lunes, 30 de junio de 2014

4 características sin las cuáles no se puede ser productivo

Por: Iago Fraga

caracteristicas-productividad


Dicen, los expertos de la productividad, entre sus primeras y más importantes consignas, que dejemos de pensar en gestión del tiempo. La gestión del tiempo es un modelo obsoleto. La gestión del tiempo está anclada en el pasado. ¡Viva el nuevo modelo! ¿Pero qué modelo es ese?


Aquí también es importante el integrar, que una gran parte de los trabajadores modernos ya no somos trabajadores físicos sino trabajadores del conocimiento. ¿Qué quiere decir eso? Pues que ya no vale con que vayas un par de horas al trabajo y sigas unas instrucciones predefinidas para que seas productivo, tú te tienes que trabajar la metodología cada día. Antes la gran masa se dedicaba a poner tornillos en una fábrica, limpiar boquerones antes de meterlos en una lata o cargar cajas del punto A al punto B. Esto no es que todavía exista sino que una gran parte de los trabajos tienen una componente mayoritaria de esto y otros lo conservan como una componente minoritaria.


Trabajo mecánico, trabajo del conocimiento


Es muy fácil verlo dando ejemplos. Hoy en día un operario en una fábrica repite sistemáticamente un par de consignas. Así su trabajo se puede medir indirectamente a través del número de horas que trabaja. Pongamos por caso que a Fabricio le lleva 4 minutos instalar la rueda de un camión. Le contratas 8 horas al día, divides entre los 4 minutos de cada rueda y tienes una estimación (ignorando complicaciones y otros procesos) de las ruedas que pone Fabricio.


Ahora piensa en Marcos, empleado de marketing. Su objetivo diario no es poner ruedas sino algo menos concreto, algo que puede ser definido por ejemplo como “aumentar las ventas”. Aumentar las ventas no se puede hacer todos los días igual. En el mismo momento en que una campaña tiene éxito o fracasa, Marcos vuelve a empezar de 0 y además con la complicación de que no debería crear nada, que parezca demasiado a lo anterior para no aburrir al cliente.


El mundo no es binario


Entre Fabricio y el Marcos hay cientos de profesiones. Por ejemplo, ¿dónde se sitúa un médico? Un médico es alguien que en una consulta puede trabajar de manera sistemática. Su primera tarea es identificar a base de preguntas y respuestas hasta determinar qué le sucede al paciente. No obstante, al final de cada día puede que haya encontrado uno o dos casos en los cuáles no haya sabido reconocer los síntomas ya que no corresponden a ninguna de las enfermedades que conoce. ¿Cuál es el tratamiento a recomendar? Imposible de decir, porque no se ha visto nada igual por el momento o puede ser tan raro que no figure entre los procesos típicos.


Las personas productivas: mis cuatro claves


Las personas productivas sin embargo no son las que usan al máximo su tiempo (únicamente). Un médico puede ser horrible si despacha al doble de los pacientes de un compañero pero no acierta en el tratamiento de ninguno. De hecho, si se equivoca en más de un cierto porcentaje debería ya poner en duda su metodología. Pero al mismo tiempo puede ser alguien que le pone a diario esfuerzo y ha estudiado un montón para estar a la altura. ¿Pero cuáles son exactamente entonces los factores claves para ser productivos a diario?


Ahora que te he presentado el modelo del trabajo del conocimiento y el físico espero que puedas a llevar a un mayor nivel de aplicación las cuatro características que te planteo. Para mí la lista a continuación no son 4 términos escogidos al azar sino una lista exacta. Los dos primeros definen la actitud necesaria para trabajar de manera productiva a corto plazo y los dos segundos son los que permiten hacerlo de manera rigurosa y sostenible en el tiempo. Por eso mismo, una persona productiva para mí es alguien:



  • Eficaz – Una vez que un proceso está claro no se puede dudar. Si los pilotos de fórmula uno se pusiesen a pensar en cómo van a tomar una curva a cada vez, o no irían tan rápido o acabarían en el muro. Hay un tiempo de pensar, para la estrategia y el raciocinio y hay otro para ser simplemente eficaz. Esto requiere análisis, determinación y a veces hasta habilidad. En cuanto des el plan por terminado, no hay vuelta atrás.

  • Consciente de su entorno (Perspectiva) – Todo objetivo o subtarea que te deleguen está siempre mal definida. Como primera limitación piensa, que la definición siempre es insuficiente. Por eso con frecuencia nos convertimos en “Fabricios” y nos limitamos a poner tornillos sin querer pensar más. Te vas a encontrar mil veces en situaciones en las que te dirán lo que hay que hacer y en 999 vale la pena preguntar “¿estás seguro de que es eso lo que quieres que haga?”. Entérate de qué rol juegas en un grupo, entérate de cómo se percibe lo que haces y el efecto que tiene quién lo recibe. La productividad no mide lo que haces sino el impacto de lo que haces y salvo en contadas ocasiones tu cliente no eres tú.

  • Convergente – En cuanto lances tu carrera por la eficacia y por ser consciente de tu entorno lo que lloverán son ideas y preguntas a añadir a lo que ya debías hacer de base. Y sinceramente, tú ya tenías una actividad. Por eso hay que ser convergente y cortar las ramas antes de derivar demasiado. Debes pelearte por mejorar a diario pero hay muchas ideas que ignorar o que poner en segundo plano. Las ideas y alternativas no sólo deben ser nuevas y suponer una mejora, sino que además deben de ser rentables (en tiempo y esfuerzo haciéndote converger hacia tu objetivo original).

  • Lógico - Resumiendo rápido, el que sabe es por que apoya sus decisiones en argumentos sólidos, la fe ciega conduce a la improductividad. Por eso, no uses GTD si no lo entiendes y haz que te justifiquen todo aquello con lo que debas trabajar. Mide, observa, cuestiona, pon en duda. Es la única manera. Para ser productivo necesitas constantemente proponerte mejoras y la única manera de avanzar rápido es haciendo observaciones claras y razonando en base a una metodología sin lagunas.




» Ver el artículo en el blog



Tecnicas de Organizacion

De Iago Fraga en Técnicas de Organización





✓ ¿Cómo disminuir al máximo los tiempos muertos?

Por: Juan Esteban Bravo Álvarez

Audio libro


Las personas de la nueva generación son obsesionadas con la optimización del tiempo. Ellos se han dado cuenta de que el recurso más importante no es el dinero sino el tiempo. El tiempo es capaz de generarnos dinero, el dinero no es capaz de generarnos tiempo (siempre tendremos 24 horas al día sin importar lo ricos que seamos). De manera que, cualquier situación que se preste para hacerlo, es susceptible de ser optimizada para aprovechar mejor este escaso recurso.


El manejo del tiempo es uno de los pilares fundamentales sobre el cual las personas de la nueva generación fundamentan su forma de vivir: Les gusta tener el mayor tiempo libre posible para poder desarrollar sus pasiones y hacer las cosas que de verdad disfrutan.


En este sitio tendremos innumerables posts sobre técnicas que utilizan los de la nueva generación para optimizar el tiempo. La primera técnica que abordaremos es cómo aprovechar el tiempo mientras nos dirigimos a nuestros lugares de trabajo o estudio.


