jueves, 31 de octubre de 2019

Las tres rutinas saludables que todo emprendedor debería tener para que su negocio esté sano

Por: Ana González Duque
rutinas saludables del emprendedor

Ser emprendedor no es sencillo. De hecho, es una condena a cadena perpetua porque una vez que has probado la píldora del emprendimiento no quieres volver a la vida que llevabas antes. 

Se está muy bien cuando se es libre de elegir cómo distribuir tu tiempo, dónde pasarlo y sobre todo, con quién.

Pero a veces entre las miles de cosas que quieres conseguir y los sueños por lograr que tu proyecto salga adelante, te olvidas de que también tienes que cuidar de ti mismo y mantener una serie de rutinas saludables. 

Dormimos mal, no hacemos deporte, comemos para salir del paso y sufrimos mucho, mucho estrés sin darnos cuenta de que —como dueños de un negocio—, nuestra salud es nuestro activo más potente. 

Seguro que llevas tus cuadros de mando de resultados mensuales (y si no lo haces, deberías), donde valoras si estás o no consiguiendo tus objetivos en lo que sea.

Los famosos KPI’s.

Y además, te organizas y planificas para llegar a conseguirlos. (Y si no lo haces, ya sabes por qué no consigues que tu negocio prospere).

Sin embargo, estoy seguro de que hay un punto en el que pinchas (como la mayoría de los emprendedores que empiezan): tu salud. 

¿Cuándo fue la última vez que te pusiste objetivos de peso?

¿Cuánto ejercicio haces a la semana?

¿Cuántas horas de sueño profundo duermes al día?

¿Cuántas horas inviertes en cocinar de manera saludable y no salir del paso con cualquier cosa?

Cuando nuestro cuerpo nos falla, no podemos trabajar y, si no podemos trabajar, a menos que tu empresa ya no dependa de ti (y eso si estás empezando con tu negocio, tardará en llegar), no ganas dinero.

Y es difícil tener un negocio online de éxito cuando no ganas dinero. 

El activo más importante de tu empresa, el que no puede fallar, eres tú. 

Así que en este artículo, te voy a dar una serie de consejos para que incorpores a tu rutina diaria hábitos saludables. 

Los tres hábitos saludables que todo emprendedor debería tener

Tener una rutina de ejercicio

El deporte es uno de los tres pilares fundamentales de tu salud junto con la dieta y el sueño, de los que hablaremos más abajo. Genera endorfinas que son las hormonas responsables de que nos encontremos bien (una especie de drogas naturales de la felicidad). 

Si eres de los que siempre se escudan en el «no tengo tiempo» para no hacer ejercicio, que sepas que con solo treinta minutos al día, puedes ya empezar a conseguir resultados.

Eso sí, como todo, hay que incorporarlos en tu rutina diaria. 

Uno de los motivos principales para dejar de hacer deporte es que nos emocionamos al principio, nos metemos unas palizas de muy padre y señor mío y luego, nos cuesta tanto recuperarnos de las agujetas que no repetimos. 

La perseverancia es la clave, como en cualquier cosa en esta vida.

Y tenemos que empezar poco a poco para ir convirtiendo el ejercicio en un hábito. En el momento en el que lo incorporas a tu rutina diaria, verás que te hace falta. 

Y sí, no me pongas caras raras. A mí tampoco me gustaba hacer deporte, pero desde que lo incorporé a mi rutina he bajado veintiún kilos y me siento muchísimo mejor a todos los niveles. 

El mejor ejercicio (que además no necesita ningún gasto aparte) es caminar a buen ritmo. Caminar treinte minutos al día a un ritmo rápido reduce el riesgo de enfermedades del corazón. Imagina ya si lo haces una hora. 

Lo mejor cuando quieres incorporar un hábito es ponerte objetivos diarios y dejar constancia de dichos objetivos. Hay pulseras de actividad (o el maravilloso anillo de Franck) que te cuentan los pasos diarios. 

¿Cuántos pasos al día son necesarios para estar en forma?

Si caminamos 5000 pasos cada día, al menos cinco días a la semana, estaremos en forma. Si además queremos adelgazar, debemos doblar la cifra y caminar todos los días. 

Completar los objetivos y verlos en la tabla que te da la aplicación del cacharro elegido (pulsera o anillo) hace que el cerebro envíe un chute de dopamina a tus neuronas: otra hormona de la felicidad que te hace sentir de lo más realizado. 

Si te lo propones, te darás cuenta de cómo lo vas incorporando a tu rutina diaria.

Yo, ahora, ando cuarenta y cinco minutos por la mañana escuchando podcasts y poniéndome al día, pero eso no basta para llegar a los 10000 pasos, así que cada vez que llamo por teléfono me pongo a caminar, si voy a tirar la basura lo hago por la ruta más larga, siempre subo a cualquier parte por las escaleras…

Al final, es como un juego para conseguir los 10000 buscados y que me sirve para picarme a mí misma y estar más sana. 

Un viaje de mil kilómetros empieza siempre con un primer paso. 

Comer comida real

Cuando eres un knowmada digital y trabajas desde casa, tienes un inconveniente que pocas veces te cuentan: aumentas de peso. 

¿Por qué?

Tienes muchas ventajas: te ahorras el transporte, puedes vestir cómodo, puedes escuchar música mientras trabajas sin que el que está al lado se queje, pero… el acceso a la nevera es también muy sencillo. 

A eso sumamos que los carbohidratos tienen un efecto dopante sobre el cerebro que alivia el estrés y que haces menos ejercicio que si tienes que salir de casa. 

Comer comida real es la primera medida que debes tomar.

La comida real es básicamente todos aquellos alimentos que no sean ultraprocesados. Que no hayan pasado un proceso industrial que pueda haber empeorado sus cualidades nutricionales. 

Es comida real los alimentos frescos sin procesar (fruta, verdura, carne, pescado, lácteos enteros, huevos, frutos secos, etc) y alimentos muy poco procesados (aceite de oliva, aceitunas, conservas de pescado, de verdura, pan, legumbres, embutidos, pasta fresca…). 

El resto de los pasillos del supermercado son ultraprocesados (bollería, refrescos, pizzas, dulces, productos dietéticos, snacks, salsas comerciales…). Son alimentos ricos en azúcares añadidos y en grasas y sal, de forma que están repletos de calorías y su valor nutricional es muy pobre. 

No compres nada que no quieras comer. De esta manera no los tendrás disponibles cuando el cerebro esté pidiendo azúcar a gritos. Los ultraprocesados no deben entrar en tu nevera/despensa. 

Puedes encontrar más información sobre comida real en este libro de Carlos Río

La mayoría de emprendedores se escuda en la falta de tiempo para no entrar en la cocina. En que comen siempre fuera de casa. En las reuniones. Bla, bla, bla.

El verdadero motivo por el que no cocinas de forma adecuada y no comes bien es porque no has creado un hábito, una rutina para comer bien. Y porque tienes la visión de que cocinar es pasarte mil horas en la cocina. 

¿Qué tienes que hacer para cambiar esto? 

  • Planifica el menú semanal con antelación. Porque es precisamente las prisas las que te llevan a comer cualquier cosa. Si trabajas fuera de casa, deja un táper preparado por la noche. 
  • Una vez que has planificado tu semana de comida, haz una lista de la compra con los ingredientes que necesitas para cocinar todo esto. 
  • Cuando haces la compra por internet, no caes tanto en la tentación de llenar el carrito con productos ultraprocesados que te hacen ojitos desde las estanterías del supermercado. Así que compra solo lo que tienes en la lista. 
  • Dedica solo dos horas a la semana a cocinar. Esta técnica se llama Batch cooking. Así te será mucho más sencillo comer bien. Como en todo, al principio te costará tener el hábito. Pero te darás cuenta de que una vez te has acostumbrado a meterlo en tu rutina, te vas a sentir mejor a todos los niveles (menos cansado, más despierto, más productivo… Tu cerebro se está alimentando bien). 
  • Ten una rutina de comidas: come siempre que puedas a la misma hora y no llegues con un hambre de lobo a las comidas. Entre horas, consume fruta o frutos secos para que los niveles de insulina del cuerpo sean constantes. 

También intenta evitar el alcohol y los refrescos. Ten siempre una botella de agua a mano. La deshidratación favorece el dolor de cabeza y el cansancio. 

Dormir bien y profundo

La falta de sueño tiene consecuencias nefastas en el organismo: aumento de peso, disminuye tus defensas frente a las infecciones (con lo cual, te enfermas mucho más a menudo), favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares (hipertensión, por ejemplo) y además disminuye las ganas de hacer cualquier cosa, con lo que eres mucho menos productivo. 

Dormir poco y mal no te está haciendo ningún favor. 

Lo ideal es que durmamos entre 7-8 horas diarias, de las cuales un 20% debe corresponder a la fase de sueño profundo, que es la responsable de nuestro descanso. Si nuestro sueño es superficial, nos levantaremos mucho más cansados y con la sensación de que no hemos dormido de forma adecuada. 

