viernes, 31 de diciembre de 2021

Diez años de consultoría artesana

Por: José Miguel Bolívar

Fin de año, tiempo de balance y, en este caso, tiempo también de celebración: ¡son ya diez años de consultoría artesana!

Soy de naturaleza optimista y, a pesar de ello, nunca imaginé —cuando empecé este camino artesano— que la experiencia podría llegar a ser tan positiva y enriquecedora como lo está siendo.

Porque sí, claro que hay momentos complicados —los hay en todos los caminos—, pero el balance global hasta la fecha difícilmente podría ser más satisfactorio.

Algo parecido ocurre con el balance del año, un año que se presentaba como un simple periodo de transición y que —sobre todo en su recta final— va a ser un año decisivo en muchos aspectos.

Empezando una vez más por lo más sencillo —mis hábitos saludables— parece que me cuesta mantener el ritmo simultáneamente en todas las áreas en las que me marco ciertos estándares.

El año pasado mejoré en lectura, horas de sueño y actividad física, pero empeoré en peso. Este año he mejorado en peso, horas de sueño y actividad físisca, pero he empeorado en lectura.

La «culpa» la tienen los videojuegos, jajaja. Bueno, hablando en serio, ya me ha ocurrido antes y sé que la «adicción» pasará y volveré a leer al ritmo que me gusta. A ver si el año que empieza no fallo en ninguna.

La nueva normalidad es virtual

Reconozco mi incesante admiración por la resistencia al cambio que ofrecen tantas personas. Sinceramente, me cuesta entender una actitud tan poco adaptativa.

Creo que, al margen de cualquier tipo de valoración, estamos en un punto de inflexión histórico hacia un futuro en el que la virtualidad será cada vez más protagonista de nuestras vidas.

Esto puede gustar o no, pero es lo que hay. Por mi parte, lo acepto como inevitable, así que me centro en qué puedo hacer yo en mi zona de influencia para adaptarme lo mejor y más rápido posible a este futuro inminente.

Profesionalmente, por ejemplo, en las últimas Jornadas OPTIMA LAB —sobre las que escribiré mi próximo post— hemos tomado algunas decisiones estratégicas de gran calado para alinear el proyecto con esta realidad.

Y en lo personal, he aprendido a cuestionarme sistemáticamente la presencialidad. Si me aporta valor, opto por ella; en caso contrario, me resisto a ella. Hay mucho de inercia en nuestros comportamientos.

Entender para aceptar

Como comentaba en mis crónicas del año pasado, 2020 fue un año duro, entre otras cosas por el enorme impacto que tuvo en el proyecto OPTIMA LAB.

Decía también en ellas que aquella situación me llevó a hacer mucha introspección y autocrítica y que la conclusión a la que llegué es que habían sido mis errores acumulados los que habían propiciado la debacle.

Esta conclusión tuvo un efecto balsámico temporal. Soy una persona muy racional y necesito entender las cosas para aceptarlas y seguir adelante.

Y en este caso notaba que algo faltaba, que las piezas no terminaban de encajar.

Sí, estaba claro que mis errores tenían mucho que ver con lo ocurrido en el proyecto, pero ¿cuáles eran las causas de mis errores?

Me gusta sopesar al detalle todas las opciones antes de tomar una decisión. Busco siempre tomar la decisión correcta, sea luego acertada o desacertada.

A pesar de ello, en lo que a OPTIMA LAB se refiere, he tomado muchas decisiones que han resultado ser desacertadas, muchas más de las que cabría esperar al tomar decisiones correctas. ¿Por qué?

Con todo esto rondando en segundo plano por mi cabeza, tuve oportunidad de asistir como invitado al piloto del Nivel 3 de la Formación GTD® oficial en su formato virtual.

Si conoces algo de GTD, sabrás que el Nivel 3 aborda los Horizontes Superiores: Propósito y Valores, Visión, Metas y Objetivos.

Participar en esta formación, con todas las preguntas que me incitó a plantearme, abrió la caja de Pandora.

Ahora lo tenía claro. Necesitaba más respuestas y estas estaban más allá de las que era capaz de encontrar por mí mismo, así que decidí buscar apoyo profesional.

No eres tú, soy yo

Este proceso de acompañamiento profesional en busca de respuestas —en el que todavía continúo— es una de las mejores decisiones que he tomado en muchos años.