En cualquier situación se puede aprovechar el tiempo


Muy seguramente nunca te habías puesto a pensar que el tiempo que pasamos transportándonos diariamente a nuestros lugares de trabajo o estudio puede ser optimizado. Hagamos unos cálculos sencillos:


Asumamos que trabajas en una oficina de lunes a viernes, y que todos los días te demoras 15 minutos en cada trayecto en carro. Quiere decir que gastas mínimo 30 minutos de tu día transportándote al trabajo y luego volviendo a tu casa.


A la semana: 2 horas y 30 minutos

Al mes: 10 horas

Al año: 120 horas.


¡5 días al año sólo en transporte al trabajo!


Cuando lo vemos en un sólo día parece algo insignificante, pero cuando agregamos las cifras podemos observar que el tiempo que utilizamos al año en trasporte es una cifra bastante considerable.


¿Qué pasaría si ese tiempo que es obligatoriamente destinado a transportarnos a nuestros lugares de trabajo o estudio pudiera ser aprovechado paralelamente en otra actividad a la cual le pudiéramos sacar un verdadero provecho?


Esto sí que es posible. Aunque me podría quedar haciendo una lista de varias actividades, quiero enfocarme en una sola: Se puede aprovechar este tiempo como tiempo de estudio o de lectura. ¿Leer mientras manejo un carro, pero cómo?


El poder de los audiolibros


En Latinoamérica no es muy común este producto, sin embargo, en Estados Unidos hay toda una industria multimillonaria en torno a éste. Este producto es la solución ideal para aprovechar el tiempo mientras nos estamos transportando a nuestra oficina. Ya no tendrás excusas para ignorar ese libro que siempre habías querido leer y que por “falta de tiempo” nunca lo habías hecho.


Obviamente no todos los libros ni todos los temas son prácticos para oírlos en lugar de leerlos, pero sí hay ciertos temas o campos que se ajustan a este producto:



  • Biografías y autobiografías.

  • Libros para aprender idiomas.

  • Novelas.

  • Historia.

  • Política y ciencias sociales.


Entre muchos otros….


Hace algunos meses me parecía un poco extraño este producto y creía que iba a ser imposible concentrarme en manejar mi carro y al mismo tiempo estar pendiente del audiolibro. Pero de verdad es posible y encontré que inclusive mi nivel de estrés al manejar disminuye porque estoy tan concentrado en el tema que no me importa cuando algún conductor comete alguna imprudencia. El último audiolibro que escuché fue Like a Virgin de Richard Branson.


Otra de las ventajas es que en internet puedes encontrar gran cantidad de audiolibros gratis (con autorización de los autores) y los que hay que pagar los venden desde $3 dólares.


Te recomiendo que ingreses a www.amazon.es y compruebes esta excelente técnica para aprovechar el tiempo, o directamente a su empresa de audiolibros www.audible.com


Te aseguro que disfrutarás mucho más el tiempo que pasas viajando a tu trabajo.


Juan Esteban Bravo Álvarez


Obsesionado con ayudarle a entender a la gente que simple es mejor y que la simplicidad está subvalorada.


Convencido de que el recurso más importante no es el dinero, es el tiempo. Con más tiempo se puede hacer más dinero, con más dinero no se puede hacer más tiempo.


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domingo, 29 de junio de 2014

7 ideas prácticas para trabajar desde un hotel

Por: Berto Pena

Toca alojarse en un hotel y toca trabajar en la habitación. ¿Cómo hacer que ese tiempo cunda lo mismo que en casa o la oficina? En los últimos años, además de alojarme en decenas y decenas de hoteles, he tenido que aprender a trabajar en ellos. Déjame compartir contigo algunas sencillas ideas para hacerlo mejor.



Cuando por trabajo uno viaja a una ciudad y se aloja en un hotel, no va pensando en él como un “centro de trabajo”. Al fin y al cabo, allí vamos a otras cosas. Además la rutina siempre es muy parecida: te levantas, bajas a desayunar, recoges tus cosas, y te vas durante todo el día a trabajar (reuniones, cursos, consultoría…). Regresas a última hora con cara cansada y con unas enormes ganas de darte una ducha.


Pero además de lo que te haya llevado allí, al final siempre te toca hacer otras cosas en el hotel: tareas que surgen, procesar el Email, encargos que te piden justo en la ciudad que visitas, cosas que no has podido adelantar antes de irte, etc. Así que toca trabajar en la habitación del hotel. ¿Cómo hacerlo bien?


1Mejor trabaja al principio


Como sabes, siempre recomiendo exprimir la primera hora del día para hacer el trabajo más importante. Cuando me alojo en un hotel hago exactamente lo mismo. Y en este caso por dos razones importantes:



  1. A primerísima hora hay menos ruido (la mayoría de la gente suele dormir hasta las 7-7:30 AM).

  2. Si lo dejo para el final de la jornada, cuando regrese, estaré mucho más cansado. Así que me costará más o, peor, lo terminaré por posponer para otro momento.


Me levanto, bebo uno o dos vasos de agua, me aseo ligeramente (dejo la ducha para antes de salir de la habitación), abro el portátil, pongo una banda sonora suave y me lanzo a hacer según el plan que decidí ayer.


2Sigue tus rutinas de siempre


Muchas personas fallan al trabajar en un hotel porque cambian sus rutinas de trabajo. Te has levantado en una cama ajena y extraña, sí. Pero eso no significa que tengas que cambiar la forma en la que haces las cosas. Repite tus rutinas como si estuvieras en casa o en la oficina: intenta hacerlo igual (o asemejarlo todo lo que puedas) y será una invitación a tu mente para que se ponga en modo productivo. Justo lo que necesitas.


Por el contrario, si cambias por completo tus rituales o intentas probar cosas nuevas en esas circunstancias, terminarás por descentrarte, estarás descolocado, y es muy posible que des vueltas y más vueltas a tus cosas pero sin empezar ninguna.


3Organiza tu zona de trabajo


Durante un día o varios, esa mesa bajo el espejo va a ser tu zona de trabajo. Tal cual. Hazla tuya: limpia, aparta y dispón los elementos como mejor te convenga. Aparta vasos, mando a distancia, bolígrafos, libretas, folletos, carpetas con documentación de bienvenida… Todo eso está bien para la habitación, y aunque todo esté bien ordenadito, son cosas que no necesitas en tu “despacho”. Al final, lo que necesitas es crear un contexto de trabajo donde puedas hacer, crear, avanzar, solucionar…


Truco: si no quieres que al día siguiente las personas de limpieza lo vuelvan a ordenar desordenar, déjales una nota explicativa.


4Ten un Plan B si falla la WiFi


Ahora que por fin se puede encontrar WiFi gratis en casi cualquier hotel, es hora de afrontar otro problema: la mayoría funcionan como el culo. Seguramente por saturación, la lentitud es tal, que aunque no pagues por esa conexión, es como si no la tuvieras. Si tienes que descargar un archivo voluminoso, o subirlo a tu disco duro en la nube, puede ser literalmente imposible trabajar.


En juego está que puedas trabajar y avanzar en tus proyectos, así que no te confíes. Viaja con un plan B para tener siempre conexión. En bastantes ocasiones me he visto a mí mismo desconectándome de la red del hotel, para hacerlo vía tethering con mi teléfono. Sobre todo en grandes ciudades con 4G se nota la diferencia. Enorme.


