Son muchas las organizaciones que padecen el «síndrome del pollo sin cabeza» en mayor o menor medida. A menudo se trata de organizaciones dinámicas, innovadoras, con culturas muy centradas en el logro y en el cumplimiento de objetivos. La intención de sus personas es buena, pero la forma en que esa intención se traduce en comportamientos es sencillamente desastrosa.
Las prisas son una reacción emocional primaria, puramente instintiva. Aunque a primera vista pueda parecer lo contrario, y aunque sea algo que a largo plazo juega en su contra, al cerebro le gustan las prisas ya que, por lo general, las prisasjustifican el inefectivo pero cómodo hábito de «hacer sin pensar». Pensar es trabajar duro, consumir energía mental, y eso al cerebro le gusta muy, pero que muy poco.
Las prisas son adictivas. Adrenalina «a tope» y una reconfortante microdosis de dopamina cada vez que se sofoca un «incendio». La consecuencia de lo anterior es que muchas organizaciones se confunden a sí mismas con una central de bomberos o con la entrada de urgencias de un hospital.
Sin embargo, en el 100% de los casos, estas prisas están por completo injustificadas. Como sabiamente decía Peter Drucker, ya próximo a su jubilación, «en toda mi carrera profesional estoy todavía por ver una urgencia que no resista noventa minutos».
El problema es que las prisas refuerzan nuestro ego. Parece que nuestra rapidez de respuesta es lo que salva a la organización del desastre. Las prisas nos hacen sentir que somos héroes, gente importante. Varias veces. Todos los días.
Pero esta sensación carece de fundamento, es una simple ilusión. Para bien o para mal, ni las urgencias son urgentes, ni nadie es imprescindible en ninguna organización.
Paradójicamente, en estas mismas organizaciones escasea, cuando no brilla por su ausencia, el «sentido de urgencia» del que habla Kotter. Un sentido de urgencia que muchas personas en posiciones directivas confunden (porque no leen) con las prisas.
El sentido de urgencia es un rasgo de madurez profesional que nada tiene que ver con el apresuramiento. Haber desarrollado un sentido de urgencia significa contar con el nivel adecuado de perspectiva para trascender la anécdota de lo importante y lo urgente y disponer de una imagen nítida sobre qué aporta valor, qué hay que hacer y, sobre todo, cuándo hay que hacerlo, para aportar ese valor.
A diferencia de lo que ocurre con las prisas, para desarrollar un sentido de urgencia hace falta pensar. Hace falta analizar, comparar, aplicar la creatividad y tomar decisiones, a menudo complicadas. El sentido de urgencia hace evidente comprender que no es suficiente con hacer las cosas, sino que cada cosa hay que hacerla en el momento adecuado, porque aún más importante que «hacer lo correcto», es «hacer lo correcto en el momento correcto».
Las personas que han desarrollado un sentido de urgencia trabajan de forma sistemática en sus ventanas óptimas de efectividad (aquí tienes un sencillo test por si quieres autoevaluarte), sin ceder a la tentación de las prisas, algo que en la práctica resulta mucho más difícil de lo que parece. Paradójicamente, las personas con sentido de la urgencia saben que siempre hay excusas para no encontrar el momento de hacer lo que hay que hacer. También tienen muy claro que en el 99% de las ocasiones, deprisa significa mal.
La efectividad sigue alejada de las organizaciones y un indicador del mucho trabajo que todavía queda por hacer son los niveles de estrés que podemos encontrar en ellas. Un estrés que, además de ser perjudicial para la salud, nos vuelve incompetentes, ya que nos hace rendir muy por debajo de nuestras capacidades.
Afortunadamente la efectividad es una competencia y como tal se puede aprender y desarrollar. La buena noticia es que cualquier persona que lo desee puede aprender a trabajar sin estrés y con enfoque, centrándose en las cosas verdaderamente significativas. Nadie dice que el camino sea fácil ni que se recorra rápido, pero el camino existe y son muchas, cada día más, las personas que ya lo están andando. Por supuesto, personas con menos prisas y más sentido de urgencia.
Tienes muchos fans en Facebook, pero no sabes qué hacer para dirigirlos hacia tu lista de correos. Está muy bien que te hagas esa pregunta, porque la realidad es que tener un seguidor no significa tener un cliente. Efectivamente, para conseguir eso, antes se tienen que convertir en suscriptores. ¿Cómo? En este episodio te lo cuento.
61ª entrega del podcast Emprendedores Knowmadas D.I.Y.
Hoy me llega una duda de parte de José Luis Morales de josecopywriter.com. José me pregunta por una cuestión que suele interesar mucho cuando uno empieza a emprender: cómoconvertir tus fans de Facebook en clientes.
Pero aquí hay que diferenciar 2 situaciones:
Tu negocio se basa en una fan page.
Tienes tu propia web, pero quieres saber cómo derivar a esas personas que tienes en Facebook a tu lista de correo.
Si estás en la primera situación, siento decirte que ese no es el camino más recomendable. Estás jugando tus cartas en un terreno donde las reglas las ponen otros.
En ningún caso recomiendo basar un negocio online en una plataforma que no es nuestra. El motivo es sencillo: estás a su merced.
