viernes, 28 de enero de 2022

Cómo usar plantillas afecta a tu efectividad

Por: José Miguel Bolívar

En este breve post voy a compartir mi experiencia y reflexiones sobre cómo usar plantillas afecta a tu efectividad, tanto positiva como negativamente.

Sí, has leído bien. Ya sabes que las cosas son como tú haces que sean —en función de cómo decides utilizarlas— y las plantillas son un buen ejemplo de ello.

Bien empleadas, las plantillas pueden aportar una mejora considerable a tu efectividad. Ahora bien, tu efectividad también puede verse perjudicada si las empleas mal.

Lo primero que vamos a definir en este post es a qué llamamos exactamente «plantillas». También veremos en qué se diferencian de otros objetos parecidos.

Luego identificaremos para qué sirven las plantillas, las ventajas de su uso y cómo este contribuye —concretamente— a mejorar tu efectividad.

Y, finalmente, abordaremos las buenas y malas prácticas más habituales al trabajar con plantillas y qué consecuencias directas —positivas o negativas— tiene cada una de ellas.

Qué es una plantilla

Hay muchos tipos de «plantillas», pero en este post voy a centrarme únicamente en aquellas cuyo contenido es mayoritariamente texto, aunque también pueda contener gráficos o imágenes.

Por «plantilla» me refiero a un documento que se utiliza como base a partir de la cual derivar otros documentos similares.

Cuando necesitas generar un documento, eliges la plantilla adecuada, haces una copia de la misma y luego la editas, haciendo las modificaciones que tengan sentido.

En línea con eso, en este post voy a diferenciar entre «plantilla» y «respuesta automatizada», ya que en este segundo caso el documento —es decir, la respuesta— se emplea directamente tal y como está, sin editar.

Por otra parte, las plantillas pueden ser muy breves o muy extensas; pueden igualmente estar diseñadas para incorporar mínimas variaciones o un gran número de ellas.

Lo más importante es tener presente que una plantilla siempre necesita un mínimo de edición y/o personalización, es decir, nunca se usa «tal cual».

Si no hay edición ni personalización, estaremos hablando de una «respuesta automatizada» y no de una «plantilla».

Ventajas de usar plantillas

Las plantillas tienen como finalidad principal ayudarte a la hora de escribir, reduciendo el tiempo y esfuerzo necesarios, así como los errores.

Este ahorro al escribir te permite reinvertir parte de él en pensar mejor qué quieres comunicar, con qué propósito y/o de qué manera para que aporte más valor.

En el campo profesional, y más concretamente en las interacciones con clientes, es donde las plantillas pueden —y suelen— aportar más ventajas a tu efectividad.

Por una parte, porque te ayudan a hacer lo que tienes que hacer de una manera mucho más eficiente, es decir, en menos tiempo, con menor esfuerzo y con menos errores.

Por otra, porque te permite aportar más valor a tus clientes, personalizando tus interacciones con ellos, eliminando lo que no les aporta valor y destacando lo que sí.

Una ventaja adicional de las plantillas es que dan coherencia a tus comunicaciones, al facilitar que todas ellas compartan un mismo estilo y formato.

Finalmente, trabajar con plantillas te puede ayudar a mejorar tus procesos globales, detectando ineficiencias y redundancias, es decir, optimizándolos.

Buenas y malas prácticas en el uso de plantillas

Como veíamos, las plantillas sirven para ahorrar en escribir y nunca deberían convertirse en una excusa para evitar pensar.

De manera orientativa, una buena plantilla debería ahorrar el 80% de la escritura y solo el 20% del pensamiento.

Esto significa que, cuando la emplees, aún tendrás —necesariamente— que realizar el 20% de la escritura restante, que se corresponde con la parte de la personalización.

También significa que, al utilizarla, tendrás que llevar a cabo el 80% del pensamiento restante. Este pensamiento que exige la plantilla es precisamente el que va a aportar el valor extra a tu comunicación.

El principal riesgo de diseñar tus plantillas para evitar pensar es que acabarás comunicando mal con tus clientes. Por «mal» quiero decir de manera impersonal, robótica e incluso absurda.

Por eso es muy importante que las diseñes de tal forma que siempre exijan adaptación previa a su uso, es decir, que sea imposible usarlas «tal cual».

Y cuando digo «adaptación» me estoy refiriendo a modificaciones relevantes que te obliguen a reflexionar, es decir, a un trabajo intelectual que nada tiene que ver con rellenar un par de campos.

Otra buena práctica es tener cuantas menos plantillas, mejor, y todas las necesarias.

