domingo, 28 de febrero de 2021

Cómo aumentar tus conversiones en Facebook Ads

Por: Franck Scipion

Cuando realizas una campaña en Facebook Ads, lo primero que debes considerar es el tipo de audiencia con el que trabajarás y en qué parte del embudo de conversión se encuentra ese público al que pretendes dirigirte. Así, analiza en qué fase se encuentra tu público para enfocar tus anuncios de una forma efectiva: si ... Leer más

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viernes, 26 de febrero de 2021

Carpetas de email para material de apoyo

Por: José Miguel Bolívar

GTD® propone dos tipos distintos de carpetas específicas para el email. En este post voy a profundizar únicamente sobre las carpetas de email para material de apoyo.

En la práctica, a las carpetas de email para material de apoyo se les suele llamar simplemente «carpetas de apoyo» o «carpetas de soporte» (support folders en inglés).

Usadas de la manera adecuada, estas carpetas pueden resultar muy útiles a las personas que tengan mucho material de apoyo relacionado con su email.

El objetivo de este post es que aprendas a usar estas carpetas de apoyo o soporte, tengas claras las buenas prácticas relacionadas con su uso, conozcas sus ventajas y seas consciente de sus potenciales inconvenientes.

Cómo usar las carpetas de apoyo o soporte

Aunque pueda parecer una perogrullada, estas carpetas específicas contienen únicamente material de apoyo para tus siguientes acciones.

Este matiz es importante porque marca la diferencia con el otro tipo de carpetas específicas para el email: las carpetas de email tipo lista de recordatorios.

Si recuerdas, el material de apoyo de una acción es todo lo que necesitas —o te puede ser útil— para completarla, exceptuando el propio recordatorio, las circunstancias y las herramientas cotidianas (información incluida).

Por ejemplo, si te llega un email con un fichero para revisar, necesitarás recuperar ese fichero cuando vayas a completar la siguiente acción de revisarlo.

O, si te piden que respondas a una serie de preguntas que te hacen por email, necesitarás recuperar ese email cuando vayas a responderlas.

O, por último, te llega un email con los materiales didácticos y el enlace para acceder a una formación. También en este caso necesitarás recuperarlo cuando llegue el momento de asistir a la formación.

Como puedes comprobar en estos ejemplos, las carpetas de apoyo funcionan en realidad como un archivo temporal.

Es un archivo temporal porque, cuando hayas completado la siguiente acción relacionada, ya no tendrá sentido que ese contenido siga ahí. Tendrás que eliminarlo o moverlo a tu archivo general con el resto de tu material de referencia.

La diferencia entre su contenido y el contenido de tu archivo general (donde tienes tu material de referencia) es que, en este caso, ya sabes que lo vas a necesitar para completar las acciones de tus listas.

Ventajas e inconvenientes de las carpetas de apoyo o soporte

Tener identificado y a mano el material de apoyo de tus acciones relacionadas con el email es siempre una gran ventaja porque agiliza el trabajo.

La desventaja es que, una vez completada la acción relacionada, ese material de apoyo debe salir de ahí. Me refiero a que debe ir a la papelera o al archivo general con el resto de tu material de referencia.

La ventaja de tenerlo todo junto en el archivo general es que te ahorras tener que archivar el material de apoyo una vez utilizado.

La desventaja de mezclar el material de apoyo con el resto de tu archivo general, es que puede dificultar su búsqueda y revisión.

En mi experiencia, la decisión final que tomes tendrá mucho que ver con el volumen de material de apoyo relacionado con el email que gestiones habitualmente.

También tendrá mucho que ver con la facilidad con la que puedas acceder a él si finalmente lo guardas en tu archivo general.

Yo, por ejemplo, apenas tengo material de apoyo relacionado con el email (en OPTIMA LAB dejamos de utilizar internamente el email en 2015).

Gracias a las posibilidades de etiquetado y a la excelente capacidad de búsqueda de Gmail, recuperar el material de apoyo del archivo general de Gmail me lleva tan sólo unos segundos, lo mismo —o incluso menos— que recuperarlo de una carpeta de material de apoyo.