¿Cómo conseguir mejorar la calidad del sueño?

  • Con ejercicio: si hacemos ejercicio todos los días, mejoraremos la calidad de nuestro sueño. 
  • Con rutinas saludables: irnos a acostar siempre a la misma hora. Por eso, está demostrado que aquellas profesiones que tienen que trabajar de noche alterando los ciclos de sueño envejecen mucho más rápido. 
  • Evitando las bebidas excitantes (café, té, etc) a partir del mediodía. 
  • Evitar las siestas de más de veinte minutos (incluso, evitarlas por completo). 
  • La cama es para dormir: evita las pantallas, ver la televisión en la cama, etc. 
  • Huir de actividades estresantes antes de acostarse. 
  • Evitar las cenas copiosas y dejar un tiempo entre la cena y el acostarse. 
  • Tener las condiciones idóneas para el descanso: silencio, habitación ventilada, luz tenue o sin luz, temperatura ideal…

Tu negocio online puede funcionar 24 horas, siete días a la semana, los 365 días del año y generar ingresos sin resentirse, pero tú no. No eres una máquina y tienes que cuidarte. 

¿Quieres que además el resto también esté sano?

Entonces vente con Franck a este training gratuito

La entrada Las tres rutinas saludables que todo emprendedor debería tener para que su negocio esté sano se publicó primero en LifeStyle Al Cuadrado.


domingo, 27 de octubre de 2019

Cómo dar lo máximo gestionando tu atención y no tu tiempo

Por: David Torné

Vivimos en la economía de la atención. Todo producto o servicio está dirigido a capturar nuestra atención y el gran reto reside en saber preservarla.

Olvídate de gestionar tu tiempo. Tu tiempo no ni aumenta ni disminuye, tienes el que tienes, 24 horas al día y por mucho que te esfuerces no puedes aumentarlo.


El tiempo es inamovible en cambio tu atención es flexible
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Quizá el ejemplo más manido de gestión del tiempo es el de segmentar tu agenda y asignar a cada franja una actividad. Es muy atractivo pero te lleva al desastre:

  • ¿Qué pasa si hay un imprevisto a primera hora del día? Tienes que retocar toda tu planificación otra vez. Qué dispendio de energía!
  • ¿Qué pasa si no dispones de una herramienta, documentación o no puedes acceder al colaborador necesario? No puedes continuar con tu tarea en curso, otra cosa a medio hacer.
  • ¿Qué pasa si hay una urgencia? ¿Si se presenta un fuego a apagar? La planificación otra vez a la basura! Que frustración.

En una época tan volátil una planificación tanto rígida está condenada al fracaso.

Necesitas saber qué hacer en cada momento y circunstancia. Si las condiciones cambian, tienes que escoger la siguiente actividad sin demora, sin rehacer tu escaleta diaria o revisar todas las acciones pendientes antes de decidir.

Un sistema para canalizar tu atención

Todo pasa por no fragmentar la energía y desaprovechar el esfuerzo. No dejar tareas a medias y dedicar tu atención a lo más importante en cada momento. Son otras palabras para el mismo concepto: gestionar la atención.

Yo he escogido Getting Things Done (GTD).

En el anterior post hablaba de la fuerza de los pequeños cambios para lograr una gran mejora, en cierta medida GTD se basa en eso. Un conjunto de pasos muy básicos llevados a cabo de forma estricta con el fin de crear un flujo de trabajo continuado.

  1. Capturar todo lo que llama mi atención o se deposita en mis bandejas de entrada.
  2. Procesar cada elemento capturado, tomando decisiones sobre qué hacer con él y transformándolo en actividad concreta y realizable.
  3. Organizar en listas. Cada una de ellas describe el estado de las acciones que contiene, si lo puedo hacer ahora o queda a la espera. Segmentando las próximas acciones para «contextos».
  4. Reflexionar sobre qué tengo que hacer mañana, a medio y largo plazo.
  5. Hacer. Centrarme en hacer sin interrupción, sin saltar de un contexto a otro ni preocuparme por la preparación de mi actividad (que ya he hecho del paso 1 al 4).

Son actividades simples y ordinarias que realizas cada día. La diferencia es el cómo las ejecutas en GTD: De forma aislada, con atención exclusiva y sin mezclarlas entre sí.

«Preparar la actividad a realizar, gestionarla, ya es una de tus responsabilidades»

Vaciar tu mente registrando los diferentes asuntos, anotando y decidir qué haces con cada uno de ellos al final del día tiene un efecto transformador. Desaparece la preocupación constante del día a día y queda la calma.

Flexibilidad frente a la volatilidad. Casos prácticos

Como decía al principio, a día de hoy la única constante es el cambio. También a pequeña escala, en tu día a día.

¿Cuando se presenten imprevistos como te ayudará un sistema de productividad personal? ¿Cómo te puede ayudar GTD?

Al presentarse una emergencia no me dejo llevar por el pánico la anoto y la proceso. Tomo la decisión de que hacer, la transformo en acciones concretas y bien delimitadas que puedo realizar.

«El compañero con quien había de redactar las especificaciones de un proyecto ha tenido que salir de la oficina inesperadamente»

Mi lista más importante es la de próximas acciones, la cual esta segmentada en sublistas /contextos.

Aparco las acciones de la sub-lista de este colaborador y escojo otra que pueda realizar en ese momento como ordenador, wordpress, despacho

«Debo esperarme 10 minutos a causa de un retraso»

Escojo el contexto llamadas, lleno los diez minutos con alguna llamada pendiente o organizo la lista de próximas acciones por el criterio de tiempo y escojo las que pueda hacer con 5 o menos minutos.

Puedo gestionar mi atención, enfocarla a lo más importante, dedicarme a completar las acciones pendientes.

Puedo gestionar mi atención con un sistema que canalice la volatilidad, los imprevistos, las emergencias, que me dé pautas para actuar en cada situación.

Puedo gestionar mi atención dedicándose en exclusiva a actividades como hacer pero también a organizar, revisar o registrar lo que tengo que tener en cuenta.

Daré lo máximo siempre que no pierda mi capacidad de atención en cuestiones fútiles o haciendo a destiempo.


viernes, 25 de octubre de 2019

Qué es GTD® y qué no es

Por: José Miguel Bolívar

Hace un año aproximadamente escribía «Qué es GTD® y de que va», mi traducción libre de «20 Things GTD is NOT (and what it really is)», un post escrito por Ali Vakil, Master Trainer y Global Partner de la David Allen Company en India junto con su hermano Arif Vakil.

A principios de este verano coincidí nuevamente con ambos hermanos en el GTD Summit en Amsterdam y, pocos días después, Ali nos obsequiaba, esta vez únicamente a través de los canales internos de la CoP de Master Trainers, con la segunda parte de aquel gran post suyo, titulado en esta ocasión: «10 Things GTD is NOT… (part 2)».

Además de porque me gusta, considero también que es mi responsabilidad estar al tanto de lo que se publica y/o se dice acerca de GTD® en los diversos medios, especialmente si en español.

Por desgracia, el rigor y la calidad de la mayoría de lo que leo y escucho deja mucho que desear y, sobre todo, evidencia un grado de confusión, ignorancia y falta de responsabilidad de una magnitud preocupante.

Hay que tener en cuenta que estas fuentes de divulgación pueden ser el primer contacto con GTD® para otras muchas personas que, lamentablemente, van a llevarse una idea totalmente distorsionada e incompleta de qué es GTD® y de cómo puede ayudarlas.

Lo cierto es que, a pesar de ser algo habitual, me sigue sorprendiendo la convicción y la rotundidad con la que algunas personas hacen afirmaciones completamente infundadas y erróneas sobre qué es GTD®, en qué consiste, para qué sirve y cómo se aplica. Hay que ver lo osada que puede llegar a ser la ignorancia

Por eso agradezco enormemente cuando esta dinámica habitual se ve gratamente interrumpida por alguien que, como Ali, escribe desde el conocimiento de quien lleva tiempo recorriendo el camino de aprendizaje hacia la maestría en el dominio de GTD®.

Porque dominar GTD® es un camino. Nadie domina GTD® sin haber recorrido su camino y todas las personas lo empezamos desde cero.

Además, ninguna parte del camino es mejor ni peor que otra, y tampoco importa a qué ritmo lo recorres. Lo único importante, como en todo camino de aprendizaje, es recorrerlo y levantarte nuevamente después de cada tropiezo.

Creo que reflexiones como las de Ali son un auténtico regalo para cualquier persona que esté recorriendo el camino para dominar GTD®, así que aquí te dejo mi nuestra traducción libre al español:

1. GTD no va de alcanzar metas en el futuro, sino de usar tus objetivos para tomar decisiones correctas en el momento presente.

