martes, 29 de octubre de 2013

Mis tareas de baja intensidad

Por: Berto Pena

Al hilo de uno de mis últimos artículos aquí, quería hablarte de un recurso que puede venirte bien en el trabajo. Yo lo utilizo mucho. Viene fenomenal para esos momentos en los que ya estás cansado pero todavía te queda tiempo de trabajo y quieres aprovecharlo haciendo algo útil.



Imagina esta escena: el día de trabajo toca a su fin. Has completado tu lista de tareas para hoy (¡bien!) y lógicamente estás cansado. Pero ves que todavía te queda un rato antes de cerrar el día. Dejando los Twitters y compañía de lado, te apetece hacer algo productivo.


Es el momento perfecto para echar mano a tus tareas de baja intensidad. Son una serie de cosas que no tienen una fecha de vencimiento (pero que tarde o temprano hay que hacer), que no suponen un gran esfuerzo, y que sin salvar al mundo te permiten hacer algo provechoso en tu trabajo.


A poco que rebusques en tus rutinas vas a encontrar un montón de estas tareas. Comparto contigo algunas de las que hago yo:



  1. Ordenar y despejar la mesa de trabajo.

  2. Procesar las últimas notas de la aplicación de información personal (en mi caso Evernote).

  3. Actualizar y hacer limpieza de feeds (blogs).

  4. Hacer un backup de ficheros de trabajo importantes.

  5. Revisar la organización de las carpetas sobre las que más trabajo (en mi caso en Dropbox).

  6. Revisar mi lista de lecturas pendientes (en mi caso en Pocket).

  7. (A veces) dibujo un mapa mental con el plan de trabajo de mañana. Dado que no lo interpretas como una planificación formal, sólo un dibujo, la mente lo hace sin esfuerzo.

  8. Pequeñas tareas de la web/blog: revisar visitas, algún rápido backup…

  9. Revisar los filtros y reglas del Email para ver si necesitan una puesta a punto.

  10. Revisar la lista de aplicaciones instaladas para eliminar alguna que ya no utilizo.

  11. Limpio y ordeno el Escritorio de mi ordenador: iconos, archivos antiguos…

  12. Limpio la carpeta Descargas. Lugar tradicional donde solemos acumular cosas que ya no nos valen.

  13. Escaneo alguna tarjeta de visita que me hayan dado recientemente.

  14. Y si no se me ocurre otra cosa que hacer a veces veo algún vídeo-tutorial, una review o una charla que me interese en YouTube.


Hacer estas cosas en esos momentos no sólo te permite hacer algo productivo cuando no tienes muchas ganas. Tiene además otra enorme ventaja: cuando quitas de en medio estas cosas, nunca se interponen luego en el camino de las tareas más importantes. Para mí es otra pieza más del trabajo inteligente.




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