Así que actualmente lo tengo todo junto en el archivo general de Gmail, es decir, no uso carpetas de apoyo para el email.

En otros momentos, cuando mi volumen de material de apoyo para el email era muy superior al actual, sí utilizaba carpetas específicas para el material de apoyo.

Buenas prácticas relacionadas con las carpetas de apoyo o soporte

La estructura básica que recomienda la David Allen Academy como punto de partida es crear únicamente dos carpetas.

Estas dos carpetas son, una, para el material de apoyo de tus siguientes acciones (action support) y, otra, para el material de apoyo de tus siguientes acciones a la espera (waiting for support).

A partir de aquí, si quieres, puedes ampliar esta estructura para adecuarla a tus necesidades.

Por ejemplo, hay personas que crean también carpetas específicas para los emails de apoyo relacionados con los proyectos, las agendas o, incluso, con Algún día / Tal vez.

Es más, hay personas que crean carpetas específicas para cada proyecto, para cada agenda o para cada categoría Algún día / Tal vez.

Y todas ellas son opciones correctas si están bien implementadas y tienen sentido.

De nuevo, la buena práctica es tener la menor estructura posible y toda la necesaria. Lo importante es que puedas encontrar tu material de apoyo de manera efectiva cuando lo necesites.

Conclusiones

Si al final te decides por usar las carpetas de apoyo, la estructura que utilices debe ser tan sencilla como puedas y todo lo compleja que necesites.

Ten en cuenta que el nivel de granularidad que establezcas en tu estructura de carpetas de apoyo va a depender, sobre todo, de dos cosas.

Por una parte, de tus preferencias personales. Hay quien prefiere tener las cosas más separadas y quién prefiere tenerlas más agrupadas. Ambas opciones son igualmente válidas.

Por otra, del volumen real de material de apoyo que tengas. Cuanto mayor sea la cantidad, más estructura necesitarás probablemente para gestionarla de manera efectiva.

En general, la buena práctica es tener separado el material de apoyo de tus acciones y proyectos del resto del archivo. Por otra parte, nunca se puede perder de vista el principio de eficiencia.

Si vas a tardar más en guardar, recuperar y gestionar el material de apoyo en tu estructura de carpetas específicas que en recuperarlo del archivo general cuando lo necesites, usar carpetas de apoyo sería una mala práctica.

Como ves, la buena práctica concreta en cada caso depende de las circunstancias particulares de cada persona. Por eso te recomiendo que pruebes distintas opciones hasta dar con la más efectiva para las tuyas.

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lunes, 22 de febrero de 2021

Cómo crear un calendario editorial para tu blog

Por: Franck Scipion

Llega el día de escribir tu post. Te sientas delante del ordenador y lo primero que te viene a la cabeza es: “¿Qué escribo hoy?” Te pones a pensar frente a la hoja en blanco, pero no se te ocurren apenas ideas. Después de un rato consigues una buena. O eso parecía al principio, ya ... Leer más

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viernes, 19 de febrero de 2021

Los tipos de preguntas y la efectividad

Por: José Miguel Bolívar

Hay una relación directa entre los tipos de preguntas y la efectividad que consigues con ellas. Por un motivo sencillo de entender.

La perspectiva guarda relación con el grado de claridad a la hora de elegir con confianza qué hacer y qué no hacer en cada momento, lo que en GTD® se conoce como Ejecutar.

El grado de confianza al elegir está condicionado, sobre todo, por lo bien o lo mal informada que esté tu intuición.

Una intuición bien informada hará mejores elecciones, mientras que una intuición mal informada las hará peores.

Algo parecido ocurre con las decisiones previas que tomas sobre qué hacer y qué no hacer con los elementos que van llegando a tu vida, lo que en GTD® se conoce como Aclarar.

Igual que ocurre con las elecciones intuitivas, la calidad de tus decisiones está fuertemente condicionada por la calidad de la información que utilizas para decidir.

La calidad de esta información depende en gran medida de que se cumpla el principio de cooperación de Grice, pero depende tanto o más de la calidad de las preguntas que haces para obtenerla.