5Aíslate de los ruídos


Decía antes que a primerísima hora del día hay menos ruído. Y es verdad. Pero a veces te toca un vecino ruidoso o, simplemente, tienes que trabajar a otra hora del día donde hay más actividad a tu alrededor. En hotel o no, sigues dependiendo de tus ideas y tu concentración para avanzar en tus proyectos.


Yo siempre viajo con dos cosas que me ayudan a aislarme del ruído externo: 1) Auriculares con cancelación de ruido; 2) tapones para los oídos.


Para trabajar utilizo unos maravillosos auriculares Bose (por cierto, la mejor inversión de los últimos años). Y los tapones los llevo, no tanto para trabajar si hay ruído, como para dormir si hay ruído. Y descansar bien de noche, como bien sabes, es parte del trabajo del día siguiente.


Huelga decir la importancia de silenciar el móvil y ponerlo boca abajo. Ya que en la habitación del hotel no vas a sufrir otras distracciones e interrupciones que igual tienes en casa o la oficina, no la vayas a fastidiar ahora distrayéndote con tu móvil o tableta.


6Elige bien tu equipamiento


Cables, cargadores, gadgets… A veces cargamos con muchas cosas que apenas utilizamos, pero se nos olvidan cosas que sí necesitamos o vienen bien para la oficina móvil.


Yo tengo una pequeña “checklist” que reviso antes de viajar, y que me permite tener todo lo que necesito cuando lo necesito. Cosas como por ejemplo un cable lo suficientemente largo para conectar el portátil. Porque en las habitaciones de hotel los enchufes no siempre están donde debieran, y a veces te obligan a trabajar en un rincón donde no es cómodo.


7Estudia tu agenda-plan el día antes


Apuntaba anteriormente que la primerísima hora es un buen momento para hacer cosas. Pero no el único. Si siempre es fundamental revisar el calendario-agenda del día siguiente, cuando vas de hoteles más. ¿Por qué? Porque a lo mejor mañana tienes un hueco para volver al hotel (comida/siesta), o vas a tener algún momento de inactividad a lo largo de la jornada, o un espacio entre reunión y reunión, o algo similar.


Es importante localizar los huecos en los que puedes trabajar… O en los que vas a descansar, pasear o correr por un parque cercano, o bajar al gimnasio del hotel a ejercitarte un poco. Si cuando estás en casa haces todo eso, ¿por qué no hacerlo igual en el hotel?


Trabajar en un hotel, en un avión o tren, en una estación o aeropuerto… Si gracias a los portátiles y tabletas podemos trabajar igual que en casa o la oficina, ¿por qué no hacer lo mismo con tus rutinas y rituales productivos? Los Hábitos, como siempre, lo son todo.




viernes, 27 de junio de 2014

✓ Mejora tus hábitos productivos en 21 días

Por: Jeroen Sangers

Samastah


A veces un cambio muy pequeño tiene un efecto enorme. Dicen que “el aleteo de una mariposa en Montevideo puede desatar una tormenta en Hong Kong”.


También en el campo de la productividad personal existen estos pequeños hábitos — yo los llamo ‘Quick Wins’ — que pueden cambiar tu vida por completo. Un ejemplo de un ‘Quick Win’ es la regla de 2 minutos. Es en concepto muy fácil de entender y fácil de aplicar, pero al mismo momento te permite cambiar tu forma de trabajar: en lugar de utilizar la bandeja de entrada como guión, podrás marcar tus propias prioridades sin perder la velocidad de respuesta.


Este es sólo un ejemplo, pero imagínate qué pasaría si consiguieras crear varios pequeños hábitos de este tipo… De hecho, los grandes métodos de productividad personal no son nada más que un conjunto de hábitos sencillos.


En las últimas semanas he estado trabajando con el equipo de Samastah — realmente ha sido un placer colaborar con ellos — en la creación de un plan de 21 días para mejorar tu productividad personal. Es un plan de mejora que consiste en 21 pequeñas sesiones para aprender 21 hábitos productivos.


Cada día recibes un poco de teoría, un ejercicio práctico para instaurar el hábito nuevo y una bibliografía de referencia con artículos y libros relacionados con el hábito de cada sesión. Además hay un panel de control dónde podrás ver tu progreso, explicar si lograste realizar las prácticas y recibir feedback del experto.


En este video podrás ver cómo funciona el curso online:



Este plan de 21 días para mejorar tu productividad personal forma parte de una biblioteca de planes personalizados para ayudarte a ser la mejor versión de ti mismo. Entre otros expertos encontramos a Andrés Pérez Ortega, Ángel María Herrera y Pau García-Milá.


Oferta ‘early bird’


Quiero ofrecer a mis lectores habituales un descuento especial. Si te apuntas ahora para el plan de 21 días para mejorar tu productividad personal tendrás un descuento de 50% sobre el precio del pack.


+ Info



jueves, 26 de junio de 2014

∞ Pequeños cambios que marcan la diferencia

Por: Jeroen Sangers

El el blog de FacileThings, David Torné nos propone tres hábitos productivos de alta impacto que puedes instaurar hoy:



Los hábitos son un punto de apoyo para mover tu mundo hacia algo mejor. Pero el cambio siempre provoca resistencia, ¿verdad? Si en lugar de un cambio lo planteamos como una sutil pincelada a tu forma de trabajar, su entrada resulta menos traumática.



  • Decide que vas a hacer mañana

  • Ponte a trabajar nada más llegar

  • Aprovecha tus pausas y descansos



¡Pruébalo!


∞ Lea el artículo en El Canasto



martes, 24 de junio de 2014

✓ Novedades en OmniFocus 2 para Mac

Por: Jeroen Sangers

Icono OmniFocus for Mac


De todos los gestores de tareas que hay en el mercado, yo he optado por utilizar OmniFocus. La razón principal por elegir esta solución es su posibilidad de definir proyectos con partes que son secuenciales y otros partes que puedo hacer simultáneamente. Tengo OmniFocus instalado en mi Mac, en mi iPhone y en el iPad.1


Hace unas semanas salió la versión 2 de OmniFocus para Mac; una versión que aporta muchas novedades. No hablaré del cambio de diseño — que es espectacular — sino de las nuevas funciones.


Dos versiones


OmniFocus siempre ha sido una aplicación relativamente cara, aunque sus posibilidades justifican el precio. Ahora hay dos versiones: la versión estándar, que es más barata y cuesta €35,99, mientras que por la versión Pro pagas el doble. La principal diferencia es que la versión Pro permite crear tus propias perspectivas para visualizar tus datos exactamente como quieras. Además, tiene un modo para enfocar — mostrar sólo algunos proyectos o contextos — y permite ejecutar AppleScript.


El poder de OmniFocus Pro es su gran capacidad de esconder todo lo que no necesitas ver mediante la función de enfocar y las perspectivas. Yo uso, por ejemplo, una perspectiva que sólo enseña las tareas que caducan hoy o mañana y las tareas que he marcado como mis Tareas Más Importantes, para poder asegurarme de finalizar cada día al menos estas tareas.


Modo Revisión


Desde su primera versión, OmniFocus para iPad tenía una pantalla específica para hacer la revisión. Aunque la versión en Mac tenía una perspectiva para mostrar todos los proyectos agrupados por fechas de revisión, su uso no era tan intuitivo como en el iPad. Conozco muchos usuarios que, por esta razón, han optado por hacer su revisión diaria y/o semanal2 en el iPad.


