martes, 7 de octubre de 2014

Octubre, un momento para la debilidad

Por: Iago Fraga

ciclos de productividad


Hay momentos especiales en el calendario de cada año que por razones naturales tienen efectos pre-programados en nuestra productividad.


Probablemente tengas identificado ya Septiembre, Año nuevo y el principio de las vacaciones de verano como momentos importantes. En los dos primeros nuestra productividad suele experimentar un acelerón por la sensación que tenemos de tiempo disponible (el curso o el año respectivamente). En esos días nos creemos los amos del mundo, que esta vez es posible, que vamos a intentar algo que nunca hemos intentado y que esta vez va a ser diferente. Hacemos planes y proyectos, introducimos cambios significativos y “cortamos por lo sano” en temas que tenemos la sensación de venir arrastrando desde lejos.


Al principio de las vacaciones, sin embargo, la predisposición es algo distinta (al menos el efecto mayoritario). El fenómeno se produce más bien en el sentido de “gozar de una tregua”. El subidón de bienestar, la sensación de tranquilidad y de control vienen más bien por el hecho de que podemos permitirnos el ignorar ciertos frentes latentes que no iban tan bien y que algún proyecto se acaba de cerrar definitivamente.


¿Son sólo esos los momentos especiales del año?


No. Rotundamente, no. Los momentos que acabo de mencionarte son los que percibimos con mayor consciencia y a los que más atención ponemos en parte porque son los positivos.


Pero claro que hay más y de hecho, como mínimo por cada punto positivo, hay su complementario negativo.


En concreto, a todo Año nuevo le llega su 31 de Diciembre. Y ese es el momento en el que lo hayas intentado o no, tu moral cae a plomo a menos que hayas puesto una buena dosis de esfuerzo con la que quedarte tranquilo. De lo contrario, empezaremos a hablar de lo no hecho, lo no intentado, etc. y casi encaminaremos el 1 de Enero con sensación de tener la deuda contigo mismo de deber remediar situaciones sin resolver.


Del mismo modo, a todo principio de verano le llega su final, y con él, el final de la tregua. El fin del verano además es incluso posible que se produzca en dos etapas ya que en un primer momento la tregua se acaba cuando tus vacaciones se acaban, pero el ralentizamiento y el bajón de exigencias de verano hacen de Septiembre (por su reactivación) un mes también inicialmente negativo. Ahora bien, ¿no acabamos de decir hace un minutito que Septiembre era un mes maravilloso?


La realidad de Octubre


Septiembre es efectivamente un mes para el optimismo. Quien más y quién menos goza de un ambiente renovado (la gente que nos rodea habla de cambios) y de una actitud reformista (porque tendemos a ser menos transigentes con lo que arrastramos desde el año pasado). Pero el “efecto Septiembre” se acaba.


Octubre es un mes particular porque incluye dos factores negativos:



  • El fin de la euforia reformista que nos produce la tranquilidad del verano (los primeros problemas traen dosis de realismo a nuestros planes idealizados)

  • El choque con la rutina y el recordar problemas obviados (volvemos a encontrarnos con aquello que pospusimos desde verano)


Los ciclos de productividad


Cuando hablo de “Septiembre”, “Octubre” o “Año nuevo” no me refiero a los meses en sí sino a los procesos que experimentamos. La productividad tiene ciclos de vida que se repiten a muchas escalas y para ser productivo necesitas tenerlo en cuenta. El mismo ciclo se produce por ejemplo cuando:



  • Empezamos una lista de tareas en una hoja (Septiembre)

  • La lista se satura y trabajamos mal (rutina del año)

  • La rompemos pero nos sentimos bien porque ya pasó el pico de trabajo (principio del verano)

  • vuelve el pico de trabajo y nos vemos obligados a crear una nueva lista (Septiembre)

  • nos damos cuenta de que este método ya había fracasado y que aún no hemos resuelto qué hacer en estas situaciones (Octubre)


Estos ciclos son muy importantes porque no de cualquier situación se puede salir con una solución simple. Cada vez que integras un nuevo proyecto, una nueva metodología o herramienta de trabajo, más importante que hacerla funcionar es que no ponga en peligro el conjunto de lo que ya te funcionaba antes.


Ideas para que reacciones eficazmente


Octubre (o el fin de la motivación inicial) es un momento por lo tanto frágil porque requiere resistencia mental, requiere que asumamos que no vamos a resolver algo de modo tan fácil y exige una implicación mayor. Si decides ignorar los pequeños problemas, y pasar de carrerilla, no sólo te van a desgastar cada uno en su medida, sino que el año que viene harán lo mismo.


En mi propia experiencia, he vivido muchos más “fines de la motivación inicial” que el propio mes de Octubre, pero sí puedo dejarte con un par de reacciones concretas para afrontar este mes, ésas son las siguientes:



  • El choque con la realidad y la vuelta a la rutina es un momento especial (un pico de exigencia)

  • Adapta tu mentalidad a este contexto (ármate de paciencia y perspectiva, no asumas todo de golpe o te ahogarás, no intentes saltarte cosas problemáticas)

  • Plantea los retos de la rutina no como si fuese la última vez que te los vas a encontrar. Dedícales más tiempo uno por uno y esta vez intenta darles una solución definitiva

  • Si algún tema recurrente reaparece no lo vuelvas a intentar de 0. Piensa en por qué fracasó el año pasado y propón una solución que tenga eso en cuenta


Los temas de los que te hablo pueden ir desde pequeños desgastes como un planning o una agenda que no te funciona (pero te desgasta), hasta un proyecto personal o incluso tu trabajo. Cada uno debe identificar cuáles son esos desgastes repetitivos y empezar a verlos, no como algo puntual, sino como algo cíclico y por lo tanto un problema a resolver con perspectiva y dónde vale la pena invertir algo de tiempo.


Si dejas que la rutina te coma, estarás negándole su tiempo a tus objetivos más importantes. Así que mantén en mente, que incluso si el día a día puede ser agotador y hasta resulta indignante tener que pasar tiempo arreglando cosas tan básicas, en realidad no podrás empezar con lo interesante hasta que no tengas eso resuelto. ¿Qué opinas? ¿Sufres también un poco del “efecto Octubre”?




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Tecnicas de Organizacion

De Iago Fraga en Técnicas de Organización





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