2. GTD no va de tomar decisiones rápidas, sino de tomar decisiones desde la claridad de ideas.

3. GTD no va de terminar todo, sino de participar constructivamente en la creación y finalización de lo que hacemos.

4. GTD no va de hacer más, sino de llegar a disfrutar de lo que haces.

5. GTD no va de convertirte en una persona más organizada, sino de que tu organización sea suficiente para maximizar tu creatividad.

6. GTD no va de arreglar tu mundo, sino de entrar en el estado mental adecuado para interactuar con tu mundo, sea cual sea.

7. GTD no va de estar siempre en equilibrio, sino de sentir que puedes salir de tu equilibrio y buscar nuevos puntos de equilibrio con regularidad.

8. GTD no va de maximizar la creación de nuevas cosas ni de completarlas, sino de encontrar el ritmo que equilibre ambos procesos.

9. GTD no va de convertirte en una persona creativa, sino de establecer sistemas que permitan que surja tu creatividad.

10. GTD no va sólo de hacer las cosas; lo que GTD ofrece es una forma de vivir con coherencia y fortalecer las relaciones por medio de la confianza.


miércoles, 23 de octubre de 2019

Primeros pasos para un trabajo freelance desde casa

Por: Franck Scipion
Trabajo freelance desde casa

Has entrado en este post buscando la respuesta a cómo trabajar de freelance desde casa. Así que o bien estás empezando y no tienes muy claro cómo organizar tu trabajo como freelance para que este te dé de comer o bien ya lo has organizado pero por lo que sea no está dando los resultados que tú esperabas. 

En cualquiera de los dos casos, has llegado al lugar adecuado. 

Mientras escribo esto, te imagino asintiendo con la cabeza o frunciendo el ceño, como si no te creyeras del todo que yo puedo ayudarte a lidiar con este monstruo que es el trabajo en remoto. 

Y sí, puedo hacerlo. 

Porque no solo he formado —con resultados positivos— a muchos de los freelance de éxito del panorama nacional —muchos de ellos nómadas digitales que viajan por el mundo trabajando— sino que yo he pasado de ser un freelance a estar al frente de una multinacional que trabaja con un equipo totalmente en remoto y que contrata habitualmente a  muchos freelances para distintos trabajos. 

Razones para trabajar desde casa

El trabajo freelance desde casa es una práctica cada vez más común. 

Trabajar para uno mismo, sin jefes a los que rendir cuentas, con libertad de movimientos y de escenario y horarios flexibles que permitan la conciliación familiar es un sueño para muchos. 

Disfrutas de una mejor calidad de vida (más tiempo, que puedes aprovechar en mejorar tu salud: deporte, duermes más, comes comida casera). 

Tienes menos interrupciones y eres, por lo tanto, más productivo. 

Gastarás menos (en transporte, en gasolina, en ropa…) y tu vida es en general mucho más flexible. 

Puedes comprobarlo en esta entrevista sobre autoempleo que le hice a mi propia esposa (knowmada digital)

Gracias al nuevo paradigma digital, resulta además sencillo hacerlo. 

Pero también puede convertirse en una pesadilla si no sabes gestionarlo de manera adecuada. 

Trabajar desde casa como freelance no es sinónimo de hacer el vago y requiere mucho compromiso y mucha organización para que las cosas funcionen. 

Vamos a empezar: 

Diseña tu vida primero, no tu negocio.

No sé si conoces un libro llamado Design your life, escrito por Bill Burnett y Chris Evans y que está basado en un curso que se da en la Escuela de Diseño de Stanford. 

Usando los principios y la filosofía de los trabajos de diseño, los dos autores elaboraron una ruta sobre la que avanzar reevaluando resultados de vida. 

¿Qué quiero decir con esto?

El diseño combina la lógica con la imaginación y elimina los filtros que nuestra mente suele colocar a la hora de resolver problemas. 

Los profesionales del diseño han empleado siempre nuevas técnicas para optimizar materiales, para hacer los entornos mucho más creativos y vivibles. 

El pensamiento de diseño de algo requiere plantearse un problema y llegar a una solución posible, recopilando modos y formas de facilitar el desarrollo creativo hasta llegar al quid de la cuestión. 

Todos empiezan con una única pregunta: 

¿Cuál es el problema o qué es lo que quieres crear o resolver?

Cuando quieres construir una vida alrededor del trabajo freelance, la mayoría de la gente empieza pensando en el trabajo y luego, construye la vida alrededor de ese trabajo. 

Cuando la verdadera forma de que esto funcione es hacerlo al revés. 

Piensa con absoluta sinceridad quién eres y quién quieres ser y empieza a elaborar tu sistema de negocio alrededor de eso. 

Walt Disney tenía un sistema creativo en tres pasos: 

  • La fase de los sueños: en la que dejas volar tu imaginación hasta rincones en los que puede parecer una locura lo que estás soñando. Es la fase de las ideas, que proceden siempre de una curiosidad sin límites. 
  • La fase de poner los pies en el suelo: analizamos esas ideas y pensamos: ¿cómo llegamos hasta ahí? ¿Cómo lo hacemos? ¿Podemos hacerlo con los recursos que tenemos? 
  • Por último, la fase crítica: ¿qué nos falta para llegar hasta donde queremos llegar? ¿es la idea suficientemente buena? Preguntarnos qué hacemos hoy nos llevará, como bien dice el amigo Walt, a donde queramos mañana. 

Así que hay que pensar en modo Disney: quién queremos ser, cómo podemos llegar hasta allí y qué nos falta para eso. 

Ahora ya puedes empezar a diseñar tu proyecto freelance, preguntándote en todo momento qué valor aportas a eso que quieres construir. 

Es evidente que todo no es tan sencillo. 

El proceso de diseñar un negocio online como freelance tiene que pasar por varias etapas cuya meta es que vayas del punto A (donde estás ahora) al punto B (tu objetivo final). 

En cada una de ellas tendrás que trabajar con pequeños objetivos, analizar los resultados obtenidos y pulir el sistema. 

Y eso significa cambiar radicalmente la forma en la que la mayoría de nosotros se enfrenta a los problemas. 

Normalmente pensamos que seremos felices «si encontramos el trabajo perfecto».  

Sin embargo puede que haya múltiples trabajos perfectos para ti pero que tengan que cambiar a lo largo del tiempo conforme cambia tu vida y lo que quieres en ella. 

Puedes reinventarte en cualquier momento y tu vida nunca termina de rediseñarse. 

Es el trabajo el que tiene que adaptarse a la vida perfecta y no, al revés. 

Vale, esto lo tengo claro, Franck. 

Me he hecho un diseño mental de la vida que quiero conseguir. 

Quiero tener libertad geográfica. 

Quiero tener libertad de horarios. 

Quiero tener libertad financiera que me permita vivir como quiero. 

Quiero poder elegir con quién me relaciono.  

Y quiero poder elegir mis clientes. 

¿Cómo consequir los primeros clientes? 

Te presento a los 4 fantásticos de la venta online

La relevancia: 

No puedes vender servicios de community manager freelance, así a grosso modo. 

Bueno, puedes, pero no te comerás un colín. 

Y tendrás que salir a buscar clientes y, si das una patada en el suelo, salen tropecientos community managers. Todos iguales, como los peces de un banco. 

¿Cómo hacer que te elijan a ti?

Tienes que especializarte. 

Sé el salmón que va contracorriente. 

Busca un nicho concreto. 

Sé el mejor en ese nicho de mercado. 

Y ya no tendrás que salir a buscar sino que llenarás de clientes una agenda completa. 

Si quieres que te ayude a buscar descárgate esta guía gratuita.

Nichos de mercado probados para nómadas digitales

La autoridad

Esto va de la mano del anterior. Cuanto más te especializas en un campo en concreto, más sabes de ese campo. 

Si tu cliente ve que con tus consejos consigue resultados, tu autoridad se dispara. 

Eso se consigue ayudando a los demás y consiguiendo resultados. 

Si escribes contenidos hiperrelevantes para tu público objetivo, contenidos que le ayuden, es muy probable que tu autoridad suba. 

Pero para eso tienes que conocer a tu buyer persona como la palma de tu mano. 

La confianza 

No hay campaña de Facebook Ads que genere confianza. 

La confianza es una labor de hormiguita que va poco a poco trabajándose. 

Contestando mails. 

Piensa en cada persona detrás de cada mail como un posible cliente potencial y ofrécete a ayudarle. 

En un mercado en el que la atención al cliente deja mucho que desear, el que contestes los mails sienta un poso de confianza insuperable. 

La empatía

Ponte en el lugar de tu cliente. 

Entender cuál es su problema y cuáles son los obstáculos a los que se enfrenta y las dudas que puedan surgirle cuando escucha tu solución te va a abrir muchas puertas. 

Primeros pasos como freelance

Pon en orden tus finanzas

Al principio, cuando no tienes ninguno de los cuatro fantásticos, ni has diseñado una idea de negocio como la que te cuento en la guía de arriba, el dinero llega gota a gota y los ingresos son irregulares. 