Tus preguntas expresan tu efectividad

La pregunta es la herramienta de trabajo más potente que existe para el trabajo del conocimiento, mucho más que cualquier tecnología.

Hay muchos tipos de preguntas y, exceptuando uno de ellos (las preguntas estúpidas), todos los demás son útiles si se utilizan en el momento adecuado.

Que exista esta variedad de opciones hace que saber elegir el tipo y la pregunta adecuados para cada momento pueda resultar inicialmente complejo.

Esta complejidad implica que, para saber preguntar bien, necesitas un entrenamiento previo.

De hecho, saber utilizar los tipos de preguntas adecuadas es, más que una técnica, un arte.

Y, como todo arte, su dominio requiere atención y práctica, lo que da lugar a que pocas personas lo dominen. Si sabes por qué tienes que aprender a pensar, también sabrás por qué digo esto.

Por eso, una persona que utiliza sistemáticamente los tipos de preguntas adecuadas está evidenciando que ha trabajado a fondo la mejora de su efectividad personal.

Asimismo, si generalmente utiliza los tipos de preguntas inadecuadas, está evidenciando que aún le queda un largo recorrido en el camino para mejorar su efectividad.

Preguntas abiertas y cerradas

Las preguntas abiertas permiten un gran número de respuestas, mientras que las preguntas cerradas sólo permiten un número limitado de ellas.

Por ejemplo, ¿qué te apetece para cenar? es una pregunta abierta mientras que ¿te apetece pollo para cenar? es una pregunta cerrada.

Las preguntas abiertas son sobre todo útiles para explorar y analizar. Las utilizas cuando lo que buscas es cantidad de información.

Las preguntas cerradas son útiles para descartar opciones, tomar decisiones y/o avanzar. Las utilizas cuando buscas precisión.

Las preguntas abiertas y cerradas ni son buenas ni son malas, todo depende de cómo las utilices.

Hay personas que casi siempre hacen preguntas abiertas y otras que casi siempre hacen preguntas cerradas. Ambos comportamientos son poco efectivos.

Lo efectivo es utilizar los tipos de preguntas adecuadas en cada momento y, para ello, la buena práctica es tener claro el propósito de tus preguntas antes de preguntar.

¿Necesitas averiguar lo máximo posible sobre algo o simplemente confirmar o descartar algo?

Paradójicamente, las personas que tienden a hacer siempre preguntas cerradas suelen ser las que más necesitan aprender a responder preguntas cerradas.

El motivo es que, tanto para hacer preguntas abiertas como para responder a preguntas cerradas, hay que pensar.

Una persona que utiliza mal las preguntas abiertas y cerradas siempre tendrá una perspectiva incompleta sobre sus asuntos, porque le faltará o sobrará información.

Preguntas sobre qués y sobre cómos

Las preguntas sobre qués son más conceptuales y estratégicas. Las preguntas sobre cómos son más operativas y tácticas.

Al igual que en el caso anterior, ambas pueden ser útiles o inútiles, según se utilicen o no de manera adecuada.

Normalmente, las preguntas sobre qués suelen tener sentido antes que las preguntas sobre cómos, ya que los qués suelen ser más generales y los cómos más específicos.

Cuando una persona rara vez hace preguntas sobre qués, evidencia falta de visión estratégica; es una burócrata o una micro-gestora.

Cuando una persona rara vez hace preguntas sobre cómos, evidencia falta de sentido práctico; es una teórica o una visionaria.

En ambos casos, su efectividad será mediocre, ya que tampoco logrará tener una perspectiva completa sobre sus asuntos.

Preguntas sobre porqués y para qués

Las preguntas sobre porqués buscan motivos, justificaciones o excusas. Las preguntas sobre para qués, también.

La diferencia es que las primeras lo hacen a posteriori mientras que las segundas lo hacen a priori.

Las preguntas sobre porqués suelen ser poco útiles porque son acerca de hechos pasados que ya no tienen vuelta atrás.

Por el contrario, las preguntas sobre para qués son muy útiles porque están orientadas a la consecución de resultados futuros.