Cada proyecto puede tener su propia frecuencia de revisión y cuando llegue el día de hacer la revisión el proyecto automáticamente aparecerá en la pantalla de revisiones. Un sutil marcador naranja al lado de la pestaña de Revisión indica que hay proyectos para revisar.


Yo suelo jugar bastante con la frecuencia de revisión. Por ejemplo, si tengo un curso de productividad personal 2.0 planificado en cuatro meses, defino en principio una frecuencia mensual para revisar el proyecto. Cuando sólo falta un mes hasta la fecha del curso, cambio la frecuencia a semanal. Finalmente, en la última semana antes del curso, quiero revisar y controlar el proyecto cada 2 días para asegurarme que todo está controlado.


El modo revisión de OmniFocus muestra sólo los proyectos pendientes de revisar en la barra lateral. Además cuenta con una barra de información en la parte superior de la pantalla principal para mostrar el número de proyectos que están pendientes de revisión, la frecuencia de revisión, la fecha de la última revisión y un botón para marcar el proyecto actual como revisado.


Pantalla de Previsión


La segunda novedad en versión 2 de OmniFocus para Mac es la pantalla de previsión, otra función que ya estaba disponible para iOS.


Cuando activas esta perspectiva verás un calendario en la barra lateral, indicando por cada día el número de tareas que vencen en este día.3 En la parte principal de OmniFocus podrás ver los detalles por día. No sólo enseña las tareas que vencen, pero también podrás mostrar las tareas con una fecha de inicio. Además, OmniFocus enseña la agenda con tus citas del día abajo de las tareas de cada día.


La pantalla de previsión da todos tus compromisos de este día en un vistazo.


El futuro


Con esta versión de OmniFocus para Mac, OmniFocus finalmente ofrece las mismas funciones en las tres plataformas —Mac, iPhone y iPad. Los desarrolladores han elegido no incorporar más funciones nuevas en esta versión, porque no querían tocar la base de datos. A partir de ahora, cada novedad seguramente requerirá una actualización de las tres versiones.


Además de las funciones nuevas, los desarrolladores están trabajando en dos temas importantes relacionados con la interfaz de la aplicación. El primero son las traducciones — ahora sólo está disponible en inglés, que espero que está disponible en unas semanas. Luego hay el tema de personalizar la interfaz. Me gusta mucho el nuevo estilo, pero hay usuarios que argumentan que hay demasiado espacio en blanco y poca densidad de información. Mediante un hack ya puedes cambiar a otro tema dónde cabe más información en cada linea de la lista de tareas. La versión definitiva, con varios layouts que puedes configurar desde las preferencias de la aplicación vendrá dentro de poco.




  1. OmniFocus no tiene versión para Windows ni para Android

  2. Getting Things Done aconseja revisar tus proyectos semanalmente en la Revisión Semanal. Siguiendo las posibilidades de OmniFocus, yo prefiero revisar cada mañana 5–7 proyectos en lugar de tener una sesión muy larga los viernes.

  3. Recuérdate que sólo hay que poner una fecha final en la tarea si tienes un compromiso de hacerla antes de esta fecha.




sábado, 21 de junio de 2014

✓ El efecto lunes y el efecto viernes

Por: Juan Esteban Bravo Álvarez

Ningún momento de la semana desmotiva más que un domingo por la tarde o un lunes por la mañana. El domingo en la mañana nos levantamos felices y con energía, pero a medida que transcurre el día vamos pensando en la inevitable realidad: al día siguiente comenzará nuevamente la rutina y tendremos que volver a encargarnos de las preocupaciones y los problemas que pusimos en “Stand-by” el viernes en la tarde. Esto es lo que nosotros llamamos el efecto lunes, ese periodo de tiempo en la tarde del domingo y las primeras horas del lunes en las que nuestra mente no nos deja tranquilos pensando en todas las cosas aburridas, rutinarias y molestas que tendremos que enfrentar durante la semana que empieza.


Por el contrario, existe otro fenómeno que afecta nuestra mente y que generalmente empieza a presentarse los viernes en la tarde. Se trata de ese periodo de tiempo, habitualmente después del almuerzo, en que no somos capaces de seguir trabajando, que estamos pensando en lo que haremos el fin de semana y que en nuestro computador no está la hoja de Excel o el software de diseño sino el reproductor de música. Ese momento en el que dejamos a un lado todas las preocupaciones y empezamos a visualizarnos haciendo todo lo que habíamos esperado durante una larga semana: La fiesta de cumpleaños, la montada en moto en las afueras de la ciudad, el momento para terminarse de leer el libro que te tiene enganchado o el momento para salir a comer con tu familia. A este fenómeno que afecta nuestra mente lo llamaremos el efecto viernes.


¿Cuál es el secreto para afrontar las mañanas de los lunes con energía y dormirnos los domingos motivados? Sencillo, aplicar el efecto viernes los domingos en la tarde.


El secreto está en reservar la primera hora de los lunes para hacer lo que más nos gusta. No importa si los lunes en la mañana haces ejercicio o si debes estudiar para tus exámenes en la universidad. Estas actividades las puedes dejar para otro momento del día o adelantarlas el sábado o el domingo, la primera hora de los lunes debe estar, por encima de cualquier cosa, destinada a hacer la actividad que más nos gusta.


Como todo lo que leerás en este sitio web, esta técnica es de aplicabilidad inmediata y aunque suene sencilla es bastante poderosa.


A continuación te presento algunos ejemplos de actividades que hacen algunos amigos de la nueva generación:


Un amigo reserva los lunes de 6 a 7 a.m para tocar saxofón en el garaje de su casa. Un amigo periodista y blogger deportivo de la ciudad de Bogotá lee cómics los lunes en la mañana mientras desayuna, para luego ponerse a escribir su columna semanal en un periódico nacional. Un amigo y su familia se despiertan media hora más temprano de lo habitual los lunes para desayunar juntos, ya que el resto de la semana tienen diferentes horarios de trabajo y estudio que no les permiten compartir tiempo juntos. No importa si se trata de leer cómics, jugar videojuegos, leer novelas de ficción o salir a montar en bicicleta. Todo lo que te apasione servirá para empezar la semana motivado y de una vez por todas eliminar el molesto “efecto lunes”.


Inténtalo por dos o tres semanas sin falta y empezarás a notar cómo los domingos en la noche tu nivel de desespero empezará a disminuir y cómo el lunes en la mañana empezarás la semana mucho más tranquilo y motivado.


Juan Esteban Bravo Álvarez


Obsesionado con ayudarle a entender a la gente que simple es mejor y que la simplicidad está subvalorada.


Convencido de que el recurso más importante no es el dinero, es el tiempo. Con más tiempo se puede hacer más dinero, con más dinero no se puede hacer más tiempo.


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jueves, 19 de junio de 2014

Cómo evitar que plazos te coman

Por: Berto Pena

Ay madre, el calendario y los plazos de entrega. ¡Qué lejos se ven las cosas cuando les pones una fecha, y qué pronto llegan cuando te quieres dar cuenta! Parece que cada vez nos cuesta más cumplir con los plazos a los que nos comprometemos. Con el jefe, con clientes, con compañeros, con uno mismo… ¿Hay forma de que no nos pille el toro?



Si todo el mundo quiere hacerlo bien. Si mucha gente tiene capacidad y medios. ¿Por qué nos comen los plazos? Hay varios motivos; mis favoritos son:



  • Exceso de confianza y optimismo («tranquilo hombre, hay tiempo de sobra»).