De hecho, un indicio claro de que estás diseñando mal tus plantillas —es decir, de que las estás utilizando para ahorrarte pensar— es tener muchas prácticamente idénticas.

Para evitarlo, es preferible incluir múltiples opciones en una misma plantilla —de manera que luego elimines las que no necesites— en lugar de crear plantillas independientes para cada mínima variación.

Así que, si nunca has empleado plantillas, te invito a que las pruebes. Una vez que empieces, no pararás de encontrar oportunidades para aprovecharlas.

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viernes, 21 de enero de 2022

Productividad Personal Edición 2022: Reflexiones Día 6

Por: José Miguel Bolívar

En este sexto post de la serie Productividad Personal Edición 2022 voy a compartir contigo mis reflexiones sobre uno de los capítulos más populares del libro, el 14, que trata sobre el «Significado de los conceptos clave de GTD®».

A continuación voy a ir relacionando los cambios que introduciría sobre la versión publicada si hoy volviera a escribir el libro. Si no menciono un concepto es porque lo volvería a publicar tal y como está.

Bandeja de entrada

Aquí no cambiaría nada en la definición, pero sí aclararía que un error relativamente común es mover las cosas desde las bandejas de entrada originales a una especie de «bandeja de entrada principal» para Aclarar todo desde una única bandeja y que eso es una mala práctica.

Organizar

La definición actual del libro es impecable para la información y los recordatorios físicos, pero queda insuficientemente clara para los recordatorios escritos en las listas, los cuales suponen la mayor parte de lo que se organiza en GTD.

Por tanto, haría un cambio significativo y utilizaría la definición oficial de la David Allen Academy: «Colocar la información y los recordatorios en las categorías organizativas adecuadas».

Proyecto

La definición actual es correcta y simplemente añadiría un matiz que la David Allen Academy considera relevante: «Resultado que requiere más de un paso y puede alcanzarse en el plazo máximo de un año».

Próxima Siguiente Acción

Aquí cambiaría «Próxima» por «Siguiente». Para algunas personas «próxima» se interpreta como cercana en el tiempo, lo cual no tiene por qué ser necesariamente así (es perfectamente posible que la próxima acción de algo tenga lugar dentro de varias semanas o meses).

Por otra parte, aunque la definición del libro es correcta, la definición oficial de la David Allen Academy me parece mucho más completa y precisa: «Siguiente actividad física y visible que permite que algo avance o se complete».

Algún día / Tal vez

Aquí haría varios cambios. El primero y más importante es dejar claro que Algún día / Tal vez es el nombre de una categoría organizativa de GTD, lo cual incluye la lista o listas del mismo nombre, pero no sólo.

Por ejemplo, puede haber recordatorios pertenecientes a esta categoría en una o más listas Algún día / Tal vez, pero también puede haberlos en una herramienta Calendario o en un contenedor físico.

El segundo cambio tiene que ver con la definición en sí. La que aparece en el libro es correcta, pero sería aún más correcto decir que esta categoría contiene recordatorios de decisiones aplazadas.

A la espera

Al igual que en el caso anterior, aquí dejaría claro que A la espera es otra categoría organizativa de GTD, lo cual incluye la lista A la espera, pero no sólo (por ejemplo, una lista de Proyectos delegados también estaría dentro de esta categoría).

Agenda/Calendario

Aquí haría también varios cambios. Lo primero, evitaría usar la palabra «Agenda», ya que Agenda en GTD tiene un significado muy distinto de como se usa normalmente en España.

Lo segundo es dejar claro que la palabra Calendario se emplea para referirnos a dos cosas estrechamente relacionadas aunque distintas.

Por una parte, la categoría organizativa Calendario de GTD, que se refiere a la que contiene los recordatorios de lo que necesitas saber o hacer en una fecha concreta.

Por otra, a la herramienta Calendario. Esta herramienta contiene elementos de la categoría organizativa Calendario, pero también de la categoría organizativa Algún día / Tal vez.

Y lo tercero es que quitaría lo de las fechas objetivas porque creo que ha podido inducir a error a algunas personas.

Si quieres tener claro el concepto, en este post explico en detalle qué significan objetivo y subjetivo en efectividad.

Archivo de seguimiento

Este punto directamente lo quitaría, ya que en GTD no existe ninguna categoría organizativa que se llame así.

El archivo de seguimiento es una herramienta, más concretamente, un calendario tridimensional.

Si quieres saber más, en este post tienes la explicación definitiva del archivo de seguimiento.