Una persona que siempre pregunta sobre porqués nos está diciendo que presta más atención al pasado que al futuro. Suelen ser personas impulsivas que primero hacen y luego piensan.

Una persona que siempre pregunta sobre los para qués nos está diciendo que está orientada al futuro. Suelen ser personas reflexivas que primero piensan y luego hacen.

Preguntas inteligentes y estúpidas

Las preguntas inteligentes permiten obtener el máximo de información útil y relevante con el mínimo esfuerzo por parte de quién pregunta y de quién responde.

Las preguntas estúpidas no generan ningún tipo de información y hacen perder el tiempo a quién pregunta y a quién responde.

Imagina este diálogo:

—Oye, está diluviando y no encuentro mi paraguas, ¿lo has visto por ahí?

—No, ¿por qué lo preguntas? ¿lo necesitas?

Las dos últimas preguntas son ejemplos típicos de preguntas estúpidas.

Todas las personas hacemos preguntas estúpidas en algún momento. Estas preguntas las genera nuestro Sistema 1 cuando opera en modo «piloto automático».

Las preguntas estúpidas son normales cuando hay cansancio mental o no se está prestando atención a la conversación. También lo son cuando estamos en una situación de estrés.

Son mucho menos normales, incluso preocupantes, cuando obedecen a algún tipo de problema psicológico, como la ansiedad crónica, la falta de autoestima o las obsesiones.

Las preguntas inteligentes son el tipo de preguntas más efectivas. También son las que exigen un mayor esfuerzo mental, ya que hay que pensar bien qué información se desea obtener antes de hacerlas.

Las preguntas estúpidas son, por desgracia, las más habituales y dan lugar a rework, problemas en las relaciones interpersonales y frustración.

Como ves, los tipos de preguntas y la efectividad son todo un mundo que ofrece enormes posibilidades.  ¿Qué vas a hacer tú distinto a partir de ahora para aprovecharlas?

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domingo, 14 de febrero de 2021

Cómo vender un libro y promocionarlo con éxito

Por: Franck Scipion

¿Has escrito o estás escribiendo un libro? este artículo es para ti. Supongo que lo has escrito para que otras personas lo lean, no solo para ti. Bien, pues sabrás que la distribución y venta del libro y la consiguiente promoción para conseguir que esa venta se produzca, son tan importantes como el libro en ... Leer más

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viernes, 12 de febrero de 2021

Por qué Capturar no es una elección

Por: José Miguel Bolívar

En uno de los últimos Clubes de Debate de OPTIMA LAB mantuvimos una interesante conversación sobre qué tipo de comportamiento es Capturar. En este post te explico nuestras conclusiones y, en concreto, por qué Capturar no es una elección.

La metodología GTD® evita entrar en detalles sobre los tipos de comportamientos asociados a las buenas prácticas que recomienda, pero eso no significa que no haya información sobre ellos.

Uno de los valores añadidos diferenciales que nos gusta ofrecer desde OPTIMA LAB es que las personas que se acercan a GTD® entiendan el por qué y el para qué de las buenas prácticas.

Y, para entenderlo, creemos necesario hacer explícita esta información, que en la metodología aparece únicamente de forma implícita.

Es difícil ir más allá del «acto de fe» si no se entiende, por ejemplo, la diferencia entre una reacción, una decisión y una elección.

Qué dice y qué no dice GTD®

GTD® no hace explícito qué tipo concreto de comportamiento va asociado a las diversas buenas prácticas que plantea. Sin embargo, una lectura atenta de las obras de Allen sí permite encontrar esta información.

Por ejemplo, cuando Allen habla sobre el hábito de Capturar deja claro que se está refiriendo a un automatismo, es decir, a una reacción física inconsciente como puede ser ponerte el cinturón de seguridad al subirte al coche.

En concreto, al hablar sobre Capturar, Allen se refiere a «incorporating the behavior of gathering all the new things as they emerge», es decir, «incorporar el comportamiento de recopilar todas las cosas nuevas en el momento que aparecen».