  • Subestimar el volumen o dificultad de trabajo («nah, eso lo hago yo en plis plás»).

  • Mala planificación o deficiente manejo de las fechas límite de las tareas.

  • Dificultad (o incapacidad) para hacer convivir las cosas a largo plazo con las cosas que surgen en el día a día.



Sea como fuere, el caso es que hay que saber “relacionarse” con los plazos. Ir cumpliéndolos a trancas y barrancas no es un opción para alguien que aspira a algo más que sobrevivir llegando a todo con la lengua afuera. Hay que mejorar nuestra relación con esos plazos; hasta incluso dominarlos.


El problema, una vez más, es que ni de pequeños ni de mayores nos enseñan a trabajar con plazos.


Supongo que cada persona tendrá su fórmula para cumplir los plazos, para que el toro no te pille, para «llegar a todo» sin morir en el intento. Mi fórmula (si es que se puede calificar de tal) es, además de practicar muchas las cosas que te cuento en este blog, seguir estas tres sencillas recomendaciones:


¡Empieza ya! En serio, ahora.


El «hay tiempo de sobra» es algo que llevo practicando desde que era estudiante. Y nunca me ha funcionado. De hecho, a base de palos, he aprendido que es una de las trampas mayores en las que caemos. Y no ya a título personal, sino cuando trabajamos en equipo, lo cual es más peligroso. Tenemos que asimilar esto ya: Nunca hay tiempo de sobra. O al menos no tanto como crees/creéis de primeras.


Porque esos plazos amplios y generosos, ese mullido colchón de tantos días, es en realidad un espejismo generado por el calendario. Porque por un lado los imprevistos y urgencias, por otro la actividad del día a día, y por otro las otras cosas que ya tienes que hacer, se encargarán de reduciendo espectacularmente esos plazos. Luego llegará el pánico, las caras de susto, las carreras, la precipitación, las chapuzas, el trabajo de tinte mediocre.


¿Quieres tener tiempo sobrado? Ponte en marcha ya. Pero ahora mismo.


Plazos e Imprevistos en equilibrio


Las cosas a medio y largo plazo (esos proyectos, fases o partes a las que les ponemos una fecha-plazo) tienen que convivir diariamente con las cosas que van surgiendo. PERO, en lugar de cohabitar en equilibrio, siempre damos prioridad a lo último, que muchas veces no es lo primero que deberíamos hacer. Total, para lo otro «hay tiempo de sobra». Y lo vamos empujando, y empujando y empujando. Y claro, los plazos se achican cada vez más.


¿Cómo hacer convivir las cosas a largo plazo con las que van surgiendo? La forma en la que yo lo hago es doble:



  1. Por adelantado bloqueo tiempo en las próximas semanas o meses para trabajar en esas cosas a largo plazo. Me aseguro que voy a tener tiempo. Se lo reservo. Si no lo hiciera, «el día a día me come», y sólo tendría tiempo, energía y atención para los imprevistos.

  2. Empiezo el día las cosas a largo plazo. De ese modo, si luego surgen cosas (imprevistos, urgencias, encargos inesperados, marrones…) me he asegurado de haber hecho un trocito del gran puzle. Así, poquito a poquito. Cada día.


La mejor forma de tener tiempo de sobra es empezar YA.


Revisa, reajusta, recalibra


El trabajo (proyectos, tareas…) es algo en constante movimiento. En constante cambio. Es muy muy difícil marcar un rumbo a varias semanas y sobre todo a meses vista, y seguirlo fielmente sin desviarnos un milímetro. Eso sería lo ideal, claro. Pero en la vida pasan cosas. Por ello hay que revisar y recalibrar. Y naturalmente no hablo de posponer los plazos generando retrasos, sino de reajustar otras cosas para llegar a esos plazos.


Cuando hay margen reaccionas mejor ante imprevistos: tomas mejores decisiones, puedes hacer reajustes más inteligentes, sigues poniendo un ojo en la calidad…


La falta de revisión y seguimiento regular, no sólo hace que los proyectos se desajusten o haya descoordinaciones, sino que impide la reacción a tiempo. Si ves venir un iceberg desde una milla de distancia puedes variar el rumbo. Si intentas virar cuando ya lo tienes encima, hay colisión.


En los últimos 10 años, estos tres “ingredientes” me han ayudado una barbaridad a tomar el control de mis proyectos a medio y largo plazo. De una persona a la que le devoraban los plazos, a una persona que, aun teniendo problemas, cumple lo que se propone o lo que se compromete con otros. Y además mi corazón lo agradece.




lunes, 16 de junio de 2014

∞ 5 claves para mantener el control sobre tu correo electrónico

Por: Jeroen Sangers

Algunos consejos para dominar el email por mano de Jesús Serrano Ducar. El consejo más importante es consejo nº 2:



Mejor que estar todo el día pendiente de si recibes o no mails, fíjate horarios para procesar tu bandeja de correo electrónico.



∞ Lea el artículo en El Canasto



jueves, 12 de junio de 2014

7 ideas para pasar menos tiempo escribiendo emails

Por: Berto Pena

¿Cuántos mensajes de Email escribes al día? Y de media, ¿cuánto tiempo te lleva cada uno? Multiplica ahora las dos cifras y observa el número resultante (!). Al cabo del año nos pasamos decenas o cientos de miles de minutos escribiendo emails, pero casi nunca nos planteamos esto: «¿qué puedo hacer para que me lleve menos?» No es una cuestión que planteamos los raritos de la productividad; aquí hay mucho que ganar.



Esto de mejorar al escribir emails tiene que ver mucho con una regla de oro que yo recomiendo a todas las personas que buscar mejorar como profesionales: «reduce y optimiza todas las cosas que repites cada día». Porque te llevará menos tiempo (lo reinvertirás en cosas más relevantes), porque lo harás con menos esfuerzo (lo reinvertirás en crear cosas grandes). Y esto de economizar tiempo y energía tiene un nombre: Eficiencia.


Yo, Berto Pena, no quiero pasarme media vida en el Email. Y mucho menos pasármela escribiendo emails.


Hay muchas fórmulas para reducir el tiempo al escribir emails, y cada cual tiene su manual. Así que me he puesto a rebuscar entre mi almacén de ideas para elaborar una recopilación con mis siete favoritas. Siempre tratando de darte fórmulas reales y prácticas que te ayuden a hacerlo un poco mejor cada día.


1Aprende o mejora tu mecanografía


Nos pasamos una buena parte de nuestra vida tecleando, y por cierto no sólo en el Email. Y a pesar de ello, no son tantas las personas que ven la utilidad de mejorar su velocidad a la hora de teclear. Cuando tenía 18 años (por tanto hace ya muchas lunas), asistí a un curso en una academia donde alcancé una buena velocidad al teclear. Con el paso de los años no sólo he podido mantener mis pulsaciones por minuto sino que las he mejorado. Ello me ha valido para ganar tiempo de vida e invertirlo de otro modo.


En Internet hay servicios/aplicaciones gratuitas que te permiten practicar y medir tus avances. Lo puedes hacer además aprovechando los muchos rincones del día y huecos que tienes a lo largo de la semana. Es toda una inversión en Eficiencia.