Contexto

Aquí la verdad es que no sé qué escribiría a día de hoy. Lo que aparece en el libro es correcto, pero es una definición parcial y limitada. Y también quitaría lo de que es objetivo, por el mismo motivo de antes.

El caso es que los contextos no se abordan «a fondo» hasta el Nivel 3 de la formación GTD® oficial, lo que me hace dudar sobre hasta dónde tiene sentido profundizar en un libro de iniciación a GTD.

Un contexto es efectivamente lo que necesitas para poder llevar a cabo una acción, pero también es más cosas.

Seguramente a día de hoy escribiría que contexto es el nombre de una lista en la que agrupas recordatorios que tiene sentido ver juntos cuando se dan unas circunstancias concretas.

Próximas Siguientes Acciones

Aquí también sustituiría «Próximas» por «Siguientes», por las razones previamente explicadas.

Además, en este caso dejaría también claro que se trata de una categoría organizativa de GTD, no un contenedor. Como en casos anteriores, esta categoría puede englobar una única lista o un conjunto de listas.

Por otra parte, quitaría que las siguientes acciones deben hacerse antes de la próxima revisión semanal del sistema. Esta afirmación es incorrecta.

Las siguientes acciones hay que hacerlas lo antes posible y «lo antes posible» podría ser dentro de semanas o incluso meses.

Aplazar

Aquí cambiaría la definición por completo, ya que es incorrecta.

Lo primero, porque Aplazar no es Organizar, sino que forma parte del paso Aclarar.

Lo segundo, porque una vez identificada la siguiente acción, Aplazar es decidir no hacerla en ese momento, sino más adelante, para lo cual nos pondremos un recordatorio (poner el recordatorio no es parte de Aclarar, sino de Organizar).

Si, al Aclarar, decidiéramos hacer la siguiente acción nada más identificarla, entonces estaríamos aplicando la Regla de los 2′.

Y esto es todo por ahora. Espero que esta «actualización» de conceptos te haya resultado útil. En un próximo post de la serie continuaremos a partir del capítulo 15.

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viernes, 14 de enero de 2022

XX Jornadas OPTIMA LAB: un proyecto renovado

Por: José Miguel Bolívar

Los pasados días 20 y 21 de diciembre tuvieron lugar las XX Jornadas OPTIMA LAB.

Fueron una vez más en formato virtual aunque, por primera vez, en horario laboral europeo.

Me sorprendió el notable impacto positivo que este detalle logístico, aparentemente menor, tuvo en las Jornadas.

Por una parte, el ritmo y la dinámica fueron muy superiores, imagino que gracias a un mayor nivel de energía mental por parte de todas las personas participantes (4).

Por otra, pudimos completar las Jornadas en un día y medio en lugar de los tres medios días habituales de este formato, lo que nos permitió un mayor nivel de enfoque.

Esta mejora operativa fue posible gracias a no necesitar adaptarnos a la zona horaria de Laura, que había abandonado la red unos días antes. Luego comentaré más detalles.

El triunfo de la estrategia

Las XX Jornadas han sido unas de las más efectivas, relevantes y gratificantes que recuerdo.

Una de las razones es que han sido eminentemente estratégicas, es decir, unas Jornadas «como deben ser».

Con anterioridad a la profunda transformación pos-COVID-19 que experimentó la red, las Jornadas solían tener gran parte de contenido operativo que no éramos capaces de eliminar.

A partir de dicha transformación, logramos revertir la tendencia y en las últimas ediciones pudimos comprobar cómo avanzábamos en la dirección correcta.

Sin embargo, ha sido en estas XX Jornadas en las que hemos logrado dejar atrás por fin las anécdotas operativas y centrarnos plenamente en lo relevante.

Estas Jornadas harán historia porque van a marcar un antes y un después en OPTIMA LAB.

Lo que hemos decidido son cambios de enorme magnitud y que van a tener un impacto muy significativo en nuestra red y en nuestros clientes.

Sus consecuencias serán además notables en su intensidad y amplitud, ya que son cambios profundos en nuestros modelos de negocio, operativo y de funcionamiento interno.

Una transición que termina

Una de las decisiones con mayor impacto en estos casi dos años fue la de dar más tiempo al proyecto de extender OPTIMA LAB a Latam.

Había buenos motivos para ello. Hasta que llegó la COVID-19, las perspectivas de negocio en Latam eran muy prometedoras y el modelo establecido apenas consumía recursos de la red.

Era un modelo distinto en el que Laura estaba en modo «visitante», pasando un tiempo con nosotros para familiarizarse con nuestra operativa mientras completaba su certificación como Master Trainer.

