miércoles, 29 de abril de 2015

¿A quién echarle la culpa si el email marketing es un fracaso?

Por: Carlos Carbellido Monzó

Todo puede salir bien, o puede salir mal. Depende desde la perspectiva con la que se analice. Lo mismo ocurre con los resultados de una campaña de e-mail marketing.

Esta herramienta de marketing online es una de las más rentables en cuanto conversión, superior al posicionamiento en buscadores, tanto el SEO como el SEM. Pero para ello hay que saber gestionar de forma eficaz nuestras campañas. Un desconocimiento de los distintos factores que influyen en el éxito de la misma puede dar al traste con la campaña, pero lo contrario, nos puede reportar muy buenos resultados.

Vamos a revisar los distintos puntos críticos de una campaña de e-mail marketing y ver porqué los resultados finales pueden no ser los adecuados. Es decir, quién tiene la culpa de ello. En este tipo de campañas intervienen distintos perfiles profesionales, y de todos ellos dependerá el éxito de la misma: quien gestiona la base de datos, el copy que redacta los textos, el del diseño, el programador, el encargado de velar por la usabilidad de nuestro sitio web o quien decida el argumento de venta.

5 elementos imprescindibles en una estrategia de e-mail marketing

Antes de nada, recordar los cinco elementos imprescindibles en una estrategia de e-mailing marketing: disponer de una base de datos, tener el consentimiento de los destinatarios (permision marketing), un mensaje atractivo para los destinatarios, una web o landing page donde dirigir la campaña y métricas para analizar los resultados. Si carecemos de alguno de estos elementos será mejor que no continuemos. Además, y como es obvio en toda estrategia de marketing, es necesario saber qué queremos conseguir (los objetivos) y qué vamos a hacer para lograrlo (la estrategia).

¿Por qué nuestro e-mailing marketing ha sido un fracaso?

En cuanto quién es el responsable si nuestra acción de e-mailing no resulta exitosa, debemos conocer en primer lugar las fases de la campaña, saber cuál puede ser principal error que en cada una de ellas podemos cometer para, de este modo, conocer para de este modo quién es el responsable.

  1. El envío. Si tras el envío obtenemos una alta tasa de rebote. Es decir, el servidor no ha entregado el mail a un porcentaje de las cuentas a las que les hemos remitido el mail, bien por estar mal escrita la dirección de e-mail o bien por esta ser inexistente. En este caso el responsable es quien gestiona la base de datos.

Éste debe procurar mantener la base de datos actualizada, haber revisado si existen correos electrónicos mal escritos o haber borrado de la lista aquellos usuarios que se hayan dado de baja o en anteriores envíos ya hubiesen dado error de entrega.

  1. Baja tasa de apertura. ¿Por qué quienes reciben mi e-mailing no lo hablen? Muy sencillo, porque no les ha llamado la atención el asunto del maling.
    El asunto debe despertar el interés para lograr de esta forma que los destinatarios hagan click.

El asunto vendría a sustituir el titular de una noticia. Ten en cuenta que los 30 primeros caracteres son primordiales. Debe ser personal, impactante y que identifique claramente el contenido del email. Ojo con ciertas palabras. Si utilizas “Gratis”, “Oferta”, “100%”, “Haz click…” podría ser detectado como spam.

También en este aspecto influirá el remitente (hay empresas que optan por poner como remitente una persona física, por ejemplo “Natalia López” en lugar del nombre de la empresa. Si nuestra tasa de apertura es baja, el responsable será quién redactó el “asunto”.

  1. Baja tasa de click. Cuando enviamos un mailing pretendemos generar tráfico a una landing page. Para ello todos los elementos del e-mailing deben estar pensados para favorecer esto.

Aquí debemos tener en cuenta:

  • La oferta en sí, ¿es suficientemente atractiva?,
  • el mensaje, ¿llama a la acción?,
  • las imágenes.
  • El botón donde el usuario hará click. ¿Destaca suficientemente? Los colores naranjas sobre fondo blanco son los que mejor funcionan, además deben ser suficientemente grandes e incentivar a la acción con un texto tipo: “Quiero apuntarme” o “Reserva ahora”.

En este caso el responsable será quienes hayan decidido el mensaje a comunicar, o    quien redactó los textos o quien haya diseñado el maling.

  1. Baja tasa de conversión. Todo lo anterior ha funcionado. Hemos logrado que un alto porcentaje de quienes estaban en nuestra lista de correo hayan visitado nuestra landing page, pero el porcentaje de conversión es muy bajo. En este caso, debemos comprobar si la usabilidad es la adecuada o no. En próximos posts trataremos con más detalle cómo optimizar una landing page para mejorar el ratio de conversión.

 


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