2Utiliza plantillas o texto automático


En el Email, una y otra vez solemos escribir las mismas cosas: saludos, despedidas, procedimientos, datos o números de contacto, referencias, fórmulas formales, datos personales, requerimientos… Son cosas que una y otra vez, una y otra vez, escribimos “de cero”, perdiendo una enorme cantidad de tiempo.


Puedes tener preparadas múltiples plantillas para responder más rápidamente a las situaciones o mensajes que más se repiten en tu caso, y así evitar esas repeticiones innecesarias.


Una alternativa (o incluso un complemento) a las plantillas son los fenomenales expandidores o aplicaciones de texto automático. Mediante abreviaturas y códigos personalizados puedes pegar automáticamente textos más o menos largos, y ahorrar una barbaridad en tiempo de tecleo.


Si entre plantillas y expandidores puedes reducir el 10 ó 15% de la escritura de un mensaje, ¿por qué no hacerlo? Hay muchas personas que esto lo consideran excesivo, y casi una “frikada”. Yo me río e invierto el tiempo que gano en tomarme un helado o pasear por la playa.


3Piensa ANTES de escribir


Cuando no piensas lo que vas a escribir generalmente terminas por dar más rodeos, datos y detalles de los necesarios. Invertir 10 segundos antes de aporrear el teclado te permite fijar mentalmente las principales ideas del email, y ello te lleva a una cosa buenísima en la vida profesional: sintetizar.


Parar unos segundos antes de teclear parece un contrasentido, y cabría pensar que así se pierde más tiempo. No es así. Porque luego lo ganas en capacidad de síntesis, concreción, sencillez y brevedad. Siempre, siempre, siempre piensa antes de decir algo a otros. También por Email.


4Pon lo principal en la primera línea


Esta es una idea que a mí personalmente me apasiona: cuando vas al grano, poniendo (literalmente) en la primera línea lo que quieres pedir, comunicar o encargar, luego ya te quedan menos razones para explayarte. Y al revés, si empiezas con introducción, dando rodeos tipo “planteamiento-nudo-desenlace”, terminarás por escribir más párrafos de lo que necesitabas.


Sé directo y ve al grano. Pero ya desde la primera línea de tus mensajes. Verás cómo, además de comunicar más claramente, tus emails terminarán por ser mucho más breves y concisos.


5Reduce el espacio para escribir


Esta fue una idea que publiqué aquí hace un par de años (¡cómo pasa el tiempo!), y que me consta que varios de vosotros utilizáis. Yo la utilizo de vez en cuando, ya que también echo mano de otros de los recursos de esta recopilación.


La ventana para componer un nuevo mensaje suele ser grande y a veces ocupa toda la pantalla. Eso es una invitación a llenar el espacio en blanco con texto y más texto. Pero, ¿qué pasaría si la ventana fuera mucho más reducida? Tal vez un poco más grande que la caja que tienes para tuitear, por ejemplo. Que te obligarías a ti mismo a escribir menos. Tal vez mucho menos. Prueba el experimento, porque funciona :-)


6Utiliza listas o guiones para tus ideas


A lo largo de los años, he intercambiado bastantes correos con muchos de vosotros. Y seguro que en algún mensaje os habrá llamado la atención mi forma de escribir con guiones, formando listas de viñetas. En lugar de escribir en plan párrafo (que sería lo normal), lo hago mediante frases más directas y breves, encabezadas por un guión (—).


Aunque no siempre escribo con este recurso, esto me permite dos cosas buenísimas: 1) dejar más claro y limpio lo que quiero decir o pedir; 2) escribir menos que si me pongo a componer con párrafos formales. (Sobre todo echo mano de este recurso cuando hay varias cosas que quiero contar, e intuyo que me puede salir un email largo.)


7Elimina distracciones


Gestionar el Email o escribir emails es algo tan serio como cualquier otra tarea de tu lista. Si ante de una tarea normal eliminas distracciones, ¿por qué no hacer lo mismo al escribir emails?


Si yo me pongo a escribir y responder mensajes, y cada dos por tres me distraigo y salto a mi Whatsapp o cualquier app de mi móvil, o al navegador y sus pestañas, o a la aplicación de música, o a cualquier otra distracción permitida por mí, cada email que escriba durará el doble o más de lo que debería. Perderé un tiempo que podría ahorrar. Y, créeme, perdemos mucho tiempo en el Email porque no estamos centrados en ello.


Menos distracciones al hacer cualquier cosa, implica más foco, más intensidad y más ritmo. Esto es, más Eficiencia. Justo lo que estamos buscando al componer mensajes.


8Bonus: ¿Seguro que tienes que escribirlo?


La manera más rápida de escribir un email es no escribirlo. Un mensaje de correo no siempre es la mejor idea o la solución para todo. Antes de escribirlo, pregúntate si de verdad es necesario, o si no hay otra alternativa más conveniente, ágil o útil.


Para ir cerrando ya…


No creo que nadie haya venido a este mundo diciendo: «Mi verdadera vocación, lo que a mí me gusta de verdad, es escribir emails». Reduce el tiempo que te llevan tus mensajes y lo podrás invertir, por ejemplo, en leer un libro, estar con tu familia o concentrarte en una tarea clave. Con esas cosas, sí que puedes disfrutar de verdad.




∞ 7 Reflexiones sobre redes productivas

Por: Jeroen Sangers

Me han interesado mucho los pensamientos sobre trabajar en red por mano de José Miguel Bolivar:



En el mundo de las redes productivas está - también - todo por hacer. Estas siete reflexiones pretender ser únicamente un punto de partida para una conversación más amplia sobre qué conviene, refuerza y caracteriza a una red productiva. Me encantaría contar con tus reflexiones en los comentarios a este post. ¿Te animas a participar?



Trabajo mucho en redes, pero son más que nada redes con profesionales independientes como nodos. Cuando haya un interés común, estos profesionales se juntan para firmar un proyecto. Cada profesional tiene, obviamente, sus propios objetivos y ha decidido que el proyecto le ayuda a cumplir estos objetivos. Una red raramente tiene objetivos propios más allá del proyecto.


Dentro de una empresa la cosa es un poco diferente, porque una empresa sí cuenta con una visión, un propósito y objetivos. La parte más difícil de una red productiva dentro de una organización es trasladar esta visión y objetivos a los nodos de casa red.


∞ Lea el artículo en El Canasto



miércoles, 11 de junio de 2014

∞ Los tiempos han cambiado; llega la Productividad Personal 2.0

Por: Jeroen Sangers

¿Por qué continuamos organizando las empresas como fábricas si el contenido del trabajo ya no es lo mismo?



El problema radica de raíz en las organizaciones y empresas, no se presta atención a estos síntomas ni al coste por improductividad que generan. El análisis más básico por parte del departamento responsable arrojaría cifras increíbles. Pero nadie hace nada. Las organizaciones y las empresas parecen estar aletargadas como las vacas cuando ven pasar el tren. ¿Es que no se dan cuenta que se pierde el tiempo?, ¿que se interrumpe constantemente?, ¿que no hay quien pueda con el e-mail? Miran a otro lado.


No se han parado a analizar la nueva situación. Tal vez no son conscientes de que algo ha cambiado en el trabajo. Es preferible pensar así, a creer que desprecian las consecuencias que sufren sus empleados y al final las propias empresas.



