martes, 4 de febrero de 2014

¿Más resultados? Sube el peso de tus tareas

Por: Berto Pena

«¿Cómo puedo conseguir más resultados?» Es una pregunta que me hacen con bastante frecuencia. «Sube el “peso” de tus tareas», respondo yo. Si te desgastas en cosas pequeñas consigues cosas pequeñas. Si te desgastas en tus tareas clave consigues más. Por fin el tiempo “cunde” y se traduce en resultados.



He aquí un agujero negro en la productividad de muchas personas: cada vez tenemos más tareas basura, microtareas y tareas mini. Cosas que nos mantienen muy ocupados, que no nos hacen parar ni un minuto, que llenan nuestro horario de principio a fin, y que nos transmiten la falsa creencia de que avanzamos mucho. Son, junto a las falsas urgencias, uno de los engaños con los que convivimos en el trabajo.


Cuando te vuelcas mucho en este tipo de tareas tienes un triple problema:



  1. Por un lado te desgastas. Ya que, aunque son pequeñas y poco exigentes, en conjunto demandan tiempo, atención y energía. A la larga pagas un precio por ellas.

  2. Además no te hacen avanzar, no suman, no dejan huella. Pasan desapercibidas. De hecho tú y los demás las olvidáis a los pocos minutos de haberlas terminado.

  3. Y lo más importante: te alejan de las Tareas Clave: a más tiempo+atención+energía que pongas en cosas pequeñas, menos tendrás para las cosas que sí suman y dejan huella.


«¡Eh!, pero esas son cosas hay que hacer. No puedo simplemente ignorarlas». Por supuesto. Todos tenemos que hacer cosas grandes y pequeñas. Y en el día/semana todas deben tener cabida. Pero, ¿dónde pones el foco? ¿Cómo encaras tu día? ¿Por dónde lo empiezas? ¿Dónde decides desgastarte? ¿Cuál es el plato principal del día? ¿Sabes distinguir las “batallas”? ¿Al planificar en qué te fijas en primer lugar? ¿Quiénes son las protagonistas de tu día?


¿Tienes claro todo esto cada día… o simplemente echas a correr y te pones a hacer?


“Aumentar el peso de tus tareas” significa cambiar de chip y enfocar cada día en función de las tareas que más cuentan, que más pesan. También, ojo, las más exigentes, complejas y retadoras. Significa, literalmente, optar por un trabajo que se volverá más arduo. Que cansa más pero que desgasta menos. Porque a cambio te da más.


Lo cuento con tanta rotundidad porque, como todas las cosas que escribo en este blog, lo he vivido en primera persona. Hubo un día en el que intencionadamente decidí subir el peso de mis tareas. Y gané muchas cosas buenas:




  • Mi día ahora me cunde más. No es que haga más cosas, es que las que hago cuentan más.

  • Mi esfuerzo no se diluye y no pasa desapercibido, sino que se traduce en cosas que veo y que otros ven. Los resultados son tangibles.

  • Aunque más exigente, mi trabajo ahora es más satisfactorio y gratificante. Ya que son tareas retadoras que apetece “vencer” y completar. Me veo haciéndolas y pudiendo con ellas.

  • Concentrarme en tareas de peso me ha obligado a aprender cosas nuevas (técnicas, habilidades…). He ganado en experiencia y conocimientos.



¿Quieres conseguir más resultados? Sube el peso de tus tareas. Hazlo deliberadamente. Persíguelo. Busca, acepta, planifica y empieza tu día por tareas de más peso. El trabajo será más difícil. Sí. Te costará más hacer las cosas. Sí. Las tareas se volverán más exigentes. Sí. Pero al meterte en la cama lo harás con una sonrisa. Porque no hay mejor sensación que la del trabajo duro que al final genera resultados.




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