Ante cualquier cambio que hagan, no podrás hacer nada. Por eso, si estás en esa situación, tu primer objetivo debería ser crear tu blog: el cuartel general de tu negocio.
¿Cómo puedo convertir a mis fans de Facebook en suscriptores y futuros clientes?
Facebook es una plataforma muy interesante porque casi todo el mundo tiene un perfil. Millones de usuarios se registran al día en esta red social, lo que la convierte en un sitio idóneo para ganar clientes.
Pero si te fijas, he dicho clientes. No fans.
Cuidado porque aquí es donde suele surgir la confusión. Un seguidor en Facebook no se ha convertido todavía en tu cliente. No tienes todavía ningún dato suyo, por lo que no tienes forma de ponerte en contacto con él para desarrollar una relación genuina y presentarle futuras ofertas.
¿Qué tienes que hacer para convertir este fan en cliente?
Hacer que entre en tu lista de correo.
Ahí ya cambia todo. Al tener su email, ya puedes mandarle información para que te conozca más, ayudarle con tus contenidos y mostrarle tus productos y servicios. Pero hasta que no entre en tu lista, un fan en Facebook, a efectos de negocio, no es nada.
Por eso, en este episodio te explico varias estrategias para que puedas derivar todos esos fans hasta tu lista de correo y que así se conviertan en clientes que te generen ingresos.
¿Quieres saber más?
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¿Cómo puedo convertir a mis fans de Facebook en suscriptores y futuros clientes?
¿Quieres profundizar más sobre el tema que he explicado hoy?
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El Correo es de una de las actividades diarias que reúne más errores y fallos por centímetro cuadrado. ¡Es un festival de malos hábitos! Él solo no tiene la culpa. Es nuestro mal uso reiterado, el pasotismo y las prisas (que cada vez mandan más), las que han generado esta espiral tan negativa.
Pensando en esos malos Hábitos, no quería hacer una recopilación exhaustiva, lo que realmente daría para una enciclopedia de varios tomos. Me he querido centrar en cinco cosas muy muy muy extendidas, y que a base de repetirse cada día hacen mucho daño. Y no solo al que cae en ellas. Fíjate…
1Abrirlo cuando no sabes qué hacer
No tienes una lista de tareas hecha. Y si la tienes lo que pone en ella no te apetece ahora. Así que te entran las dudas: «¿Quém hago ahora?» ¿Y qué decides hacer en ese momento? ¡Pues abrir el Correo! Porque ahí siempre hay algo que hacer, aunque sea ver cosas nuevas y archivar mensajes a golpe de clic. Porque eso ya es hacer “algo”.
La consecuencia de esto es que te dejas enredar por microtareas, eliges la peor tarea para ESTE momento, atiendes mensajes que deberían esperar varias horas o días, y te haces creer que haciendo, estás consiguiendo. Abrir el Correo simplemente para encontrar algo que hacer, es confundir Actividad con Productividad.
2Reenviar mensajes tipo “Tetris”
¿Qué me dices de esos mensajes que alguien reenvió a alguien, y que a su vez reenvió a otros, y que luego se reenviaron a otros? En todo ese proceso, el texto va creciendo, la conversación se ha ido complicando, el tipo de letra incluso ha variado de colores y tamaños, y los bloques de texto ahora tienen diferentes espacios y posiciones… Eso ya no es un correo con un mensaje claro y eficaz, ¡es un Tetris!
Y aquí viene el problema: Tú vas y reenvías ese Tetris. Sin quererlo, por supuesto, pero de tu buzón sale un mensaje Tetris indescifrable. Y claro, luego esperas que la gente los entienda, decidan y actúen rápido sobre esos mensajes. Y si no son son rápidos o no hacen lo que “ponía” en ese correo, se monta un pollo.
3Mirarlo para “ver qué ha entrado”
En sí, el acto de abrir o mirar el Correo no vale para nada. Bueno sí, vale para curiosear y ver que te han “entrado cosas nuevas” que van apareciendo en negrita, pero poco más. Aquí viene la noticia del siglo: ¡Siempre están entrando correos! Y si no haces algo con ellos, ese gesto de mirar no vale para nada. La verdadera actividad que siempre deberías hacer se llama PROCESAR y detrás de ella hay una palabra de oro que tienes que grabarte: DECIDIR.
El procesado del Correo implica una triple acción: Leer, Decidir, Actuar. Un mensaje siempre, siempre, siempre, siempre tiene que ir acompañado de una acción final. Sea anotar una nueva tarea que acaba de llegar, o darte por enterado de un cambio y archivar ese correo.
4Utilizar la Bandeja de Entrada como lista de tareas
Un clásico que no pasa de moda en el top de malos Hábitos «En mi “Inbox” tengo todo lo que otros me van pidiendo, así que ¿para qué cargar con un coñazo llamado lista de tareas? Eso es los obsesos de la Productividad».
Eso genera unos cuantos problemas:
Fácilmente tendrás desparramadas tareas en otros sitios, anotadas aquí y allí.
Los correos no puedes moficarlos, añadir notas e indicaciones, adjuntar archivos, etc.
La preparación-planificación se hace muy complicada, si además de tareas, ahí tienes mil cosas.
Los 43 nuevos mensajes de hoy, terminarán enterrando las “tareas” que tenías anotadas ahí. Con lo que es fácil que se te escapen cosas.