Las antiguas paradigmas ya no funcionan. Ha llegado la hora de la Productividad Personal 2.0: más ágil y usando la tecnología disponible y adaptado a la sociedad actual.


∞ Lea el artículo en El Canasto



martes, 10 de junio de 2014

Tres cosas que hago al terminar el día

Por: Berto Pena

Al hablar de Gestión Personal yo siempre insisto en la importancia de cuidar el inicio del día. Y es así. Es la clave de todo lo que pasa después. Pero cada vez más le doy más importancia a cómo termino el día. Para mí el éxito de cada día empieza a forjarse el día anterior. Por eso cada vez cuido más mi ritual al terminar el día. Te cuento cómo lo hago.


1Recojo y limpio mi zona de trabajo


Una vez hechas todas las cosas que tienen que ver con la planificación de mañana, recojo y ordeno mi zona de trabajo. Empiezo por el Escritorio de mi ordenador para luego pasar a mi mesa de trabajo. Tiro, clasifico o guardo papeles, bolígrafos y todo el material utilizado durante el día. De esta forma intento borrar todo rastro de actividad para que mañana me encuentre un entorno limpio y ordenado. Es mi forma de “resetear” todo rastro del día.


2“Saboreo” el trabajo hecho hoy


Una parte esencial de la Revisión diaria que hago es pararme a ver lo que he conseguido con mi esfuerzo. Repaso todo lo completado y me paro a ser más consciente y saborear lo que he conseguido. No es que todos los días haga grandes cosas, pero sí lo son para mí y mis proyectos. Reconocer lo conseguido es hacer a mi esfuerzo, tomar conciencia de los avances, y medir mejor lo que voy o no voy a hacer mañana.


Reconozco que en este aspecto soy una persona poco común. Pero todo esto me ayuda a trabajar de un modo más inteligente mañana. Me niego cerrar el día sin más, o a “trabajar sobre raíles”, terminando cada día como si tuviera que tachar fechas en un calendario, como si de una condena se tratase.


Terminar bien hoy es la clave para empezar mejor mañana.


3Pulso el botón de “modo descanso”


Cada vez me tomo más y más en serio mi tiempo de ocio. Si tras terminar mi trabajo voy a dar un paseo, leer un libro o ver una película, voy a hacer justamente eso. No otra cosa. Lo primero que hago (y no por repetido deja de tener relevancia) es desconectar todo lo que puedo.


Hay dos gestos que destaco:



  • NUNCA leo el Email a partir de cierta hora (después de haber planificado). Por dos motivos: 1) vería correos (temas, asuntos) que no podré resolver hasta mañana; 2) me calentarían la cabeza y no me dejarán desconectar-dormir, con lo que estaría cansado para precisamente resolver esos problemas.

  • SIEMPRE leo algo que me inspire y eleve mi ánimo. Puede ser un capítulo o un pasaje de un libro, una cita inspiradora, una entrada de Wikipedia con alguna semblanza relevante, una historia con fondo y significado para mí… Soy una persona pobre en muchos aspectos y necesito alimentarme del conocimiento y experiencia de otros.


Si mañana me levanto con ganas de conseguir y construir, estoy seguro que en buena parte será por lo que he hecho y leído hoy al terminar.


Como ves son cosas que no requieren gran esfuerzo, fáciles de hacer y de repetir. Y precisamente porque son sencillas funcionan. Instintivamente me preparan para el esfuerzo de mañana. Si lo he hecho bien, mañana quiero hacerlo mejor. Y si hoy lo hecho mal, mañana puedo hacerlo mejor.


En Gestión Personal no todo va de listas de tareas y objetivos. Muchas veces las pequeñas rutinas y rituales también hacen su parte. No las subestimes como hice yo durante muchos años.




lunes, 9 de junio de 2014

∞ Obsesionarse con la productividad puede ser una trampa

Por: Jeroen Sangers

Palabras sabias de Jordi Fortuny Baduell:



Ser productivo no solo consiste en tachar tareas de tu lista, si solo tienes en mente terminar, terminar y terminar, puede ocurrir que algunas tareas las finalices de manera prematura, con errores o sin encaje con el flujo de trabajo de tu entorno o compañeros.



∞ Lea el artículo en El Canasto



✓ Cómo hacer lo que debes hacer

Por: Jeroen Sangers

Reloj de arena


Quería finalizar este artículo la semana pasada, pero la verdad es que no he empezado a escribir hasta el lunes de esta semana. ¿Qué pasó?


Puedo usar la excusa habitual — “no he tenido tiempo” — pero es mentira. He tenido toda la semana para escribir el post. Lo que ha pasado es que he decido dedicar mi tiempo a otras tareas. La semana pasada he finalizado un montón de cosas. La mayoría de estas tareas eran más importantes que escribir este artículo: elaborar presupuestos para posibles clientes, impartir un taller sobre la productividad personal, cuidar de mi familia, contestar preguntas de mis clientes, retocar el diseño de mi página web, etc. Pero también he dedicado bastante tiempo a tareas que no son tan importantes: leer las actualizaciones en Facebook, navegar por Wikipedia, organizar mi mesa de trabajo, intentar realizar trámites sin éxito, …


¿Qué explicación tengo para el hecho que no he escrito el artículo?


Lea el artículo completo en el blog de +People



jueves, 5 de junio de 2014

Reserva tu plaza para la edición nº2 del programa Visibilidad Ascendente

Por: Franck Scipion

Reserva tu plaza para la edición nº2 del programa Visibilidad Ascendente


Opción 1 – Pago íntegro – Precio Early Bird 388€ PVP


Para todos los que se dan de alta antes del domingo 08/06/2014 – 23:59 hora de Madrid, podrán disfrutar de 1 hora de consulting conmigo (cara a cara) durante el transcurso del programa (servicio valorado en 247€+IVA)


Reserva mi plaza Franck


Opción 2 – Pago mensual – 6 cuotas de 87€ PVP


Suscríbeme a la opción mensual Franck


Los pagos se efectúan de forma segura con la plataforma Stripe.


Descargas



Si prefieres pagar de otra forma (Paypal o Transferencia bancaria), ponte en contacto con Graciela. Sólo se ofrecen estos métodos alternativos de pago en el caso del pago íntegro (Opción nº1).



Consultar los demás episodios de este especial Visibilidad Online


Episodio nº1 | Episodio nº2 | Episodio nº3 | Episodio nº4 | Show Time (hoy)



photo by: opensourceway


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miércoles, 4 de junio de 2014

∞ Peter Drucker, sobre la Gestión Personal

Por: Jeroen Sangers

Peter Drucker es uno de los padres de los modernas técnicas de productividad personal.



En 1999, Drucker definió seis factores clave para la productividad personal de los trabajadores de conocimiento:



  1. El trabajador del conocimiento debe ser capaz de responder a la pregunta “¿Cuál es la tarea?”

  2. Debe ser responsable de su trabajo. Eso significa que tiene que gestionarse a sí mismo. 3: La innovación contínua es parte del trabajo.

  3. El aprendizaje contínuo es parte del trabajo, como también lo es enseñar.

  4. La productividad no es una cuestión de cantidad de resultados. La calidad es, al menos, igual de importante.

  5. El trabajador del conocimiento ha de querer trabajar para una determinada organización y, para ello, la organización debe considerar que el trabajador es un activo, no un coste.



Francisco Sáez explica por qué Peter Drucker es tan importante y acaba su artículo son una gran lista de citas inspiradores.