Gracias a él he descubierto información clave sobre mí que me está permitiendo entender y dar sentido no sólo a lo ocurrido en OPTIMA LAB sino también a otras muchas situaciones de mi vida.

Entre otras cosas, me he dado cuenta de que algunas de las premisas más importantes de las que partía en mi interacción con otras personas eran totalmente erróneas.

Me está llamando también poderosamente la atención cómo cambia todo cuando cambia la perspectiva, cómo un mismo hecho adquiere un significado completamente distinto modificando un simple detalle.

Y he comprendido que la causa principal de mis errores estaba en que me faltaba esta información clave de la que ahora dispongo.

Gracias a ella he podido comprender y aceptar; aprender de ello y superar. Ahora siento que todas las piezas encajan y no falta ni sobra ninguna.

Money, money, money

En cuanto a la pasta, 2021 ha sido un año espectacular teniendo en cuenta la situación general en la que nos encontramos.

El incremento en facturación sobre el año anterior ha sido superior al 55%, lo que nos ha permitido volver a las cifras de 2018, las segundas mejores en nuestra historia como red.

El lanzamiento del Nivel 2 en formato virtual, el crecimiento imparable de la formación en abierto y el buen funcionamiento del GTD Coaching han tenido mucho que ver.

De cara a 2022, las expectativas son muy altas y creo que si no alcanzamos de nuevo nuestro máximo histórico de 2019 nos quedaremos muy cerca.

Para ello, confiamos en los Packs Empresa —una iniciativa disruptiva que marcará tendencia—, varios proyectos a punto de ver la luz, el lanzamiento del Nivel 3 virtual y las nuevas promociones que estamos lanzando para acercar la Formación GTD® oficial a todo el mundo.

Lo mejor empieza ahora

Decía que 2021 se presentaba como un año de transición y en realidad ha sido un año crucial que marcará un antes y un después en muchos aspectos.

Para OPTIMA LAB, 2021 significa el punto final de una época y de un enfoque muy concreto del proyecto.

Aunque escribiré sobre ello con más detalle en las crónicas de las últimas Jornadas, 2022 verá el nacimiento de un proyecto renovado de OPTIMA LAB.

En lo personal, quiero seguir avanzando en autoconocimiento y también en mi camino para dominar GTD, un camino del que cada vez disfruto más.

Otro aspecto en el que quiero profundizar es en la metodología Zettelkasten. La he descubierto hace relativamente poco y ahora la estoy estudiando de cara a aplicarla para mi próximo libro.

Y hablando de aprender, mi compañero Jordi Fortuny compartía recientemente su aprendizaje de una década, un post imprescindible, para enmarcar. Te lo recomiendo.

Yo también he aprendido mucho por el camino durante estos diez años y este aprendizaje supone una dosis extra de motivación para disfrutar de la próxima década.

Lo mejor empieza ahora.

¡Un fuerte abrazo y Feliz 2022!

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viernes, 17 de diciembre de 2021

Productividad Personal Edición 2022: Reflexiones Día 5

Por: José Miguel Bolívar

En este quinto post de la serie Productividad Personal Edición 2022 voy a compartir contigo mis reflexiones sobre los capítulos 11, 12 y 13, ya en la Segunda Parte del libro, titulada «Usando GTD®».

Por qué necesitas control y perspectiva

Releyendo la introducción que hago del concepto «Control» de GTD, me llama la atención lo bien que ha resistido el paso del tiempo.

La utilidad máxima del control es sentirte bien con lo que no haces, algo imprescindible en un mundo en el que —por definición— siempre van a quedar cosas sin hacer.

Saber en todo momento qué no estás haciendo es lo que te permite centrarte en lo que sí estás haciendo. En otras palabras, el control te permite fluir.

El control también es la clave que posibilita la planificación adaptativa, el «vamos viendo» inteligente, la adaptabilidad máxima y una muestra indiscutible de flexibilidad cognitiva.

Dónde no estoy tan conforme con lo escrito es en lo que se refiere a la perspectiva.

Lo que escribí es correcto. La perspectiva consiste en tener claras las consecuencias de las decisiones que tomas, sí, y también muchas más cosas.