Así que lo primero de todo es sentar las bases de tus finanzas: 

  • Determina cuáles son tus gastos mensuales y qué es lo que necesitas para sobrevivir durante al menos tres meses. 
  • Construye un pequeño cojín para las temporadas de vacas flacas. Lo ideal es que ahorres el 25% de tus ganancias, así que cuenta con eso en tu «sueldo» mensual. 
  • Vete reservando el dinero de los impuestos a medida que vas facturando, para que cuando llegue la trimestral no te deje pelado. 
  • Separa el negocio de lo personal en lo relativo a las cuentas. Ten una cuenta solo para tu negocio y otra personal, a la que pasas un «sueldo» mensual para gastos de agua, luz, comida, hipoteca, etc.

Planifica tu tiempo

  • Automatiza todos aquellos procesos que puedas automatizar. Por ejemplo, la facturación (Quaderno es ideal para eso). 
  • Fíjate un horario en el que a primera hora de la mañana esté la tarea roca: la tarea más importante del día. Es importante armar una lista de prioridades y cumplirla. 
  • Rutina y disciplina son las cualidades más importantes para que seas productivo. Los hábitos son uno de los puntos más importantes en los negocios online de éxito. 
  • Combina el trabajo con algún deporte y con descansos de unos diez minutos entre los ciclos productivos para que la cabeza descanse. 

Y ahora necesitas un sistema con el que ganar tus primeros 1000 euros al mes. 

¿Quieres saber cómo montarlo? 

Te lo cuento en este webinar gratuito. 

La entrada Primeros pasos para un trabajo freelance desde casa se publicó primero en LifeStyle Al Cuadrado.


martes, 22 de octubre de 2019

Autoempleo desde casa: lo que nadie te dice…

Por: Franck Scipion
Autoempleo desde casa

Me llegan diariamente miles de mails de freelances, de consultores o de coaches que quieren desarrollar sus negocios online y que son personas que desarrollan su labor —en modo autoempleo— desde casa. En esta serie de entrevistas (donde el protagonismo lo va a tener el autónomo que tienes dentro de ti), te ayudaré a mejorar tu presencia online y a reforzar tu negocio para convertirlo en un negocio online exitoso.

Autoempleo desde casa: una opción cada vez más válida

Trabajar desde casa se ha convertido en una opción cada vez más válida en el mundo actual, por la gran cantidad de ventajas que trae. Aunque por supuesto, también tiene su parte negativa, sobre todo en lo que hace referencia a la necesidad de la propia organización del tiempo.

Te traigo entonces un ejemplo claro de cómo administrar tu tiempo y tu cabeza para poder trabajar desde el hogar. Nos ayudará nuestra entrevistada, Mayte Galadí. Vive en Burdeos, y realiza desde su hogar traducciones técnicas del alemán al castellano. Lo que más traduce son catálogos publicitarios de máquinas y manuales de instrucciones. A esa tarea se dedica desde hace 15 años y antes lo hacía como empleada, en Alemania. Luego, decidió ser knowmada digital y continúa su tarea profesional en el hogar como freelance hace ahora más de diez años.

Te invito a que conozcas cómo trabaja hoy desde mi propia casa. Si, has leído bien, no es un error de tipografía. Mayte es mi mujer, así estoy seguro que lo que te cuenta es totalmente cierto.

Consejos para trabajar desde casa, con Mayte Galadí.

¿A qué te dedicas en la vida?

Pues soy traductora autónoma y trabajo desde casa.

¡Qué guay! ¡Trabajas desde casa!

Sí, eso dice todo el mundo «¡Qué guay!», pero no siempre es así.

¿Hay momentos en que no te gusta?

En general me gusta, pero tiene alguna dificultad.

¿Cuáles son las dificultades para un autoempleo en casa?

La desventaja más importante de trabajar sola desde casa es que estás obligada a imponerte una rutina estrecha para poder aprovechar bien el tiempo. El problema con esto es que, con cualquier interrupción o cualquier imprevisto, te sales de tu programación y es difícil volver a ella.

¿Tienes alguna forma de identificar las tareas más importantes para enfocarte en lo más relevante de cada día?

Nada complicado. Hago listas de cosas que tengo que hacer, y empiezo por arriba.

¿Tienes un horario?

Lo intento, pero no siempre puedo, porque tengo un problema añadido y es que soy madre. Pero se debe tener un horario y cada vez que te levantes del escritorio por cualquier motivo, debes mirar el reloj.

(Aquí hago yo un inciso: hay una herramienta llamada Toggl que te favorece mucho ver cuánto tiempo consumes en cada cosa y darte cuenta de cuáles son tus ladrones de tiempo)

¿Cómo te arreglas con tus niñas en casa?

Mis hijas están en casa pero hay una niñera que las cuida. Aunque es imposible no oírlas. Siempre hay un problema, siempre hay un llanto y termino levantándome de la silla. Y cuando vuelvo, pues he perdido la concentración.

¿En qué parte de la casa trabajas?

Eso es muy importante. Tengo una habitación dedicada a despacho. Bueno, cuando vienen visitas, duermen en mi despacho, pero normalmente es allí donde trabajo.

¿Qué hay en esa habitación?

En la habitación tengo mi escritorio y una silla ergonómica para estar bien sentada. Está el ordenador, todos mis libros de consultas, mis diccionarios, impresora y teléfono. Muy importante lo del teléfono para que no tengas que levantarte a cogerlo. El móvil y el inalámbrico lo hacen mucho más sencillo. Hay que tenerlo todo a mano para no tener excusas ni siquiera para salir de la habitación. Es una forma de aislarte del día a día de la casa. Por eso es muy importante la disciplina, para no tener excusas para interrumpir.

¿No se te hace muy largo estar todo el día dentro de la casa? ¿Sales de vez en cuando?

Intento que mi jornada laboral sea como la jornada de una persona que está trabajando en una oficina.

Lo intento, porque no siempre es posible, pero trato de empezar siempre a la misma hora, hago una pausa de café a una hora concreta. Pero a lo largo del día tengo que salir de casa obligatoriamente para descongestionar la mente.

En un momento, al final de la mañana cerca de la hora de comer, salgo a hacer compras: una fruta o algo así.

Luego, por la tarde, ya no puedo trabajar, pero si pudiese y lo hiciera, lo que procuraría es forzarme a buscar algún sitio donde tenga que ir. Un gimnasio o hasta un curso de macramé. Siempre hay que buscar algún lugar donde limpiarse la cabeza.

Háblanos ahora un poco de las ventajas de trabajar desde casa.

Tiene más ventajas que desventajas. Si no, no lo estaría haciendo. Trabajar desde casa te da la posibilidad, si no tienes ninguna otra obligación, de administrarte y gestionar tu tiempo con total libertad.

Y tienes un horario flexible, salvo las limitaciones que uno mismo quiera ponerse. Si un día surge cualquier imprevisto que hay que atender urgentemente, se puede atender y luego recuperar el tiempo perdido por otra parte.

Otra ventaja es que no tienes que ir a ningún sitio para trabajar. Te ahorras el coche, los atascos, y puedes aprovechar todo el tiempo desde el momento en que te levantas y te has duchado, sin demoras. Tú organizas además tu propio espacio, con lo cual estás más cómodo que en cualquier otro lugar, y eso te ayuda a concentrarte.

¿También puedes trabajar desde cualquier sitio, verdad?

Ah, claro. A mí me vale con una conexión a Internet. Yo —si hay conexión a Internet en un hotel y estoy de viaje—, puedo contactarme.

Y también puedo decidir, si es que no dependo de otra persona o de otra obligación, pues simplemente cojo mi ordenador y me voy a vivir mañana a Australia, ¡porque me da la gana!, por ejemplo.

A modo de conclusión, ¿podrías darnos una especie de lista de recomendaciones y recetas caseras para el trabajo desde el hogar?

Después de unos años, uno sabe más o menos lo que tiene que hacer. Lo más importante es imponerse rutina y disciplina para trabajar en casa. Fijarse un horario que hay que cumplir, de cierta hora a cierta hora. Ese horario tiene que incluir uno o varios descansos, ya sean para salir de casa y despejarse un poco la mente. Insisto en las opciones de salir de casa, porque terminas necesitándolo. También se puede fijar un horario de interrupciones dentro de casa. O sea, cada cierto rato, me levanto a buscar un café, o me desconecto y me pongo a mirar cosas en Internet para descansar la mente.

Y otra cosa que creo que es muy importante, ya que estamos todo el tiempo metidos en casa y sentados, es hacer deporte. Entonces cada vez que terminas el día de trabajo, puedes salir a correr, andar en bicicleta o algo así.

También hay que tener en cuenta que el tiempo es una cuestión importante, ya que estás en casa. Solamente puedes interrumpir por un llamado al teléfono o algún imprevisto. Y cuando se interrumpe el trabajo, es importante mirar el reloj y luego recordar cuánto tiempo se ha perdido para poder recuperarlo después.

