados que esperaba. Tenía que hiper especializarme.

Así que decidí juntar mi pasión y experiencia en el mundo de la docencia con mi voluntad férrea de tener un negocio online que me permitiese vivir de él.

Gracias a la experiencia profesional en la docencia, tras quince años como profesor y casi una década trabajando en la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), podía definir, de forma más sencilla, aquello que quería ofrecer a mi público objetivo.

Estaba seguro que podía ayudar a profesionales que impartían cursos y talleres presenciales a llevar sus formaciones al canal online.

Pero, en esta nueva aventura necesitaba vencer ciertas dificultades. Como las que suponen empezar de cero. Los leads que tenía hasta ese momento no estaban alineados con mi nueva propuesta de valor.

Y era toda una responsabilidad crear una nueva estrategia para generar visibilidad y retomar la captación de nuevos leads. Por ejemplo, mediante Facebook. El proceso era muy lento y necesitaba una acción potente para conseguir nuevos suscriptores cualificados.

También quería validar esta propuesta. Ver si en el mercado había sitio para ella. Y quería hacerlo de forma rápida. Y económica, a ser posible.

Era un gran trabajo. Pero si un summit era el impulso que necesitaba en aquel momento iba a ir a por todas. Comprendí que está esta acción podía ser el impulso para alcanzar visibilidad, notoriedad y, finalmente, ventas.

Y así fue. Pero déjame que siga contándote…

Cómo organizar un summit en cuatro semanas sin morir en el intento

He de reconocer que fue una locura.

Pero también que lo disfruté mucho. Y que fue un gran aprendizaje.

Y, como no, el impulso que necesitaba mi nueva propuesta sobre creación de cursos online para conseguir la visibilidad necesaria y poder validar la oferta.

De hecho, la experiencia fue tan buena que ya estamos preparando el “II Congreso Online de formadores Digitales” que, por cierto, se celebra entre el 6 y 10 de mayo de este año. Pero ahora lo estamos haciendo con mucha más antelación. Contamos con la experiencia del año pasado: una gran ventaja.

Sin embargo, en la primera edición, la del año pasado, nos aventuramos a preparar el summit de forma muy precipitada y con menos preparación.

En aquel momento necesitaba validar mi propuesta de valor para el mercado de forma rápida. Y sabía que hasta que no hiciese mis primeras ventas, esta nueva línea de negocio no estaría definida de forma definitiva.

Así que aposté por crear mi propio summit. Iba a embarcarme en esta aventura de un congreso online.

Necesitaba crear este summit como acción definitiva para validar mi propuesta y seguir definiendo mi estrategia.

Como te digo, este summit se organizó muy rápido. Necesitaba validar mi nuevo proyecto. Ver si tenía mercado y aceptación.

Y puedo decir, muy orgulloso, que los resultados fueron muy satisfactorios.

Hubo 800 inscritos. En el webinar final alcanzamos las 600 personas registradas.

Y, todo esto se tradujo en una ventas iniciales por valor de 4.515 euros, especialmente gracias a un webinar que duró poco más de hora y media, donde empecé a vender mis cursos en betatester al 50% de descuento por lanzamiento.

Pasó el ciclón del summit… ¿Y ahora, qué? 

La repercusión de un evento como es un summit no puede dejarte indiferente.

Después de todo aquello, empecé a tener mayor visibilidad y notoriedad. Aparecí en el mercado de la formación online junto a otros grandes expertos…

Y, desde ese momento, todo empezó a fluir y funcionar cómo yo había proyectado.

Al mismo tiempo, el summit me había permitido validar que mi idea de negocio, mi propuesta de valor era rentable y tenía gran aceptación entre mi público objetivo.

Y no solo hubo consecuencias físicas o materiales en cuanto a resultados.

También supuso un extra de motivación, ilusión y energía. Sabía que estaba en el buen camino.

De hecho, ese impulso de energía se materializó en que, de forma real, las ventas continuaron. Y, como decía, también fue un impulso anímico para continuar trabajando en esa línea.

Mi estrategia estaba más definida. Y las ventas de mis servicios y productos continuaron y mejoraron tras este primer congreso online.

Nuevas acciones de venta: la estrategia no para tras el summit 

Todas las acciones de venta que he hecho, posteriormente al summit, han generado buenos resultados.

Esto me ha permitido conseguir una estabilidad y consolidar, por ejemplo, mi calendario de webinars, tanto internos en mi lista, como en la lista de otros bloggers.

Los webinars externos, aquellos que desarrollamos para otros blogs y emprendedores, son muy importantes porque te permiten acceder a un nuevo público.

Esto amplía tu mercado y además lo hace desde la recomendación de otros emprendedores que, de forma directa o indirecta están relacionados con tu negocio. Aparecer en las listas de otros bloggers te da un impulso de autoridad que contribuye a seguir vendiendo a nuevos y potenciales clientes.

Todo este tipo de acciones de marketing estratégico fueron (y siguen siendo) el impulso que necesitaba para volver a generar una lista de leads y suscriptores interesados y alineados con mi nueva propuesta de valor.

Empezar, otra vez, de cero fue mucho más fácil tras el summit y una estrategia de ventas bien definida y estructurada.

Dentro de esta estrategia también me resultó muy útil y productivo crear, pocos meses después del summit, mi lanzamiento PLF (Product Launch Formula).

Cómo define el propio creador de este concepto, Jeff Walker, es un “sistema para tener a tu audiencia comprometida, enganchada y enamorada de tu negocio o producto para que incluso, antes de sacarlo al público, tus suscriptores ya te pidan comprarlo“.

Mediante este sistema conseguí generar una facturación de cinco cifras con un solo webinar, que realicé el último día del lanzamiento.

Pero todo ello, especialmente gracias a la visibilidad y notoriedad que me supuso el primer summit, dirigido a profesionales que imparten cursos y talleres presenciales que necesitaban convertir sus formaciones al canal online.

Desde entonces he tenido la suerte y el privilegio de recibir invitaciones para participar, como ponente, en otros congresos online.

Además, desde entonces y hasta el momento, he logrado ofrecer e impartir siete mentorías, con un valor cercano a los 4.000 euros cada mentoring. Este programa formativo que ofrezco reporta a mis alumnos resultados económicos en pocos meses, además de una gran satisfacción y aprendizaje para mi.

Esa es la línea que quiero trazar en jordisolem.com: resultados, satisfacción y mantener la pasión por la docencia y la formación. Pero esta vez, desde el canal online.

Te he explicado todo esto para que sepas cómo arrancar con una acción de alto impacto en una nueva propuesta de valor. Lleva mucho trabajo, evidentemente, y no se consigue de la noche a la mañana. Pero si sigues la estrategia adecuada lo puedes lograr. Yo lo conseguí trabajando duro. Así que tú también puedes.

¿Has conseguido vivir a tiempo completo de tu negocio online de formación? ¿O todavía tienes dudas? Cuéntamelo en los comentarios.

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