En ese mar de correos es difícil examinar el trabajo con foco y perspectiva, decidir, hacer seguimiento, etc.
El control de fechas y plazos es complicadísimo así. Es fácil que se te olviden cosas que tenías que hacer ya, y que hagas otras que deberían esperar.
Hoy mismo en miles de oficinas las personas seguirán utilizando su Bandeja de Entrada para gestionar sus Tareas.
5Escribir demasiados mensajes desde el móvil
Sí, yo lo hago también. Pero una cosa es responder un: «Ok, te digo algo esta semana», y otra muy distinta lo que se está haciendo ahora: con la excusa de “responder rápido”, se envían millones de correos excesivamente telegráficos, incompletos e imprecisos. Como se escribieron con precipitación, y muchas veces en situaciones imposibles (con una mano, caminando por la calle…), la consecuencia es un mensaje que no lo entiende ni el que lo escribió.
En el mejor de los casos estos correos exigen una aclaración posterior, es decir, uno o dos mensajes extra para averiguar qué es lo que se quería pedir o comunicar. Y en el peor de los casos (lo que desafortunadamente es lo más habitual), estos correos son una bomba de relojería que tarde o temprano estallará en forma de urgencia: se pidió mal, se delegó mal, se encargó mal… eso es la semilla de una futura urgencia.
¿Sabes lo que más me alucina de estas cosas? Que son TAN habituales y están TAN extendidas, que las vemos como algo normal y hasta necesario.
Lo que repites te define. Tus Hábitos te definen. Y los malos Hábitos más todavía.
Estamos inmersos en la moda de la movilidad, una moda inteligentemente promovida por los fabricantes de tecnología para fomentar la venta de sus productos. Nada que objetar hasta aquí. Ahora bien, ¿es tan «guay» la movilidad como la pintan?
Evidentemente, cualquier avance tecnológico que aumente la libertad de las personas a la hora de elegir qué hacer en cada momento parece, al menos a priori, algo positivo. En el caso concreto de las tecnologías móviles, el acceso ubicuo a la información posibilita un elevado nivel de independencia y ha dejado en gran medida obsoletos, al hacer innecesario concurrir con otras personas en el tiempo y en el espacio para poder trabajar, conceptos como «centro de trabajo» o «jornada laboral».
Ya sabemos, sin embargo, que las cosas son como tú, es decir, que las tecnologías no son buenas ni son malas en sí mismas, ya que todo depende del buen o mal uso que se haga de ellas. Por desgracia, el acceso a tecnología móvil va normalmente desprovisto de la información y de la formación necesarias sobre buenas y malas prácticas relacionadas con el uso de dicha tecnología, lo que da lugar a que, con frecuencia, estas herramientas, que en teoría están al servicio de las personas, acaben esclavizándolas.
Desde el punto de vista de la efectividad, lejos de contribuir a un aumento de la productividad, las tecnologías móviles mal utilizadas se han convertido en un «agujero negro productivo», es decir, en un problema mayor que el que inicialmente pretendían solucionar, como vienen apuntandodiversosmediosdesdehaceaños.
Si nos centramos en los profesionales del conocimiento, las tecnologías móviles aún no han logrado el suficiente grado de desarrollo como para convertirse en una alternativa funcionalmente equivalente a las tecnologías estáticas. A día de hoy, las tecnologías de movilidad son un problema grave a la hora de desarrollar determinados hábitos productivos –asociados a altos niveles de rendimiento – recomendados por las metodologías más avanzadas en efectividad y productividad personal, como GTD® y OPTIMA3®.
En concreto, los hábitos críticos para la mejora de la efectividad, como Aclarar y Organizar (en GTD®) o Evidenciar (en OPTIMA3®), son además los más exigentes desde el punto de vista cognitivo, y por ello requieren de unas mínimas condiciones ergonómicas para poder llevarse a cabo de forma adecuada. En concreto, Aclarar, Organizar o Evidenciar requieren un teclado adecuado en el que poder escribir por encima del umbral mínimo de eficiencia de 60 palabras por minuto o una pantalla lo suficientemente amplia como para poder acceder concurrentemente a diversas fuentes de información y reducir al máximo las necesidades de scroll.
Las consecuencias del incumplimiento de estos «mínimos ergonómicos» son nefastas, ya que suponen la desaparición del hábito productivo o su sustitución por otros de eficacia considerablemente inferior, cuando no directamente contraproducentes.
Conocer hasta qué punto las tecnologías móviles perjudican las actividades de mayor valor añadido de los profesionales del conocimiento es de máxima importancia para todas aquellas personas y organizaciones interesadas en aumentar su rendimiento. A pesar de ello, esta realidad es desconocida para muchas de ellas o, peor aún, pasada por alto, con las consecuencias de falta de claridad, dificultad de enfoque, sensación de pérdida de control y máximos niveles de estrés que todos conocemos.
Si tenemos claro que el microondas no es la herramienta óptima para guisar unas lentejas, ni la Thermomix para asar un pollo, ¿por qué cuesta tanto entender que las herramientas de movilidad no pueden ser buenas para todo? La tecnología bien utilizada puede ser extremadamente útil, pero la tecnología mal utilizada es desastrosa en términos productivos.