Si te fijas, habla de incorporar un comportamiento físico —recopilar—, no de un proceso mental. Esto es importante, porque cuando habla de otros pasos, como Aclarar o Ejecutar, sí se refiere a procesos mentales y no a comportamientos físicos.

Del mismo modo, cuando habla sobre Aclarar, Allen lo define como «decide what the thing is and what action is required», es decir, «decidir qué es esa cosa (esa captura) y qué hay que hacer con ella».

Como ves, en este caso es evidente que se está refiriendo a un proceso mental y consciente como es «decidir».

Por último, cuando habla sobre Ejecutar, Allen se refiere a este paso como «making the best action choices», es decir, «elegir la mejor acción».

También recomienda «you must trust your intuition», es decir, «debes confiar en tu intuición», lo que nos indica que se está refiriendo a un tipo de elección muy concreta: la elección intuitiva.

Características de los comportamientos de GTD®

Cada uno de los comportamientos asociados a las buenas prácticas recomendadas por GTD® conlleva un esfuerzo intelectual distinto. Esto es lógico, ya que intervienen partes del cerebro distintas.

Capturar es probablemente el comportamiento que, una vez desarrollado el hábito, menos esfuerzo intelectual conlleva, ya que Capturar es una reacción.

Cuando se te posa una avispa en el brazo, no analizas y decides darle un manotazo ni tampoco eliges intuitivamente hacerlo; simplemente reaccionas de manera instintiva y se lo das, sin esfuerzo intelectual alguno.

Hay poco además que puedas hacer para mejorar esta reacción, porque ya está sobradamente optimizada.

Sin embargo, cuando piensas y decides qué argumentos utilizar con tu jefa para que te suba el sueldo, sí haces un esfuerzo intelectual considerable.

Además, existen técnicas que puedes aprender y practicar para decidir cada vez mejor.

Cuando Aclaras, también haces un esfuerzo mental considerable. Ten en cuenta que, si Aclarar te supone poco esfuerzo, lo más probable es que estés aclarando «a medias».

Y cuando eliges qué regalo comprar a tu pareja, de entre las tres opciones que te ha sugerido, estás realizando una elección intuitiva que conlleva un esfuerzo intelectual moderado.

La calidad de tu intuición —y con ello la de tu elección—variará en función de los recursos que hayas dedicado a mantenerla bien informada.

Cuando Eliges en GTD®, haces igualmente un pequeño esfuerzo mental, aunque la calidad de tu elección dependerá más de lo bien informada que esté tu intuición que del esfuerzo que realices al elegir.

Por qué comportamientos empezar

Mi recomendación, y la de GTD®, es empezar por los comportamientos más sencillos. En concreto, yo recomiendo empezar capturando con confianza.

A partir de ahí, el segundo comportamiento que yo intentaría dominar es el de Aclarar, es decir, transformar en evidente lo no evidente.

Y dejaría para lo último el dominio del paso Ejecutar, el paso peor entendido de GTD®.

Las cosas no son blanco o negro

Un análisis detallado de las buenas prácticas asociadas a GTD® pone de manifiesto la existencia de múltiples matices.

Por ejemplo, Capturar no es una elección cuando hablamos del hábito en general.

Sin embargo, si hablamos de hacer un Barrido Físico, Digital o Mental —o no hacerlo— como parte de tu Revisión Semanal, entonces Capturar sí es una elección que harás de forma intuitiva.

Del mismo modo, Aclarar es principalmente un comportamiento intelectual —decidir—, aunque lleva asociado un comportamiento físico —sacar de la bandeja de entrada—.

Igualmente, Ejecutar combina diversos comportamientos intelectuales y físicos: ¿en cuál de las tres formas trabajo? ¿qué contexto reviso primero? ¿de cuánto tiempo dispongo?

Pero, en términos generales y, sobre todo, para facilitar la vida a las personas que comienzan a dar sus primeros pasos por el camino para dominar GTD®, las cosas pueden simplificarse mucho:

Ejecutar es elegir, Aclarar es decidir y Capturar es reaccionar o, dicho de otro modo, Ejecutar es una elección, Aclarar es una decisión y Capturar es una reacción.