Yo además trabajo con listas de prioridades. Antes de arrancar, apunto lo que tiene que hacerse en el día, y empiezo por lo más importante y sigo por lo siguiente, si no tienes nada que te interrumpa o haga desplazar el cumplimiento de esa lista.

Bottom line o para llevar

Aunque Mayte nos reiteró en la última pregunta los aspectos más importantes, los remarcamos aquí.

  • Imponerse rutina y disciplina
  • Fijarse un horario: de cierta hora a cierta hora, idealmente poder tener tu despacho en una habitación a parte
  • Incluir descansos fuera y dentro de la casa. Hace falta despejar la mente y romper el riesgo de aislamiento y soledad
  • Procurar evitar interrupciones. Si ocurrieran, sabremos que hay que recuperar luego el tiempo perdido
  • Identificar lo más importante y armar lista de prioridades. ¡Y cumplirla!
  • Flexibilidad en la carga diaria de trabajo. Importan los resultados no la actividad
  • Combinar la tarea con algún deporte y/o aficiones

Mirado desde fuera, como su marido, veo que Mayte disfruta también de una situación muy peculiar en el mundo del autoempleo desde casa. Está superespecializada (y esto la hace distinta): ha vivido 9 años en Alemania (también la hace distinta en su gremio) y tiene una red de traductores que la pueden apoyar en momentos puntuales (buenos —mucho trabajo—) o malos —poco trabajo—).

Nos desviamos del punto de partida de este vídeo, pero estas características hacen su situación más viable que la de otros freelance que trabajan desde casa, y que empiezan el mes sin saber cómo se van a pagar el sueldo a final de mes. Mayte ha conseguido reducir el riesgo a un nivel muy bajo, y sabe perfectamente lo que tiene que hacer en cada momento, lo que la hace tan eficaz en la gestión de su tiempo. Para mí, es un caso de éxito de autoempleo desde casa, y por experiencia te puedo asegurar que no hay muchos.

PD: Adoro a mi mujer, ¡verdad que es fantástica!

La entrada Autoempleo desde casa: lo que nadie te dice… se publicó primero en LifeStyle Al Cuadrado.


viernes, 18 de octubre de 2019

Personalizar GTD®: Qué es y cuándo hacerlo

Por: José Miguel Bolívar

Personalizar GTD®, ¿es algo que conviene hacer o, por el contrario, es desaconsejable? La respuesta, como tal vez ya hayas imaginado, es: depende.

Seguro que habrás oído, o leído, por ahí alguna vez que «hay que usar GTD® tal y como es, sin cambiarlo». Esta afirmación parece ir bastante en contra de «personalizarlo», ¿no?

Sin embargo, para la David Allen Academy, personalizar GTD® es un signo de madurez en el camino para dominar GTD®, una evidencia de progreso hacia la maestría.

A la vista de esto, parece que nos encontramos ante una paradoja. ¿Cómo es posible «personalizar» GTD® y, a la vez, «usarlo tal y como es, sin cambiarlo»?

La respuesta es sencilla y la clave está en entender qué es, y qué no es, «personalizar» GTD®.

Una vez lo hayas entendido bien, tendrás también muy claro cuándo conviene y cuándo no conviene hacerlo.

Qué se puede «personalizar» de GTD®

Antes de seguir, echa un vistazo con calma a este esquema y asegúrate de entenderlo:

problema o recurso («por qué») ➜ acción para contrarrestar el problema o aprovechar el recurso («qué») ➜ mejor práctica para llevar a cabo esta acción («cómo») ➜ resultado que consigo al llevarla a cabo («para qué»)

Aplicado a un ejemplo:

por qué») me he hecho una herida ➜  («qué») voy a desinfectarla ➜ («cómo») limpiándola con un antiséptico ➜ («para qué») para evitar una infección

Si has entendido esto, habrás entendido también que lo único que se puede «personalizar» en GTD® son los «cómos». Es imprescindible tener esto 100% claro antes de «tocar» nada de GTD®.

«Personalizar» GTD® implica mantener intactos los «qués», ya que estos «qués» son lo que conocemos como principios productivos universales.

Todos los «qués» de GTD® tienen una razón de ser y un propósito. Dicho de otra forma, todo en GTD® se debe a un «por qué» y tiene un «para qué».

Cada «qué» de la metodología intenta contrarrestar, o aprovechar, según el caso, al menos uno de esos «por qués», y lo hace siempre con un único «para qué»: mejorar tu efectividad.

Modificar un «qué» significa dejar de contrarrestar, o de aprovechar, al menos uno de los «por qués» y, en consecuencia, su correspondiente «para qué».

En consecuencia alterar un «qué» siempre conlleva perder parte de la mejora en nuestra efectividad.

Qué es personalizar GTD®

«Personalizar» GTD® es cambiar un «cómo», manteniendo su «qué», de tal forma que aumente la magnitud de su «para qué».

En el ejemplo de antes, «personalizar» la metodología del tratamiento inicial de heridas leves podría ser: «limpiar la herida con un antiséptico que además favorece una cicatrización rápida».

Es «personalizar» la metodología porque al limpiar la herida con un medicamento que también favorece la cicatrización rápida (cambias el «cómo»), sigues desinfectándola (mantienes el «qué») y contribuyes aún más a evitar una infección (aumentas la magnitud del «para qué»).

Que es romper GTD®

«Romper» GTD® es cambiar un «cómo» de tal forma que altere el «qué» y, en consecuencia, impida el «para qué».

En el ejemplo de antes, «romper» la metodología del tratamiento inicial de heridas leves podría ser «limpiar la herida con un medicamento no antiséptico que favorece una cicatrización rápida».

Es «romper» la metodología porque al limpiar la herida con un medicamento que favorece la cicatrización rápida y que no es antiséptico (cambias el «cómo»), ya no estás desinfectando la herida (alteras el «qué»), luego no estás evitando una infección (impides el «para qué»).

Cuando personalizar GTD®

Imagina que alguien te pasa una receta de cocina. Sería absurdo introducir cambios en ella antes de haberla probado al menos una vez para ver qué tal sale el guiso (y encima criticarla porque no te gusta como queda).

Después, una vez que sabes cómo sabe el plato que has preparado, estarás en condiciones de introducir cambios, añadiendo, quitando o cambiando la cantidad de determinados ingredientes, o modificando el proceso de preparación.

Porque, si no sabes ni a qué sabe, ¿cómo vas a saber si tus cambios son a mejor o a peor?

Pues con GTD® ocurre igual.

En su primer contacto con la metodología, nadie es capaz de discernir qué parte de GTD® corresponde a los «cómos», qué parte a los «qués» y, muchísimo menos, cuáles son los «por qués» y los «para qués».

Y, por supuesto, nadie tiene ni idea del efecto que un GTD® bien aplicado puede producir en su vida.

Incluso después de unos primeros años de práctica, siguen siendo muy pocas, poquísimas, las personas que entienden todos estos matices con la claridad y profundidad suficiente como para poder «tocar» GTD® sin «romperlo».

Para poder «personalizar» GTD®, en lugar de romperlo, necesitas haber experimentado lo suficiente la mejora de tu efectividad que produce la aplicación de cada uno de los «qués» inalterados.

Yo «rompí» GTD® muchas veces por «tocar sin saber qué tocaba», con las consiguientes «caídas de la tabla».

Por fortuna, mi humildad me ayudó a entender que el que GTD® no me funcionara se debía únicamente a mi atrevimiento ignorante, así que, en lugar de abandonar o de culpar al método, dejé de perder el tiempo y centré mis esfuerzos en aplicar GTD® tal y como es.

Necesité al menos cuatro o cinco años de «usar sin tocar» la metodología para poder empezar a «tocar sin romper», y a día de hoy sigo aprendiendo.

Recuerda: solo cuando eres capaz de reconocer los efectos de cada «qué», estás en condiciones de detectar si al cambiar un «cómo» estás aumentando o disminuyendo la magnitud del «para qué», es decir, si estás manteniendo inalterado el «qué» o lo estás alterando.

Adiós a la paradoja

El consejo «hay que usar GTD® tal y como es, sin cambiarlo» es por consiguiente el que hay que seguir hasta alcanzar un nivel de dominio suficiente en el camino para dominar GTD® (etapa de «Implementación» en los 3 niveles, como mínimo recomendable).

Una vez alcanzado ese nivel de dominio, «personalizar» GTD® no solo es posible, sino que es necesario, ya que adaptarlo cada vez más a las propias circunstancias y características es la única forma de obtener el máximo provecho de la metodología.

Por eso, para la David Allen Academy, personalizar GTD® es un signo positivo de madurez en el camino para dominar GTD®.

El problema surge cuando, desde la más absoluta ignorancia, como hacía yo, te pones a «tocar sin saber» GTD® con el convencimiento (100% infundado) de que lo estás «personalizando» cuando, en realidad, solo lo estás «rompiendo».