La solución a este problema es sencilla. Igual que son un freno para hábitos como Aclarar o Evidenciar, las tecnologías móviles pueden ser de gran ayuda en el desarrollo y mantenimiento de otros hábitos productivos, como Capturar (GTD®) o Registrar (OPTIMA3®), entre otros muchos. Se trata de utilizar la tecnología móvil cuando aporta valor y evitar caer en la tentación de hacerlo cuando resta.
La clave es entender que lo que hace efectiva a una persona rara vez es la tecnología sino el uso que hace de ella. Y el uso que hace de ella es la expresión de los hábitos productivos o improductivos que tenga esa persona. Por eso, es fundamental tener claro que movilidad es distinto de efectividad y centrarse más en mejorar la efectividad que la movilidad.
Ahora que ya tienes tu blog funcionando surge la gran pregunta: “¿y ahora qué hago?”. En contra de lo que mantiene el sistema del blogging tradicional, yo no te recomiendo que te centres en generar contenidos como un loco. Eso solo te llevará a perder años de trabajo. En este episodio te explico qué es lo que debes hacer si lo que quieres es crear un negocio que genere ingresos desde el primer día.
60ª entrega del podcast Emprendedores Knowmadas D.I.Y.
Hoy me llega una pregunta interesante y que seguro que va a remover a más de uno en su asiento: ¿qué hacer cuando lanzas un blog?
Seguro que estás cansado de leer que tu primera tarea al frente de un blog debe ser escribir como un loco. Tienes que atarte al teclado de tu ordenador, ponerte a crear posts y más posts para intentar ganarte el amor de Google y conseguir así tráfico orgánico.
Este es el sistema de blogging tradicional y con el que aprendimos todos. Un método con el que tras años de trabajo, muchos bloggers (los que aguantan) se dan cuenta de que no pueden monetizar todo su trabajo porque en su día no definieron bien las bases de un negocio online.
Solo tienen un montón de posts generalistas que no interesan a Google y, mucho menos, a un posible cliente.
¿Qué debes hacer para lanzar tu blog, no pasarte años escribiendo sin obtener resultados y conseguir ingresos desde el primer día?
Esta pregunta me la han hecho bastantes veces: “Franck, ya tengo mi blog, ¿y ahora qué hago?”.
Si recorres Internet verás que hay muchísima información diciéndote lo mismo: escribe posts, escribe post, escribe posts…
Pero la dura realidad que esconde este sistema (el blogging tradicional de siempre) es que pueden pasar años hasta que generes una audiencia. Pero lo peor no es eso, sino que a lo mejor no puedes monetizar todo ese tráfico que has conseguido.
Y entonces, ¿tanto esfuerzo para nada?
En muchos casos sí.
El problema radica en que se suele confundir la idea blog/negocio online. Un blog solo es una sistema editorial, para poder crear un negocio online que te genere ingresos tienes que cambiar la mentalidad: no eres un blogger, eres un emprendedor.
En este episodio no solo te explico por qué el sistema de blogging tradicional ha muerto, sino que también te mostraré cuál es el mejor método para que crees un negocio online. Un negocio de los que pagan facturas.
¿Quieres saber de verdad lo que tienes que hacer con tu blog?
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Nota: Ahora también puedes seguir el podcast Emprendedores Knowmadas D.I.Y en iTunes, Sticher e iVoox desde tu navegador o desde tu móvil.
¿Qué debes hacer para lanzar tu blog, no pasarte años escribiendo sin obtener resultados y conseguir ingresos desde el primer día?
¿Quieres profundizar más sobre el tema que he explicado hoy?
Envía una pregunta relacionada con el mundo de los Emprendedores Knowmadas a http://ift.tt/2kugBO6 y estaré encantado de incluirla en próximos episodios.
Hace unos días veía a David Allen en una entrevista sobre el futuro de la productividad, un vídeo publicado por Martin Welker de TheNextWeb (en inglés). En él, Allen hablaba precisamente del papel que juega la tecnología en la mejora de la productividad, y me hizo reflexionar sobre este tema tan interesante.
Cada vez está más claro el impacto que tendrá —que ya está teniendo— la tecnología en la configuración de los trabajos del futuro. La inteligencia artificial (IA) está extinguiendo perfiles que hace apenas unos años se pensaban intocables por la automatización. Lo que hace poco tiempo se consideraba sorprendente futuro del trabajo, cada vez resulta menos sorprendente y, quien más quien menos, a estas alturas casi todos ya tenemos bastante claro que el trabajo que hacemos hoy —mediados de 2017— podría desaparecer en los próximos años, o al menos verse profundamente transformado, hasta el punto de volverse irreconocible.
La pregunta que probablemente muchos trabajadores del conocimiento se estén haciendo en estos momentos es, suponiendo que continúen existiendo trabajos del conocimiento específicos para los humanos durante los próximos años —algo en lo que creo firmemente y que daría para otro post—, ¿cómo afectará la tecnología y el machine learning a la efectividad personal del futuro? ¿Surgirán nuevas herramientas que hagan innecesario utilizar metodologías de productividad personal como GTD®, o de efectividad personal como OPTIMA3®?