∞ Lea el artículo en El Canasto



martes, 3 de junio de 2014

El método Visibilidad Ascendente

∞ ¿Primero las obligaciones y luego las devociones?

Por: Jeroen Sangers

Hoy quiero compartir este artículo interesante de la mano de Antonio José Masiá explicando la relación entre dos conceptos muy importantes en la productividad personal 2.0: obligaciones y compromiso:



¿Pueden satisfacerse nuestras necesidades básicas jugando con las reglas de otro juego? Estoy firmemente convencido que no, así es que si quieres ganar la partida que te ha tocado jugar, olvídate de los tópicos procedentes de las cavernas y céntrate en jugar como un verdadero maestro libre que compite con un propósito. En cada momento, primero lo primero.



∞ Lea el artículo en El Canasto



✓ El indicador mágico para el aprovechamiento del tiempo

Por: Juan Esteban Bravo Álvarez

Beneficio/Riesgo


Existe un indicador que es muy utilizado en el mundo financiero, especialmente en ámbitos directamente relacionados con la realización de inversiones. Se trata del indicador Beneficio/Riesgo. Es un indicador, que a pesar de su sencillez, nos ayuda a determinar de manera rápida si una decisión — en este caso una decisión para invertir en un activo financiero — vale la pena o no de acuerdo al potencial riesgo al que estamos expuestos comparándolo con la potencial recompensa.


Las personas de la nueva generación han aprendido a utilizar este indicador fuera del ambiente financiero y aplicarlo en cualquier aspecto de la vida.


No se trata de atarnos a una fórmula matemática o a un aburrido indicador para tomar las decisiones. Esta herramienta funciona como un impulso y una alerta en esos casos en los que empezamos a procrastinar y en que nos vemos tentados a tomar malas decisiones sobre cómo aprovechar nuestro tiempo. Nos ayuda a motivarnos para vencer ese miedo, pereza y poca motivación que a veces tenemos cuando tenemos algo importante para hacer.


También funciona de manera inversa. Este indicador se vuelve un freno para evitar empezar a hacer aquellas actividades que en el fondo no son importantes, pero que nos quitan el tiempo para hacer aquellas que sí lo son. Al utilizar la medición del beneficio/riesgo lograremos separar y clasificar las actividades que son importantes y nos generan valor de las que no son importantes y en el fondo no nos aportan nada.


Usando el indicador en nuestra vida cotidiana


Toda actividad, toda tarea, toda acción llevan implícitos un beneficio y un riesgo. Por pequeños que sean, todo puede ser medido en términos de lo que nos aporta y en términos de lo que nos quita.


Supongamos el caso de una persona que es empleado y que en el 2014 decidió que en su tiempo libre escribirá un libro. En enero1 empieza motivado escribiendo diariamente durante una hora. Llega febrero y empieza a distraerse con otros asuntos, perdiendo el “momentum” que traía y la constancia que había adquirido. Esta persona llega cansada a su casa y prefiere ver televisión en la noche en lugar de destinar esa hora que antes tenía para escribir.


¿Cómo recuperar la constancia?, ¿Cómo no morir en el intento de lograr su meta de escribir el libro?


Esta persona, cada vez que llegue a su casa, debería utilizar la medición de los beneficios y los riesgos de escribir/no escribir una hora diaria después de la oficina.



  • Beneficios de escribir: El libro avanzará y seguirá su curso, cada vez estará más cerca de terminarse. Se mantendrá la motivación para volver a escribir al día siguiente. Si el libro se termina tendrá una potencial fuente de ingresos.

  • Riesgo de escribir: Ninguno. Simplemente tendría más tiempo para hacer cosas no tan importantes o que no le apasionan, como ver televisión.

  • Beneficios de no escribir: Tendría más tiempo libre para hacer otras cosas.

  • Riesgos de no escribir: Se perderá la oportunidad de saber si su libró será exitoso o no. Si la gente lo comprará o no. Si podrá ganar dinero con él o no. Estará desperdiciando la oportunidad de aprovechar y desarrollar esa pasión que siente por escribir.


Aunque suene muy obvio el ejercicio o las respuestas que se derivan de éste, el hecho de tomarse el tiempo de hacer la medición de los beneficios y los riesgos de las actividades que realizamos en el día a día nos hace entrar en un estado de conciencia, en donde logramos poner en verdadero contexto las cosas que son importantes y las que no son importantes. De esta manera, le daremos prioridad y nos motivaremos a seguir desarrollando las que nos generan valor.


También funciona de manera inversa, permitiendo evaluar las actividades que sabemos que no nos aportan algo valioso y que no son realmente importantes. Hagamos el análisis beneficio/riesgo de llegar del trabajo y ver televisión 3 horas:



  • Posibles beneficios: Relajarnos, descansar del estrés de la oficina.

  • Posibles riesgos: Estamos desaprovechando tiempo valioso. Ese tiempo libre después de la oficina, o antes de ir a ella (en la mañana) son las horas que diferencian a las personas del común de las personas de la nueva generación. Son estas horas las que definen nuestro destino, y es aquí donde las podríamos aprovechar desarrollando los temas que nos apasionan. En el lago plazo, nos sentiremos mal por no haber aprovechado este tiempo. Al final del año recordaremos todas esas horas libres que tuvimos y que no supimos aprovechar. Como agravante, es muy probable que quedes malhumorado y deprimido si viste el noticiero, que generalmente no tiene nada qué aportar.


Por último, hagamos el análisis beneficio riesgo de llegar del trabajo y aprovechar el tiempo en hacer las actividades que nos apasionan.



  • Beneficios: Nos sentiremos con energía y completamente satisfechos, porque estamos haciendo lo que nos gusta. Con el paso del tiempo, esta actividad se convertirá en hábito y estaremos más motivados.

  • Riesgos: Ninguno conocido por el hombre2 .




  1. Como es común en todos aquellos que empiezan con nuevos propósitos para el año nuevo

  2. A menos que perderte algún capítulo de alguna telenovela pueda ser catalogado como un riesgo



Juan Esteban Bravo Álvarez


Obsesionado con ayudarle a entender a la gente que simple es mejor y que la simplicidad está subvalorada.


Convencido de que el recurso más importante no es el dinero, es el tiempo. Con más tiempo se puede hacer más dinero, con más dinero no se puede hacer más tiempo.


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@nuevageneraxion



lunes, 2 de junio de 2014

Caja de herramientas SORPRENDENTES para conseguir visibilidad en la nube desde la nada (de 0 a 250 visitas/día)

∞ Cómo elegir tus Tareas Más Importantes

Por: Jeroen Sangers

Elegir cada día tus tres Tareas Más Importantes (TMI) es un hábito complementario a GTD, pero muy recomendable para mantener claro qué es importante. Antonio de Parcela nos ha preparado su receta para elegir las TMI.



Del listado de cosas por hacer, me hago 3 preguntas que son claves para seleccionar las 3 Tareas Más Importantes (TMI) del día:



  • ¿Qué es lo importante que tengo que hacer hoy?

  • ¿Esto lo puedo hacer sólo hoy?

  • ¿Esto me ayuda para lo que quiero conseguir esta semana o este mes?



∞ Lea el artículo en El Canasto



Los 8 peores errores de novatos en la visibilidad online (a evitar a toda costa cuando quieres dar a conocer tu plataforma digital)