Por eso, mi aprendizaje más valioso hasta el momento en este camino es que la humildad es la más importante de todas las claves para el éxito con GTD®.


miércoles, 16 de octubre de 2019

Blog vs Youtube vs Podcast: ¿cuál es el mejor?

Por: Franck Scipion
Blog vs Youtube vs podcast

Blog vs Youtube vs podcast. Es la eterna duda cuando empezamos con nuestro negocio online y nos damos cuenta de que el marketing de contenidos es fundamental en la fase de atracción de nuestro embudo de ventas. 

¿Necesitamos hacerlos todos?

¿Qué pasa si eres genial escribiendo pero horrible frente a la cámara o tienes un acento de lo más marcado y no hay quien te entienda? 

¿Necesitas estar en todos o es una locura integral? En esta guía vamos a intentar valorar las ventajas y desventajas de cada canal de marketing de contenidos: blog, canal de Youtube y podcast para que valores qué es lo más apropiado para ti dependiendo de tu nicho de mercado.

Si todavía no has empezado a construir tu negocio online y te interesa ver si tu idea es válida, antes de empezar con el marketing de contenidos, tal vez te interese nuestra guía.

Nichos de mercado probados para nómadas digitales

Primero: ¿qué quieres conseguir: enamorar o amor verdadero?

No sé si sabes que el amor a primera vista está determinado por un cóctel de hormonas (la serotonina, la oxitocina y la dopamina) que le meten «un chute» literal a tu cerebro y por eso, cuando nos enamoramos nos sentimos excitados, llenos de optimismo y la vida es todo mariposas y pajaritos.

Pero, al cabo de un tiempo, como pasa con cualquier droga, el cuerpo se acostumbra a ese chute hormonal y entonces es cuando nuestra parte racional toma el control y nos hace valorar si la persona con la que estamos es la que nos llena realmente. 

Con la atracción a tus leads pasa lo mismo: existe una fase inicial de enamoramiento en la que la persona que te visita crees que eres lo más y comparte tus contenidos y te deja miles de comentarios en todas partes.

Luego, tú tienes que responder a ese enamoramiento para que cuando llegue la tolerancia (y se acostumbre al valor que proporcionas) se dé cuenta de que sí, que eres la persona adecuada y se convierta en un cliente. 

Así que…

Tratar de hacer todo a la vez es un error. 

Sí, hay gente que empieza con todo: blog + canal de youtube + podcast + miles de cuentas en redes sociales. Un suicidio para las 24 horas que tiene el día (y eso es igual para todos). 

Y una pérdida de foco total, que te impide brillar como experto en tu nicho. Voy a crear un blog y un canal de youtube y un podcast, así todo junto. Un totum revolutum. Cuando divides tus energías y no te enfocas en una cosa sino en varias a la vez, ninguna de ellas tendrá la más mínima oportunidad de tener éxito. 

Claves para elegir el canal de marketing de contenidos adecuado

En resumen, lo ideal es saber cuál es el canal de marketing de contenidos mejor para ti y para tu negocio online. Y para saberlo: te doy una serie de claves. 

#1. Tipo de público objetivo que quieres atraer. 

¿De qué vas a hablar y a quién quieres atraer a tus contenidos? A lo mejor si tu web va de tejer, como ocurre en el caso de Sandra Llorca —alumna de Objetivo 6C— un canal de Youtube es el método idóneo para ilustrar tutoriales (aunque tengas otras formas de compartir vídeo, como por ejemplo las stories de instagram o Facebook Live). 

Un tutorial de cualquier herramienta o de técnicas de cocina o de ejercicios de mindfulness puede ser entretenido, interesante y de gran valor para tu audiencia. 

En cambio, si la información es compleja, larga o estás enseñando una estrategia determinada, es posible que se ajuste mejor el contenido a un artículo de blog, donde puedes organizar los títulos, subtítulos y esquemas de forma más sencilla de entender y de consumir para tus lectores. 

También es una forma mucho más rápida de que el lector escanee los contenidos y vea si le interesa o no. En el vídeo, tienes que atraer con el título y luego enganchar muy rápidamente al público para que se queden hasta el final. 

Si tu público objetivo es gente con muy poco tiempo, puede que tu canal de marketing de contenidos idóneo sea el podcast. Porque pueden escucharlo mientras hacen otra cosa. Y, en ese sentido, el formato ideal es que no sea demasiado largo: entre quince y treinta minutos, lo que se tarda en un trayecto en coche estándar. 

Por otro lado, las publicaciones de blog atraen a gente más comprometida, gente que desea mucha información y por lo tanto son valiosas en ese sentido.

Con un post puedes entrar en más detalles (combinar con vídeo y audio) y colgar enlaces que metan a los lectores en tu funnel de venta mediante un lead magnet de forma mucho más sencilla que en un canal de Youtube o en un podcast (que también puedes hacerlo, pero como se brindan a la multitarea la gente no lo hace en el momento y luego lo olvida)

#2. En qué canal de marketing de contenidos puedes desarrollar un conjunto de habilidades mejor

Lo próximo en lo que deberías pensar es en qué fortalezas y debilidades tienes porque es posible que necesites aprender cosas. 

Si tu canal de marketing de contenidos es el blog

Debes ser capaz de escribir bien y rápido. Los errores de ortografía y de gramática te restarán credibilidad frente a los lectores. 

En el primer año de Lifestyle al cuadrado, escribí más de 1000 palabras todos los días y desarrollé mis habilidades como copywriter. Además de eso, pasaba también tiempo leyendo y estudiando las publicaciones de otros blogs de marketing, diseccionando cuáles eran las cosas que les funcionaban para aplicarlas a mi trabajo. 

El formato blog ha decepcionado a más de uno porque puede parecer que es escribir y ya. Todo el mundo cree que sabe escribir y que escribir es fácil y está chupado y luego pasa lo que pasa con este tipo de expectativas irreales.

Un post se escribe para atraer y con un objetivo claro en mente. Y un blog requiere constancia y compromiso. Además de: 

  • Dedicar una media de unas tres horas —mínimo— a la semana a la creación de contenidos y difusión de los mismos en redes. 
  • Aprender de SEO-on-page y de copywriting para conseguir enamorar tanto a los lectores como a Google y conseguir que ese enamoramiento pase a ser amor estable. 
  • Conocimientos básicos de WordPress para poder editar los artículos. Y, of course, un dominio y un hosting (te dejo un descuento de uno muy recomendable) que funcionen. 

Puede haber varias razones por las que no te funcione tu blog. Pero la gran mayoría de los freelances cierran sus blogs después de un año por falta de constancia y compromiso con su proyecto.

Si lo que quieres es crear tu propio canal de Youtube

Si lo que quieres es dar la cara en vídeo, tienes que tener clarísimo qué supone lanzar un canal de contenidos en Youtube. 

  • Necesitas conocimientos en edición y montaje de vídeo para atraer a tu audiencia, así que aunque subir tus vídeos a Youtube es gratis —y no necesitas inversión en dominio y hosting como ocurre en el caso del blog—, sí que necesitas una pequeña inversión inicial: una cámara decente, un micro y focos, así como cursos de edición si no sabes editar. 
  • Necesitas elaborar un guion previo: el que no tengas que escribir no significa que no tengas que trabajar el contenido. Si lo que cuentas no es interesante o no aporta valor, me temo que no engancharás a la gente. Lo mismo que si tu tono de voz es demasiado monótono. 
  • Este punto es una consecuencia natural de los dos anteriores: necesitas tiempo —entre 4-5 horas a la semana— para elaborar guion, grabar y editar, además de difundir el vídeo. 
  • Como red social que es, Youtube te garantiza un contacto directo con tu audiencia. Eso tiene su parte negativa cuando te atacan los temidos trolls. Tienes que tener templanza cuando empiecen a aparecer: significa que estás empezando a ser visible. Pero llegas a otras audiencias: si eres constante y consigues pasar de los 1000 suscriptores, el buscador de Youtube empieza a relacionarte con otros vídeos de otros canales (en la columna de vídeos recomendados). 
  • Y por supuesto, necesitas formarte —como en cualquier canal de contenido— en SEO y en copywriting, porque después de todo, Youtube es un buscador (el segundo más importante después de Google, pero es que además es de Google). 

Si quieres saber cómo debes hacer crecer tu canal de Youtube, aquí te explico cómo hacerlo con ocho tácticas probadas

Pero en resumen, una cosa que sí que deben ser los vlogs es que deben ser atractivos. Si eres un youtuber aburrido, tu tono es monocorde, tienes coletillas, tu contenido es poco atrayente en temas de edición de vídeo…tu canal no despegará. 

Si no eres capaz de transmitir tu entusiasmo y tu know-how a la cámara y traspasar al otro lado, es mejor que te dediques al blog. 

Si tu opción preferida es crear un podcast

Una de las ventajas del podcast frente al canal de Youtube —que te parecerá una chorrada pero no veas la de tiempo que ahorra— es que el podcast lo puedes grabar en pijama.