Es innegable que la tecnología está cambiando a pasos agigantados la manera en que hacemos las cosas, y que nos vuelve cada vez más eficientes en multitud de tareas cotidianas. En este sentido, estoy convencido de que, en algún momento, surgirá la inteligencia artificial necesaria para interactuar con nuestros sistemas GTD® de maneras que ahora ni nos podemos imaginar. Quizá —soñar es gratis—, llegará el momento en que podamos capturar las cosas que llaman nuestra atención simplemente con pensarlo, y que, en función de complejos algoritmos, un sistema de inteligencia artificial pueda aclarar el significado de algunas de las cosas capturadas automáticamente, creando en tiempo real recordatorios de lo que hay que hacer exactamente, agrupándolas en categorías adecuadas. Puede incluso que un sistema inteligente llegue a proponernos, utilizando geolocalización, IoT, información de nuestra agenda o datos de cuantificación de nuestra actividad física, qué acciones tienen más sentido considerar llevar a cabo en un momento dado, según el contexto, tiempo y energía que tengamos disponibles. Y aún mejor, puede que una parte significativa de lo que haya que hacer —comunicar, redactar documentos, analizar datos, etc.—, sea ejecutado de manera automatizada.
Sin embargo, en mi opinión, siempre habrá una parte de nuestro flujo de trabajo que resulte imposible automatizar de esta manera, por muy bien que nos «conozca» un algoritmo, por la sencilla razón de que nuestra percepción —por definición subjetiva— de la realidad cambia constantemente y, con ella, la atención que tiene sentido dedicar a cada cosa en cada momento.
Al final, la tecnología puede ayudarnos a hacer de manera más efectiva muchas de las cosas que tenemos que hacer. Y en el caso específico de GTD®, la tecnología puede llegar a un punto en el que incluso podamos «olvidarnos» de algunas partes de la definición de nuestro trabajo. Pero ninguna inteligencia externa, sea artificial o no, podrá tomar todas las decisiones por nosotros. Eso sería casi como decir que nuestros propósitos y valores, nuestras visiones, metas y objetivos… nuestra vida entera, es automatizable.
Si, la tecnología puede ayudarnos en el proceso de tomar cada vez mejores decisiones, pero no creo que llegue a sustituir nunca a dicho proceso. ¿Tú qué opinas?
No dejes de leer el guest post de Gloria Martínez sobre los 6 indicadores económicos más importantes de un negocio. Si eres freelance, una de las primeras cuestiones que debes aprender es a identificar cuáles son los clientes o productos más rentables que tienes.
Cuenta de resultados
Gastos
Los gastos del mes suman un total de 114.537€. Total acumulado de gastos de 902.279,85€ desde el inicio del proyecto.
Ingresos
Los ingresos del mes suman 31.801,15€. Total acumulado de ingresos de 1.353.003,98€ desde el inicio del proyecto.
Resultado
El resultado de explotación de este mes es de -82.735€, por un total de 450.724€ a lo largo del proyecto.
Todo lo que ha pasado en mayo
Creando el funnel invisible perfecto de Extreme Blogging
En otros informes y en algún episodio del podcast ya he mencionado que estoy trabajando en un funnel invisible para promocionar Extreme Blogging.
Aunque más adelante te explicaré en profundidad en qué consiste, ahora te puedo contar su idea base.
Con este funnel captamos tráfico frío por medio de Facebook Ads y lo dirigimos hacia un webinar en directo (
Si no usas los webinars como sistema de venta, estás perdiendo dinero. No dejes de leer este post y este otro.
El punto caliente es el directo, pero tanto antes como después trabajamos la conversión con distintas secuencias de emails.
En estos momentos, al tráfico que nos llega desde Facebook le hemos incorporado una 2ª fuente que son los afiliados. La base del proceso ya la tenemos, pero ahora nos estamos enfocando en pulir cada fase para mejorar la conversión y corregir un montón de detalles técnicos que no dejan de complicarnos la vida.
Tengo que serte sincero, cuando escucho por Internet que la automatización es la panacea y que con Active Campaign todo es superfácil… me da la risa. Esto no es así y todos los que hemos metido las manos en funnels sabemos de la complejidad de lo que hablamos.
Nuestro propósito inicial era solo vender el training de Extreme Blogging a través de webinars. Pero luego le hemos añadimos un downsell, por lo que es un funnel que dura unas 2 semanas y media. Ya es algo consistente.
Para crear este funnel organicé al equipo de otra manera.
En vez de trabajar con los responsables de cada área, lo hice con personas de un perfil intermedio (con experiencia, pero no en embudos de venta). Mi objetivo al hacerlo así era que el impacto en la rutina normal del equipo no fuera tan brutal.
Esta experiencia me ha demostrado de nuevo lo difícil que es crear algo cuando trabajas en remoto (en esto profundizaré luego), pero para haber trabajado con personas que no son expertas en funnels, estoy contento con los resultados.
Ahora estoy afinando el embudo con mi Ninja tecnológico, Javier Gobea, para que en breve otro miembro del equipo se ocupe de gestionar todo el proceso. Aunque hay muchas automatizaciones, seguimos teniendo un par de acciones manuales.
¿Resultados?