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domingo, 7 de febrero de 2021

Cómo validar una idea de negocio en 5 pasos

Por: Pablo Moreno

Cuando quieres emprender un negocio la emoción te invade. Quieres lanzarlo ya, ayudar a mucha gente y ganar mucho dinero. Sobre todo, dinero. Lo cierto es que si tienes un poco de experiencia sabrás que lanzarse demasiado rápido resulta sumamente peligroso. Puedes pasarte meses trabajando para que luego no obtengas resultado. Si quieres evitar trabajar ... Leer más

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viernes, 5 de febrero de 2021

Qué he aprendido sobre formación virtual efectiva

Por: José Miguel Bolívar

Junto a todo lo negativo, la COVID-19 también ha obligado a revisar creencias y cambiar conductas. Y esto es bueno. En este post voy a compartir contigo qué he aprendido sobre formación virtual efectiva.

Algo que ya sabía antes de la pandemia es por qué planificar es perder el tiempo y también la importancia de aprender a prever para poder reaccionar mejor.

Y, a pesar de ello, caí —como la mayoría de los humanos— en el cómodo vicio de planificar de más y prever de menos.

Si hubiera previsto un poco más y planificado un poco menos, el impacto a nivel profesional de la COVID-19 habría sido de otra magnitud.

Afortunadamente, también sé que si quieres volar, necesitas aprender a caer.

Por eso, reconozco sin problema que mi posición ante la formación virtual ha cambiado radicalmente a raíz de la pandemia y que antes estaba totalmente equivocado.

Hechos frente a creencias

Desde que comencé a hacer formación siempre ha habido una demanda que ha estado ahí de forma recurrente.

Me refiero a la posibilidad de acceder a la formación GTD® de manera online o, como yo prefiero decir, virtual.

Mi respuesta no sólo era siempre negativa, sino que además yo explicaba con gran convicción el porqué de mi negación.

Realmente creía que la complejidad intrínseca de la formación en efectividad era inmanejable desde cualquier entorno distinto del presencial.

Me basaba en que el principal reto que plantea el desarrollo de la efectividad personal es, precisamente, superar las creencias preexistentes.

Las personas adultas nos acercamos a la efectividad personal con una «mochila» repleta de creencias —tan erróneas como infundadas— sobre qué significa ser una persona muy organizada.

Por este motivo, la mejora de la efectividad personal es prácticamente imposible sin un proceso previo de desaprendizaje profundo.

Así que buena parte del esfuerzo formativo está encaminado a «desmontar» estas creencias con dinámicas basadas en la mejor herramienta que existe para ello: los hechos.

Y esto ha sido precisamente lo que me ha pasado a mí: los hechos han echado por tierra mis creencias limitantes acerca de la formación virtual.

La formación virtual efectiva no es online

Uno de los primeros cambios de mentalidad que tuve que realizar es entender que formación online y formación virtual son cosas distintas.

La formación online suele ser mayoritariamente asíncrona. Hay una serie de contenidos a los que la persona puede acceder de manera online cuando mejor le viene o le apetece.

Normalmente esta formación se complementa con tutorías —que sí son síncronas— tanto individuales como grupales.

Pero el porcentaje que representa la parte síncrona sobre la duración total de la formación suele ser mínima.

Por el contrario, la formación virtual es mayoritariamente síncrona, «en vivo», como decimos en OPTIMA LAB.

Esta diferencia da lugar a experiencias de aprendizaje completamente distintas en uno u otro caso.

Una formación online se parece poco o nada a una presencial, mientras que una formación virtual efectiva puede ser incluso mejor que una presencial.

Retos de la formación virtual efectiva

Antes de desarrollar la versión virtual de nuestra formación GTD® oficial de Nivel 1 decidí ampliar mi conocimiento sobre el tema.

Leí libros, asistí a formaciones y me informé en diversos grupos especializados. En todas partes aparecía una palabra de forma recurrente: engagement.

Engagement significa que la audiencia se involucre en la formación, que su atención esté allí y que participe activamente en ella.