Y si eres una chica, no necesitas preocuparte por tu maquillaje porque nadie te ve.

Y aún así, la voz crea mucho engagement con la audiencia. 

¿Qué habilidades tienes que tener para montar un podcast?

  • Necesitas un micrófono. 
  • Necesitas conocimientos de edición de audio. 
  • Necesitas un sitio donde poder grabar en silencio. 

No es demasiado complejo, ¿verdad? 

El tema es que debes crear una publicación de blog de cada uno de los episodios del podcast porque por sí mismos no conllevan SEO, así que la gran desventaja de los podcasts es precisamente esa: el SEO.

Unido a eso está también la dificultad de monetización directa. Un podcast debe buscar patrocinadores o mecenas que lo mantengan. 

Precisamente, por esas dos razones la competencia es menor que en el blog o en el canal de Youtube. Peeero…el engagement es mayor. 

Aunque en Youtube también hay suscripciones, la audiencia del podcast suele ser mucho más fiel, por lo que a nivel de marca personal es cuestión de pensarlo. 

Cuál es el secreto para que los contenidos de tu negocio triunfen

La clave del éxito es la constancia e ir aprendiendo de los resultados.

El medio realmente no importa tanto: blog vs youtube vs podcast… la mayoría de los creadores de contenido cualquiera que sea el formato están donde están porque trabajan duro para conseguirlo. Y porque han tenido un mentor que les ha reconducido los pasos cuando se equivocaban.

Elige un solo canal. Concéntrate en él y haz que brille. 

A medida que vas dominando tu canal de marketing de contenidos, mejoran tus habilidades. Y empiezas a meterte poco a poco en el círculo de expertos en tu nicho. 

Una vez que tu expertise empieza a ser reconocido es el momento de plantearse otro canal asociado. Sobre todo, si cuentas con equipo en el que delegar otras tareas (como por ejemplo, la edición del vídeo o del audio). 

Pero no seas tonto y reutiliza tus contenidos adaptados a cada canal. Un artículo puede convertirse en varios contenidos para redes, en un guion de un vídeo para Youtube y en un audio para el podcast. 

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viernes, 11 de octubre de 2019

Cómo incumplir expectativas sin dañar tu credibilidad

Por: José Miguel Bolívar

Generamos expectativas constantemente, muchas veces sin ser siquiera conscientes de ello.

Cada vez que respondemos afirmativamente a una petición, por ejemplo, estamos adquiriendo un compromiso con la otra persona, a la vez que generando una expectativa en ella: que cumpliremos nuestro compromiso.

Por qué incumples expectativas

El problema es que la forma en la que nos comprometemos, y por tanto la forma en la que generamos expectativas, deja por lo general bastante que desear y genera consecuencias indeseables.

Si nos paramos un momento a pensar cuál sería la forma inteligente de comprometerse, y/o de generar expectativas, probablemente llegaríamos a la conclusión de que habría que intentar evitar al máximo vincular el cumplimiento del compromiso a cualquier plazo temporal concreto.

¿Por qué? Muy sencillo. Porque nuestra capacidad de influencia sobre el cumplimiento del compromiso es bastante alta, pero nuestra capacidad de influencia sobre su cumplimiento en, o antes, de una fecha o momento concretos es bastante baja, ya que está fuertemente limitada por variables externas que quedan completamente fuera de nuestro alcance.

Teniendo claro que esto es así, ¿a qué se debe entonces que nos sigamos comprometiendo a cumplir compromisos vinculados a fechas?

Las causas son variadas y todas tienen que ver con la forma peculiar de funcionamiento de nuestra mente y, en particular, de nuestro Sistema 1.

Por una parte, pecamos de un exceso de optimismo a la hora de estimar tanto la complejidad real como el tiempo necesario para llevar a cabo una tarea. Este sesgo se conoce como falacia de la planificación.

Por otra parte, pecamos también de un exceso de confianza en nuestro propio desempeño o, dicho de otra forma, nos creemos mejores de lo que realmente somos. Este sesgo se conoce como efecto superconfianza.

A lo anterior hay normalmente que sumar la voluntad de agradar o satisfacer la necesidad de la otra persona, lo que con frecuencia nos lleva a la situación bastante paradójica de «quedar mal por querer quedar bien».

A donde nos lleva todo esto en conjunto es al hecho de que incumplimos compromisos y defraudamos expectativas no por maldad, sino por ingenuidad.

Qué puedes hacer para evitarlo

Cuando nos comprometemos a cumplir un compromiso en, o antes de, una fecha concreta, lo hacemos por lo habitual desde el convencimiento genuino de que vamos a ser capaces de cumplirlo.

El problema de incumplir compromisos y defraudar expectativas es que daña seriamente a nuestra credibilidad. El motivo es que la credibilidad se construye a base de compromisos cumplidos.

La metodología de efectividad personal GTD® ofrece una serie de buenas prácticas para cumplir sistemáticamente tus compromisos, ya que, en gran parte, cumplir tus compromisos es cuestión de perspectiva.

Mi intención es este artículo es ir un paso más allá y ofrecerte buenas prácticas complementarias, especialmente pensadas para salvaguardar tu credibilidad.

Cómo proteger tu credibilidad

La primera de estas buenas prácticas es evitar todo lo posible compromisos vinculados a fechas o momentos concretos, dejándolos abiertos o sustituyéndolos por estimaciones de tiempo cuando sea inevitable.

Por ejemplo, en lugar de «te lo envío el jueves a las 9:00», sería preferible, de más preferible a menos preferible, cualquiera de las siguientes opciones:

  • Te lo envío lo antes posible
  • Te lo envío en los próximos días
  • Te lo envío a finales de semana
  • Te lo envío el jueves
  • Te lo envío el jueves a primera hora

La segunda de estas buenas prácticas es intentar ir más allá de las expectativas creadas.

Si, por ejemplo, dices «te lo envío en un par de días» y lo envías en solo un día, tu credibilidad ante la otra persona saldrá considerablemente reforzada.

Esta buena práctica, convertida en hábito, asegura tener clientes más satisfechos gracias a la efectividad.

La tercera de estas buenas prácticas guarda relación con tener claro que, como dice mi colega William Elliot, «bad news is better than late news» o, lo que es lo mismo «mejor dar una mala noticia que dar una noticia tarde».

La peor forma de dar una noticia es no darla, y cumplir el compromiso pasada la fecha o el momento de cumplimiento. Aunque al final se haya hecho lo que se había comprometido a hacer, el hecho de haberse hecho tarde lo devalúa por completo.

Otra mala forma de dar una noticia es hacerlo cuando la fecha o el momento de cumplimiento está a punto de vencer. Tu credibilidad saldrá casi igual de malparada que si hubieras incumplido por completo la fecha o el momento de cumplimiento.

La buena práctica es avisar cuanto antes a la otra persona de que probablemente no se vaya a poder cumplir el compromiso y renegociar una fecha posterior, en lugar de apurar al máximo para intentar cumplir con la fecha de cumplimiento (con escasas probabilidades de éxito).

Por ejemplo, en lugar de llamar el miércoles a última hora para decir que no vas a poder enviarlo el jueves a las 9:00, sería preferible avisar el miércoles a primera hora o, mejor aún, hacerlo el martes.

En general, lo ideal es avisar en cuanto empieces a sospechar que existen probabilidades de incumplimiento.

Ten en cuenta que la gran mayoría de las fechas de cumplimiento se establecen de manera totalmente arbitraria, es decir, sin obedecer a ninguna causa objetiva.

Por este motivo, casi todas las personas reaccionan bien ante este tipo de avisos, siempre que se hagan con la antelación suficiente, abriendo así la puerta a poder renegociar esa fecha o momento de cumplimiento.

Resumiendo

Lo ideal es evitar vincular el cumplimiento de tus compromisos a fechas o momentos concretos.

Cuando esto sea inevitable, intenta sustituir las fechas o momentos concretos por rangos de tiempo lo más amplios y genéricos posibles.

Si a pesar de todo, al final te encuentras con una fecha o momento concretos, intenta prever con la máxima antelación posible si existe riesgo de incumplimiento para a) avisar a la otra persona de ese riesgo y b) intentar renegociar el plazo.

Lo ideal, de todos modos, es cumplir el compromiso antes de su fecha de vencimiento, siempre que puedas.

Y, sobre todo, sustituye siempre una noticia a destiempo por una mala noticia a tiempo.

Si aplicas estas buenas prácticas, tu credibilidad te lo agradecerá.


jueves, 10 de octubre de 2019

¿Por qué nos da miedo el cambio laboral?

Por: Ana González Duque
¿Por qué nos da tantísimo miedo el cambio laboral?

¿Tienes miedo al cambio laboral? ¿Te aterra tomar la resolución de cambiar de trabajo? Tal vez por eso sigues en un trabajo que no te gusta o que te está amargando la vida.

Estás en un momento de crisis y lo sabes.