Con el funnel invisible hemos vendido en mayo unos 12.000 o 13.000 € de trainings. La idea es seguir haciendo un webinar semanal y vender, como mínimo, 3.000€ a la semana.
A la busca y captura de talento para Lifestyle al Cuadrado
El proceso para encontrar a los nuevos integrantes del equipo ya ha empezado. Hemos decidido buscar a 3 personas y los perfiles que buscamos son estos:
Van a ser trabajos full time (40 horas semanales). Elque sea un trabajo a tiempo completo se debe a que quiero gestionar mejor el lifestyle del equipo. Con una jornada completa, se acabarán las fricciones con otros posibles clientes y yo me responsabilizaré de que la persona sea feliz trabajando en mi proyecto.
Otro aspecto a tener en cuenta es que buscamos un perfil junior. Gente con experiencia de un año o 2 años que podamos formar para que nos ayuden a crear el Lifestyle al Cuadrado del futuro.
En este mes he trabajado bastante para perfilar cómo será el proceso de selección. Fundamentalmente, me he dedicado a 3 tareas:
Definición exacta de los puestos de trabajo.
Creación de los cuestionarios para los candidatos.
La integración de los perfiles en la herramienta online (esto todavía lo tenemos pendiente).
¿Quieres ver en profundidad el tipo de perfil que estamos buscando?
Si te has fijado en el balance de ingresos y gastos habrás visto que este mes los gastos son mucho más altos de normal. No es que haya invertido en algo específico para el negocio, sino que se han concentrado en un mismo mes bastantes pagos.
Son muchos gastos que realmente hay que mensualizar, ya que no impactan directamente en el mes de mayo.
Aun así, uno de esos gastos ha sido para mí un honor: la donación conjunta, con todos los compradores de la entrada para TribuCamp 2018, a SOS Mediterranee.
De hecho, hasta me mandaron un vídeo de agradecimiento:
Cuando puedes hacer acciones de este tipo, es cuando te das cuenta de que sí está en tu mano el poder cambiar el mundo y aportar tu granito de arena para que sea un poco mejor.
Lo peor de mayo
Atrapado en las limitaciones del trabajo en remoto
El trabajo en remoto es maravilloso porque te ofrece libertad de movimiento. Yo trabajo en Francia mientras que gran parte de mi equipo se encuentra repartido por distintas partes de España.
Pero a esta flexibilidad, también le acompaña una cara B: los problemas de comunicación.
Ya te expliqué antes que para montar el funnel de Extreme Blogging organicé un pequeño comando de trabajo. Los problemas surgieron nada más empezar a base de malentendidos, lo que conllevó que hubiese que rectificar muchos aspectos del sistema sobre la marcha.
Te aseguro que montar un proyecto así con un equipo en remoto, sin poder sentarnos juntos a hablar, es complicado. Aquí es donde percibo los límites del trabajo con este sistema. Si en vez de en remoto hubiésemos estado en una oficina, en 2 o 3 días habríamos aclarado todas las dudas.
Sin duda, todo habría sido más rápido y más ágil… pero seguiremos mejorando.
Lo mejor de abril
Venciendo en mi lucha contra el tiempo
En este mes de mayo se han trabajado 22 días y ha habido un festivo. De todos esos días, en este mes he trabajado…
108 horas, 29 minutos y 44 segundos.
Sí, todo es superpreciso gracias al seguimiento que hago con Toogl.
Es cierto que es difícil pillarle el truco a apuntar en cada momento qué estás haciendo, pero merece la pena. La información que extraes de estos reportes es valiosísima para saber en qué inviertes tu tiempo. Con tantas tareas y distracciones a tu alrededor es muy sencillo perder el foco.
¿Y qué tal mi objetivo de 25 horas semanales?
Si has leído mis anteriores informes, sabrás que no había logrado nunca cumplir este objetivo personal. En los meses anteriores estaba trabajando sobre unas 6 o 7 horas. En cambio…. ¡en mayo lo he conseguido!
Este mes he trabajado 4 horas y 55 minutos al día.
No obstante, soy cauto. No sé si alegrarme mucho porque la carga de trabajo que me está entrando en junio es brutal. Desde luego, lo seguiré intentando, pero será difícil mantener esta línea.
Vamos a cómo he gastado en mayo mi tiempo.
#1 Workshop Extreme Blogging
El primer gran bloque de tiempo (32 horas) se lo he dedicado a la creación de este funnel invisible. Aunque si miro el desglose de horas, veo que hay unas 20 que las voy a poder recuperar en junio. Este tiempo es el que dediqué a reunirme con el equipo para poder montarlo.
Lo más trabajoso ya está hecho, ahora ya solo queda ir puliendo esos flecos tecnológicos que tenemos pendientes e ir mejorando la conversión.
#2 Reuniones
Este es uno de los bloques donde casi es imposible recortar tiempo. Aunque este mes ha habido un ligero incremento en relación a los anteriores que más adelante se corregirá.
Aquí entran todas las horas que invierto en reunirme con el equipo para planificar todas las tareas.
Si te digo que me parece imposible recortar de este punto, es porque veo necesario hacer todos estos meetings para poder trabajar con eficacia en remoto. Y la experiencia de crear el funnel invisible solo ha hecho que corroborar esta sensación.