Esto siempre es un reto en formación, pero parece que en los formatos no presenciales lo es aún mucho más.

Así que diseñamos nuestro formato virtual desde una sana obsesión por el engagement, y lo conseguimos.

En realidad no sólo lo conseguimos sino que, a día de hoy, el engagement en nuestras formaciones virtuales es aún mayor que el que lográbamos en las presenciales.

Ventajas de la formación virtual efectiva

Además de un engagement tan bueno o mejor que el presencial, el aprovechamiento es mayor. La gente se cansa menos y aprende más.

Además, la virtualidad favorece la diversidad —ya que elimina las barreras físicas— y esto enriquece la formación.

Cuando la formación era presencial, a nuestros cursos abiertos venía gente mayoritariamente de Madrid o Barcelona. Ahora son de toda España, islas incluidas, e incluso de LATAM.

Otra gran ventaja son las eficiencias. Nadie pierde tiempo en desplazamientos.

También hay un notable ahorro de costes para el cliente, que se evita alquilar salas, el catering, desplazar a las personas, etc.

Otra ventaja más de este formato es que facilita la experimentación, precisamente porque reduce drásticamente los costes de desplazamiento e infraestructuras.

Nosotros estamos probando ahora horarios impensables en formatos presenciales, por ejemplo, dos horas diarias de lunes a viernes en lugar de un día y medio.

Y, por último, me parece una formación más humana, menos impersonal. Ves a la gente en sus casas, con los críos que a veces se asoman y te sacan una sonrisa.

Es todo más fluido, menos «impostado». Se ven más juguetes y menos corbatas; menos postureo y más naturalidad.

Áreas de mejora para la formación virtual efectiva

Con todo, a la formación virtual efectiva le queda todavía mucho espacio de mejora.

Son todavía mayoría las personas que carecen de una infraestructura específica para tele-lo-que-sea, incluyendo tele-formarse.

La COVID-19 les ha obligado a improvisar y hacen lo que pueden con lo que tienen.

La experiencia de aprendizaje virtual está enormemente condicionada por la infraestructura tecnológica que utilizas.

Si careces de un lugar adecuado (no sólo en cuanto a ruido e iluminación, sino también en cuanto a ergonomía y comodidad), tu experiencia será muy mejorable.

Y lo mismo ocurre si tienes que acceder con una conexión a Internet sin ancho de banda suficiente y/o desde un dispositivo con una pantalla minúscula y una capacidad gráfica y de procesador ridículas.

Por no olvidar la resistencia al cambio, esa nostalgia que lleva a recordar sólo lo bueno que era todo antes y a olvidar rápidamente todo lo malo que también había.

El futuro de la formación virtual efectiva

Evidentemente la formación presencial ofrece algunas ventajas que la formación virtual no puede alcanzar.

Pero son mayoritariamente ventajas adicionales a la formación en sí, como pueden ser el networking o la cohesión grupal.

Mi experiencia es que, siempre y cuando las personas dispongan de la infraestructura adecuada y desde un punto de visto estrictamente pedagógico, la formación virtual es mejor que la presencial.

El motivo es sencillo: mayores posibilidades de interacción favorecen un mayor engagement y un mayor engagement favorece un mayor aprendizaje.

Y esto sólo acaba de empezar, así que esta diferencia va a ir cada vez a más (piensa en todas las posibilidades que ofrecen las tecnologías de realidad virtual).

Por mucha resistencia al cambio que haya, la formación virtual ha llegado para quedarse. Y nosotros, desde OPTIMA LAB, seguiremos trabajando para que sea cada vez más efectiva.

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lunes, 1 de febrero de 2021

Cómo conseguir seguidores con Facebook Ads

Por: Franck Scipion

Facebook se ha convertido en una plataforma más que necesaria con la que atraer a tu audiencia. Una potente herramienta con la que alcanzar a millones de usuarios y en la que puedes hacer segmentaciones por tipo de público e intereses. Eso lo puedes hacer con los anuncios de Facebook. ¿Es imprescindible hacer campañas de ... Leer más

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