El plan inicial era que luego desarrollara el negocio en Latam de manera autónoma como subfranquicia.

La COVID-19 lo cambió todo, las buenas perspectivas en Latam se desvanecieron y la red vio drásticamente reducido su tamaño.

Hasta entonces nunca habíamos considerado la opción de integrar plenamente a Laura como nodo de OPTIMA LAB porque carecía de sentido.

Había demasiadas diferencias, a múltiples niveles, que dificultaban considerablemente el encaje.

Diferencias, por ejemplo, en el nivel de madurez —y de precios—de ambos mercados, de culturas, zona horaria o incluso de perfil y competencias.

La situación pos-COVID-19 hizo que nos replanteáramos las cosas para dar tiempo a que se aclarara el panorama en Latam y poder capear la situación desde el punto de vista operativo.

Así, Laura asumió un papel más activo —ahora sí, como un nodo más de la red— que ha sido muy importante durante este tiempo de transición y que quiero agradecerle desde aquí.

En estos casi dos años hemos probado enfoques y buscado el mejor encaje posible entre nuestras realidades. Lamentablemente ninguno de ellos ha logrado funcionar bien.

Demasiadas diferencias, algunas difícilmente salvables, presagiaban que la marcha de Laura fuera sólo cuestión de tiempo.

Su ausencia pone fin a este periodo de transición y marca el inicio de un proyecto OPTIMA LAB renovado.

Siempre aprendiendo

Como decía en las crónicas de mis diez años de consultoría artesana, en 2021 he trabajado mucho en mi desarrollo personal.

Gracias al proceso con acompañamiento profesional en el que todavía continúo estoy entendiendo y dando sentido a lo ocurrido en OPTIMA LAB y a otras muchas cosas.

Ahora sé que mi planteamiento inicial de la red era tremendamente naif, más basado en cómo me gustaría que fueran las cosas que en cómo son en realidad.

Una de las consecuencias de aquella ingenuidad es que nunca me planteé que tuviera sentido poner algún filtro a la entrada en la red y, menos aún, disponer de un proceso de selección.

Actualmente sigo pensando que disponer de un proceso de selección carece de sentido en un modelo de red.

Sin embargo, sí creo que tiene sentido disponer de un estricto proceso de filtrado porque, como dice sabiamente Jordi Fortuny en un imprescindible post, «la ilusión no es suficiente».

Para hacerlo de manera profesional estamos contando con el asesoramiento de Facthum, expertos en identificación del talento y evaluación de competencias.

Porque hoy sabemos que, sin lugar a dudas, hay una serie de competencias indispensables para tener futuro en OPTIMA LAB: flexibilidad cognitiva, mentalidad de crecimiento, resiliencia, autoestima y un alto nivel de competencia digital son algunas de ellas.

Reconozco que me avergüenza un poco haber tardado tanto en llegar aquí. Si lo hubiera hecho antes, creo que la historia de la red habría sido completamente distinta.

Un proyecto renovado

La red OPTIMA LAB la constituimos actualmente Jordi y yo. Esto nos está permitiendo implementar de manera ágil un montón de mejoras necesarias nunca abarcadas hasta ahora.

Estamos realizando cambios profundos en nuestros enfoques, procesos y herramientas. Buscamos optimizar el uso de nuestros recursos y aportar más valor a nuestros clientes.

A mí me encanta el ritmo al que estamos siendo capaces de transformar la red. Me lo estoy pasando en grande y creo que Jordi también.

Aún así, nuestra intención es seguir creciendo, aunque sin concesiones. Yo, al menos, he aprendido bien la lección.

En este sentido, el nuevo modelo de incorporación a la red ya ha dado sus frutos y actualmente hay una persona, a la que por ahora llamaré por su acrónimo de futuro nodo PMOU, que se encuentra en una etapa avanzada del proceso.

Superado el primer gran hito —probablemente el más retador—PMOU avanza con paso firme hacia la superación de los restantes.

Jordi y yo deseamos firmemente que lo consiga y poder anunciar más pronto que tarde su incorporación definitiva a la red.

En el otro extremo del proceso de incorporación está KSAN que, como quien dice, acaba de llegar.

Las sensaciones también son buenas en este caso y nos encantaría que KSAN superara todo el proceso. En cualquier caso, iremos viendo.

Y poco más que añadir. Yo estoy de un humor excelente y muy ilusionado con este proyecto renovado de OPTIMA LAB.

Un nuevo proyecto que, por si fuera poco, viene acompañado de excelentes perspectivas para este 2022 y un montón de iniciativas apasionantes. ¿Qué más se puede pedir?

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