#3 Administración
Junto con las reuniones hay un incremento en este bloque de casi un 38% del tiempo. Esta subida se debe a las horas de trabajo que he dedicado a preparar la salida al mercado de los 3 puestos de trabajo.
En los meses siguientes lo normal es que siga teniendo que dedicar más tiempo a la gestión de este proceso, pero en cuanto se incorporen estas 3 personas poco a poco iré recuperando esas horas (piensa que esto ha multiplicado por 2 lo que es mi carga de trabajo normal en esta categoría).
Este sería mi top 3 de actividades, mientras que el resto de mi tiempo se lo he dedicado a 4 actividades:
Killer Webinars: el training en el que estoy trabajando ahora. Estoy entusiasmado con el propio webinar de este workshop y los materiales. En junio verás como Killer Webinars gana el peso que está perdiendo Extreme Blogging y se convierte en mi bloque nº1.
Networking: este mes me he sentado con gente muy interesante como Marcos Vázquez, Borja Vilaseca, Elsa López, Carlos Hernández de Quaderno, Raúl de Hotmart, Tomás Santoro…
Autoridad Ascendente: el training está en curso y, obviamente, sigue consumiendo mi tiempo. Además, esta semana hemos recibido un montón de testimonios de personas que han conseguido sus primeras ventas y eso siempre es un gustazo. Esas emociones que se generan con las primeras ventas son fundamentales porque es cuando empiezas a creer de verdad que este sueño de ser un knowmada digital es real. Te puedo asegurar que yo todavía recuerdo mi primera venta, eso es algo que no se olvida.
Podcast: seguimos con los 2 episodios semanales. El del jueves en “Pregunta a Franck” y el del domingo en “Confesiones sin filtro de un Knowmada Digital”.
Luego hay toda una serie de tareas pequeñas que no tienen un impacto real en mi agenda.
Este es el primer mes que consigo trabajar 25 horas semanales, pero tampoco me voy a fustigar si no lo consigo en los meses siguientes. Lo importante es ver que cuando te tomas algo en serio y te mides, se obtienen resultados.
Todo lo que se mide y se reporta, mejora de forma exponencial porque te obliga a reflexionar sobre tus rutinas y tu negocio.
¿Qué ocurrirá en junio?
Este mes se presenta movidito por 2 motivos:
El proceso de selección para incorporar a los nuevos integrantes del equipo ya se ha abierto: habrá que validar perfiles, revisar cuestionarios, hacer entrevistas…
Killer Webinars: todo el tiempo que dediqué a Extreme Blogging en este mes, ahora se lo llevará este training. Pero como te dije antes, no me importa en absoluto porque me lo estoy pasando pipa con él.
Y tú, ¿qué planes tienes ahora que ya se acerca el verano? ¿Ya tienes planificadas tus vacaciones?
Tu sistema de eficacia personal no será un sistema hasta que no incorpore una revisión semanal. La gente tiende a menospreciar su importancia y si le sumamos la dificultad de su implantación explica porque muchos la acaban abandonando.
No realizar la revisión semanal implica permitir que tu sistema de listas y perspectiva se degrade de forma gradual hasta llegar al punto de perder la confianza en lo que contiene y dejarlo de usar. Lo que llamamos caerse del vagón.
La revisión semanal es renovar la confianza con tu sistema y el compromiso con tu eficacia… Clic para tuitear
Acostumbrarse a hacer la revisión es el primer reto. Crear una dinámica que permita incorporarla a tu rutina es la clave. Mi propuesta es la siguiente:
Aplicaremos la revisión semanal en ciclos. Cada ciclo aportará mayor precisión y carga de trabajo a tu revisión hasta completar el proceso de revisión semanal.
Nos serviremos de una lista de control como soporte que iremos confeccionando a medida que pasamos por los diferentes ciclos de revisión.
Antes de empezar
Ahora es el momento de empezar a trabajar con…
La lista Esta semana no. No puedes revisar cada semana la lista Algún día/Tal vez. Con el tiempo la lista crece y se vuelve inalcanzable para una revisión semanal. Trabaja con una lista Esta semana no para evitar la saturación.
La lista de proyectos. Si tienes un software la lista ya se crea de forma automática en su apartado de proyectos. Si trabajas en soporte papel ahora es el momento de crear una. Una lista sólo con el nombre de todos tus proyectos.
Ciclo 1. Crear la rutina
Ubicamos la revisión semanal en la agenda como una rutina. Reservamos un espacio durante la semana de dos horas para dedicarlas al proceso de revisión.
Reservaremos dos horas. En un principio tal vez dedicamos menos tiempo pero poco a poco iremos ocupando la franja de 120 minutos.
Incorporamos todas las listas del sistema a la lista de control. Punteando las listas eliminando las acciones ya realizadas y tomando decisiones sobre el resto. También incluimos la agenda y el archivo de seguimiento.
[Tomar una decisión sobre una acción significa evaluar su estado actual. Debe continuar esta acción a la lista de próximas acciones? ¿La puedo hacer esta semana o el envío a esta semana no?
¿Se ha realizado esta acción que está en espera? ¿He recibido lo que necesitaba para continuarla yo? ]
Creamos una separación entre proyectos en espera y proyectos activos. El software o soporte utilizado ya lo hace sin nuestra intervención, sino es así ahora es el momento de incorporarlo.
