martes, 4 de noviembre de 2014

Los objetivos que se alcanzan, son los que mantienen el plan pese a la lluvia

Por: Iago Fraga

Objetivos, a pesar de


Voy a darte tregua con la definición de objetivos y las prioridades por un día. Hoy voy, aunque sea por una vez, a centrarme en la determinación que se necesita para sacar las cosas adelante.


También me salto el hablarte de motivación. No porque no me apetezca insistir hasta la saciedad en que ese es para mí es la verdadera causa de que procrastinemos como cosacos, pero vamos a dejar el tema tranquilo.


Así que ponte en esa situación que sin duda vives a menudo de ti mismo en frente de una tarea de esas horribles que no apetece nada y de la que quieres evadirte como sea. Todo lo que te propongo se resume en una frase que yo mismo me repito como un mantra y no me quito de la cabeza en estas situaciones para nada “Los objetivos que se alcanzan, son los que mantienen el plan pese a la lluvia”.


1. Muerte a las excusas


Cuando quieres ignorar algo que no te apetece, la primera amenaza son las excusas y las excusas no brotan, sino que las buscamos. Deja de mirar la lluvia antes de ir a correr, no te fijes en la fatiga antes de pensar algo y no mires la hora si lo que tienes por delante es largo. Si quieres buscar excusas te garantizo que acabarás encontrándolas, pero si aún no has encontrado una, no gastes fuerzas en ello. Es mucho más beneficioso enfocar esfuerzos en cómo resolver las cosas.


2. No pierdas de vista que mañana será peor


Las excusas sólo valen si comparas que con excusa, es más sensato hacer eso mismo mañana. Pero entremos en razón. Si esa tarea estaba planificada para hoy será por algo. Dónde hoy tienes una, mañana tendrás dos. ¿Te vale cambiar la de mañana por la de hoy? No creo que sea tan apetecible como dejar del todo la tarea, ¿verdad? Pues entonces quítatelo de encima de una vez, y disfruta de haberlo acabado.


3. Juega cuando la victoria sabe a más


Los inconvenientes de última hora tienen un aspecto práctico cuando cambias de perspectiva y es que motiva el hecho de ser capaz “a pesar de”. Produce admiración ver correr a alguien debajo de la lluvia, produce admiración quién se pone manos a la obra a pesar de la fatiga y produce admiración quién es capaz de quedarse hasta las tantas. No pierdas la oportunidad de apuntarte no sólo una victoria sino de reganar la confianza de que puedes hacer más que lo cotidiano.


4. Planifica para minimizar impactos


Cuando tienes la certeza de que una tarea te interesa sí o sí, las cosas se ven diferente. Sigue aprendiendo de productividad porque llegará el día en que no sufras más tus tareas, si no que les intentarás hacer tiempo como sea. Cuando es así, cuando trabajas en lo que quieres y lo que quieres es lo que haces la mentalidad natural es minimizar impactos. Esta planificación pasar por prever de antemano que la lluvia aparecerá como mínimo un par de semanas, que la fatiga es consecuencia de demasiado esfuerzo y que el tiempo que consumas no te deja espacio. Por ello, si las tareas que tienes entre manos las aprecias, lo correcto es protegerlas al máximo de antemano.


5. Habitúate a contar siempre con algo


A partir de ahí, es cierto que no siempre llueve pero que casi siempre puede fallar algo. Para que la productividad funcione tienes que ser resistente. No puede bastar cualquier excusa para dejarte tirado. Ahí es cuando cambias totalmente de mentalidad, porque incluso descubriendo algo de última hora estimarás que debes sobreponerte a ello en vez de cancelarlo todo. Un trabajo así es realmente imparable. Hace falta un tsunami para que empieces a admitir que a lo mejor hoy justo, esa tarea, no vas a poder darla terminado.


6. Prepárate para encadenar varios imprevistos


Cada excusa pequeña remontada te entrena y amplía tu base de recursos. Puede que hoy veas esa tarea como asquerosa, pero si mañana hay otra que te interesa, aprender a sobreponerte al inconveniente de hoy puede hacerte invulnerable mañana. Los inconvenientes además se apilan, por lo que a veces hace falta saber responder a varios para obtener un resultado. No pierdas la oportunidad de aprender a trabajar ignorando algo que a otros los ralentiza. Hay a quién les basta una mínima excusa para tirar la toalla y hay a quién no los paran ni a cañonazos.


7. Ve sin freno el día perfecto


Cuando te acostumbras a los inconvenientes sistemáticos, el día perfecto sabe a gloria. No sólo por que en esas condiciones da gusto trabajar, sino porque estarás tan acostumbrado a sobreponerte a eventualidades, que el día que sean todo facilidades tendrás una oportunidad más para llegar aún más lejos.


Los objetivos que se alcanzan, como decía, son los que mantienen el plan pese a la lluvia. Cuando surge un inconveniente puntual, puedes decidir ignorarlo y tirar para adelante o convertirlo en una excusa. Así que inspírate a ti mismo, piensa cómo puedes reducir el impacto y pelea hasta el final del día por una micro-victoria. Importa poco, si valió la pena, el que por una vez acabes mojado.




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Tecnicas de Organizacion

De Iago Fraga en Técnicas de Organización





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