Lo que no sé si sabes es que la palabra crisis viene del griego Krisis, que significa cambio. Cualquier crisis provoca en nosotros la obligación de cambiar cosas. Por eso se habla de la crisis de los cuarenta o de la crisis financiera. 

Pero una crisis no tiene por qué ser necesariamente algo malo.

De verdad.

Te explico por qué cambiar de trabajo a los 40 —o a los 50— no es una locura total.

Nuestro cerebro es un yonki de la zona de confort, así que asocia la palabra crisis con una sensación de desagrado. No le gusta cambiar. Ante una crisis aparece el temor, el respeto, el miedo al cambio: una sensación de inseguridad, de sentir que no tenemos las cosas bajo control. Esto genera ansiedad y nos sentimos muuuuy incómodos.

¿Dejar el trabajo por ansiedad?

Nuestro trabajo está muy relacionado con nuestro estatus social y con nuestra autoestima. Y plantearnos seguir en él puede generar una ansiedad importante (la presión de estar a disgusto termina saliendo por algún lado), pero tomar la decisión genera un estrés que nos ahoga.

Imagina lo que fue decir a mi familia que dejaba la Medicina (soy anestesista) para dedicarme a escribir. Imagina lo que fue para Franck decirle a los suyos «Que no voy a buscar trabajo por cuenta ajena, que me voy a montar una empresa online».

Ante un cambio laboral, es muy normal que nos lleguen dudas en plan: «¿Me estaré equivocando?», «¿Estoy tirando todo lo que he conseguido a la basura?». Y a esas dudas se suman las de los de nuestro entorno.

El miedo al cambio nos paraliza y no nos deja crecer y desarrollarnos como personas.

Nos quedamos estancados en una profesión o en un trabajo que no nos llena solo por no creernos capaces de hacer otra cosa y, sobre todo, por el miedo a dar el paso.

¿Qué provoca este miedo al cambio laboral? 

Nuestro cerebro es como un mapa del que no conocemos una gran parte. La zona que conocemos —nuestra consciencia— es un espacio accesible, nos movemos por ella como pez en el agua o como barco con un motor. Sin embargo, la parte inconsciente es el viento que impulsa las velas cuando el motor falla. Un capitán de barco debe aprender a usar el viento en su favor o no llegará muy lejos en el agua. Imagina si encima llega una tormenta.

Si accedemos a la parte no conocida del mapa de nuestro cerebro, descubrimos grandes tierras inexploradas con materia prima no explotada. Pero también existen peligros: animales salvajes o monzones a los que llamaremos «filtros mentales», trampas que nos impiden llegar a desarrollar todo el potencial de esas tierras tan ricas que descubrimos. 

Miedo al cambio laboral

Todo eso está controlado por el SAR. Una zona de nuestro cerebro —el sistema de activación reticular—, que te lo digo y te vas a quedar en las mismas a menos que seas neurólogo o algo por el estilo. Pero, vamos, es la parte del cerebro que nos permite sobrevivir en la selva, el responsable de la alerta y del patrón de sueño/vigilia, el que nos avisa de los peligros… un crack cerebral de la supervivencia.

El problema es que la mayoría de nosotros ya no necesita sobrevivir en la selva (la selva es la que necesita sobrevivir de nosotros), así que el SAR tiene que fijarse en otros peligros potenciales, filtrando la enorme cantidad de información que recibe cada día.

Imagina que tienes un puzzle de madera de esos que usan los niños pequeños en el que cada pieza tiene una forma geométrica que encaja en su lugar con la misma forma. Si tienes una de ellas en forma de círculo, por más que te esfuerces en meterla en la del cuadrado no cabrá. El filtro mental del SAR actúa de forma parecida: solo te deja encajar las ideas que tienen la forma preconcebida. El resto no son percibidas como reales o positivas por la consciencia, pero esto es un error de bulto, un sesgo de tus sentidos. El llamado sesgo de confirmación. 

Las oportunidades que vemos no son las que existen.

Solo vemos lo que queremos ver, lo que encaja en el molde. 

Muchas veces es necesario que toquemos fondo (que nos despidan, que cojamos una baja por depresión, que nos separemos de nuestra pareja…) para que nos atrevamos a dar el paso, a reunir el coraje de lanzarnos al mar desconocido. 

Otras veces abrazamos un cambio importante con alegría: tener hijos, vivir en pareja, mudarnos…

Sin embargo, hay cambios que nos cuestan la vida: dejar de fumar, cambiar de hábitos alimenticios para adelgazar, hacer deporte de forma constante, bajar la tapa del váter… 

Por lo tanto, hay cambios fáciles y cambios difíciles para cada uno de nosotros.

Para que cambies, no solo debes cambiar en cabeza sino también en corazón, cambiar tanto tu lado racional como emocional. 

Veamos qué quiero decir con esto.

Cómo superar el miedo a emprender

En el cerebro hay dos sistemas que funcionan de forma simultánea, conectándose íntimamente. Un sistema racional y un sistema emocional. 

Ya Platón hablaba de estos dos sistemas diciendo que el emocional era como un caballo desbocado y el racional, un auriga que lo controlaba y lo guiaba. O sea que no te estoy descubriendo nada nuevo con esto. 

¿Has pecado con una Oreo en medio de una dieta? ¿Has llamado a tu ex a media noche aunque sabes perfectamente que está con otra? ¿Has intentado dejar de fumar y recaes una y otra vez? 

Cuando procrastinas con algo de tu negocio, pasa lo mismo.

La culpa es de tu auriga cerebral, que no domina al caballo. El auriga es humano, lento, tiene que procesar las cosas para tomar decisiones. El caballo es animal, instintivo, mucho más rápido. Si siempre gana el caballo, el auriga se fatiga, se deprime, termina dejando las riendas. 

Y tú terminas tirando la toalla porque las cosas no funcionan.

El autocontrol es un recurso limitado. Se agota. 

Cuanto mayor sea el cambio —y un cambio laboral es un cambio grande—, mayor es la demanda de control que necesita el auriga sobre el caballo y se agotará más rápidamente. 

Cuando el caballo y el auriga van al unísono es cuando se produce el cambio de verdad. Por eso es por lo que te digo que tienes que alinear corazón y mente. Uno no deja de fumar hasta que quiere dejar de fumar.

Uno no lleva a cabo acciones correctas en su negocio hasta que no se compromete hasta las trancas en conseguirlo.

Si quieres cambiar algo, conseguir llegar a un objetivo siguiendo los cambios que te dictan los resultados que recoges, necesitas embaucar al caballo con zanahorias y además, que al auriga le parezca razonable para que no dé mil vueltas a las cosas. 

Muchas veces lo que parece ineficacia es falta de claridad. 

Cuando empezamos en un negocio online, nos vemos asaltados por la inmensa cantidad de cosas que nuestro cerebro nos dice que tenemos que hacer: una web chula, dominar las redes sociales y el copywriting, hacernos con el email marketing, que los embudos de venta funcionen, la fiscalidad de una tienda online…

El SAR se echa a temblar como si le asaltasen miles de tigres de sable.

Los cambios empiezan por cambiar un solo hábito: uno solo. Por ejemplo, voy a caminar media hora todos los días hasta tal día. Eso es un proyecto claro como el agua que marca la dirección a seguir al auriga.

Tienes que allanar el camino al caballo (lo voy a hacer oyendo un podcast para además divertirme, solo media hora me es más sencillo de acoplar en mi horario). Y me pesaré una vez por semana para ver cómo influye en mi peso (motivación). Así te será más fácil. 

Ahora aplícalo a tu negocio: este mes me voy a dedicar a diseñar y validar mi oferta. Propuesta sencilla. Siguiente paso: ¿cómo voy a hacer esto?

Lo voy a hacer buscando si mi nicho de mercado es rentable (para eso tienes esta guía de descarga gratuita) y luego diseñando mi hoja de ruta.

Nichos de mercado probados para nómadas digitales

Las pequeñas mejoras —mejoras de menos de un 1%— pueden provocar diferencias sorprendentes. El impacto que un hábito repetido produce a lo largo de la vida es impresionante, pero nunca lo hace de forma inmediata y eso es lo que descorazona al jinete y permite que el caballo vuelva a desbocarse. 

Determinar si ese cambio te conduce o no a tu objetivo a largo plazo es lo importante. Tus resultados son los que indican si ese pequeño cambio te pone en la trayectoria correcta, por lo tanto es fundamental analizar y recoger datos, plantearte objetivos a corto y largo plazo.

Tus resultados son un producto de aquello que repites de forma sistemática.

Si solo repites lo que funciona y desechas lo que no, terminas consiguiendo tus propósitos. Y conseguir los pequeños hitos que te vas marcando hace que el SAR se calle y tú empieces a recuperar la confianza y a avanzar en tu proyecto.

¡Ponte en marcha hoy mismo!

¿Te ayudamos?




La entrada ¿Por qué nos da miedo el cambio laboral? se publicó primero en LifeStyle Al Cuadrado.