Los últimos pasos que incorporaremos a este ciclo harán referencia a los proyectos. Puntear la lista de proyectos para decidir en qué trabajaremos la próxima semana y asignándoles una acción siguiente si no disponen de ella.
La lista de control de nuestra revisión quedaría así:
(*) En cursiva las bandejas de entrada.
Bandeja entrada despacho
Evernote
Correo
Próximas acciones
En espera
Esta semana no (Algún día / quizás)
Revisar la agenda. Citas a 4 semanas vista.
Puntear lista de proyectos para activar en qué trabajaremos la próxima semana
Revisar los proyectos activos asegurándonos que cuentan siguiente acción y que esta es la siguiente acción correcta
Termina procesando tus bandejas de entrada y dejando listo el sistema de listas para iniciar la semana entrante.
Durante el primer mes (4 o 5 semanas) realizaremos la revisión en este formato. Es amplia y con una carga de trabajo que puede resultar pesada. Realiza la revisión diaria para mantener la parte del sistema de uso frecuente en forma y evitar sobrecargas en la revisión semanal.
Ciclo 2. Amplitud. Tener todo en cuenta
El primer ciclo fue la creación de revisión como actividad de mantenimiento del sistema de listas y un mecanismo para mantener tu perspectiva actualizada y no olvidar nada. El segundo refuerza el aspecto de captura y perspectiva de tu actividad.
Realizaremos una serie de cambios sutiles pero determinantes para que el proceso gane en profundidad.
Tener todo en cuenta
Confeccionamos una lista de bandejas de entrada ampliada. Las que utilizamos habitualmente más aquellos lugares físicos reales o virtuales donde se acumulan cosas sobre las que tenemos que tomar decisiones. Incorporamos todos los puntos en la lista de control de la revisión.
El resto de revisión del sistema la dejamos lista en el primer ciclo.
El coche, bandeja entrada despacho, cuentas de correo secundarios, el lugar donde dejan la correspondencia en casa, aplicaciones de mensajería …
Mirar hacia atrás
Revisamos todos los eventos y proyectos cerrados durante la semana anterior. Una especie de Backlog. Hacerlo nos proporciona una nueva fuente de temas a tener en cuenta.
Revisamos los acontecimientos anotados en la agenda durante la semana anterior. Refrescamos la memoria sobre decisiones tomadas y actividades a llevadas a cabo.
Proyectos finalizados. Añadimos un nuevo paso como tal en la lista de control: Cerrar proyectos. No debemos preocuparnos del material de apoyo, lo podemos solucionar en la revisión semanal. Aquí revisaremos si hay algo que genere nueva actividad que no haya entrado en el sistema.
Quizás la única acción sólo es activar el proyecto a realizar a continuación o programar el siguiente evento si se trata de una rutina. Cuestiones que quedan desatendidas en un proceso incompleto de revisión (o en su ausencia).
Son cambios de menor incidencia que los realizados en el anterior ciclo. Dedica un mes a encajarlos en la revisión. Si no lo hacen puedes continuar con la revisión propuesta al primer ciclo antes de continuar adelante.
Ciclo 3. Consolidar la revisión como un proceso de decisión
Revisión implica reflexión. Uno de los problemas a afrontar es el de las acciones que quedan en la lista de próximas acciones semana tras semana.
“Hay una franja de actividad gris que al no ser urgente ni importante ni atractiva parece quedar pendiente de forma perpetua”
Añadimos un nuevo item en la lista de control de la revisión semanal. Después de próximas acciones añadimos el elemento Replantear actividades no realizadas.
Ante una acción no realizada podemos optar por:
Cambiar su redacción para hacerla más atractiva aumentando la concreción.
Si se trata de un proyecto y hay otras acciones en espera que podamos realizar, alterar el orden de ejecución para hacer otra en su lugar.
Si no es imprescindible y no hacerla no variará los resultados a alcanzar la eliminamos.
De nuevo te recomiendo 4 o 5 revisiones para consolidarlo. Las versiones anteriores de la revisión son operativas y siempre hay tiempo para ajustar el proceso. Hazlo cuando estés preparado.
Ciclo 4. Disparadores y el aspecto creativo
Los disparadores son aquellos elementos que sugieren al usuario del sistema asuntos inacabados para enviar a las bandejas de entrada. Esos que quedan en la parte sombría de tu memoria. Esto y la forma para invocar el aspecto creativo de cada uno complementaría la implantación de la revisión semanal.
Os contaré cómo hacerlo la próxima semana a través de mi newsletter. Si aún no estás suscrito puede hacerlo en este enlace:
El sistema de ciclos favorece la implantación y consolidación del proceso. Ten en cuenta que tardarás unos tres meses (si todo va bien) a disponer de una revisión al 100%. Debe haber constancia en su implantación y en su realización de forma semanal.
Como punto final del post pediros que no incorporéis nada adicional a la revisión semanal. Si tienes otras rutinas semanales, como escribir en un diario o revisar la implantación de hábitos, cread rutinas aparte.
Fusionar todo, incorporar pasos propios que no tengan que ver con la revisión del sistema, acabará por hacer insostenible el proceso y favorecerá su abandono.