Por ejemplo, la perspectiva te permite conjugar los diversos aspectos de tu vida en un todo coherente que integra el corto, medio y largo plazo.

También te ayuda a tomar elecciones alineadas con lo que es importante y valioso para ti, con tu propósito.

Y a ganar y/o recuperar el equilibrio, si esto es algo que quieres y valoras.

Sin olvidar que, por supuesto, la perspectiva es esencial para priorizar con sentido y confianza.

Todo empieza vaciando la mente

Este título es un poco engañoso ya que, en realidad, vaciar la mente es un proceso continuo que involucra diversos comportamientos.

Por tanto, disfrutar de una mente vacía no es el resultado de un acto, sino de la aplicación sistemática de un conjunto amplio de hábitos.

La «fiabilidad» de la que hablo en este capítulo es un equilibrio inestable, ya que, como nos recuerda el segundo principio de la termodinámica, «todo tiende al desorden».

Eso implica que hay que desarrollar no uno sino varios comportamientos para que la fiabilidad del sistema se mantenga a lo largo del tiempo.

En este capítulo del libro ya adelanto todo esto pero, releyéndolo ahora, se me queda un poco corto.

Otro aspecto sobre el que hoy profundizaría más es precisamente sobre la «fiabilidad del sistema».

Igual te explota la cabeza cuando leas esto, pero —como nos explicaba Allen en una reunión de la CoP de Master Trainers— tú eres parte de tu sistema.

Sí, has leído bien. Como también dice Allen, «un sistema que no se usa no es un sistema». Eso significa que la calidad de tu sistema depende —también— de la calidad del uso que haces de él.

Esto es algo que he aprendido a reconocer con claridad en los últimos años. Y es algo que —reconozco— no deja de sorprenderme, por lo tremendamente absurdo que me parece.

Hay muchas personas que dedican una cantidad de recursos ingente a su sistema externo para luego apenas utilizarlo. Eso significa que la calidad de su sistema deja mucho que desear, por muy cool que sea su apariencia externa.

Así que cuando digo que Ejecutar es el paso peor entendido de GTD lo digo —por desgracia— con pleno conocimiento de causa. Yo que tú, intentaría que no fuera mi caso 😉

Control e innovación en el trabajo del conocimiento

Un cambio que hemos introducido recientemente en nuestras formaciones es aclarar que los 5 pasos no son pasos. No, al menos, en el sentido en el que la mayoría de la gente supone.

La expresión «5 pasos» da a entender —a un amplio porcentaje de personas— que se trata de cinco actividades que se realizan sistemáticamente una detrás de otra. Si sabes GTD, sabes también que esto no es así.

A día de hoy, aunque seguimos utilizando «5 pasos», siempre aclaramos que estamos hablando en realidad de 5 mejores prácticas que:

  • No tienen lugar consecutivamente.
  • Están interrelacionadas —comparten un mismo fin— pero son independientes.
  • La frecuencia con la que se aplican varía enormemente, desde una vez a la semana a continuamente.

De hecho, el propio Allen también habla en muchas ocasiones —por ejemplo, en este post— de «cinco hábitos y mejores prácticas» en lugar de hablar de cinco pasos.

Por lo demás, el capítulo sigue siendo válido.

En lugar de aplicar estas cinco mejores prácticas «a medias» y todas a la vez —que es la práctica habitual—, GTD propone aplicarlas «por completo» y de manera independiente, estando a lo que estás, es decir, eficientemente.

En un próximo post de la serie hablaré sobre el capítulo del libro dedicado al «Significado de los conceptos clave de GTD®», uno de los favoritos de muchas personas y que además promete dar mucho juego. ¿Te lo vas a perder?

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viernes, 10 de diciembre de 2021

Completar-crear, el ciclo infinito de GTD

Por: José Miguel Bolívar

En este post voy a compartir contigo una serie de reflexiones sobre completar-crear, el ciclo infinito de GTD, y también sobre sus implicaciones.

Yo le debo este descubrimiento a David Allen y reconozco que en un primer momento fui incapaz de vislumbrar la amplitud de su alcance.

Afortunadamente, sí intuí que estaba ante una reflexión de enorme valor, motivo por el que decidí profundizar en ella.

Ahora, unos años después, este trabajo sostenido de reflexión me ha permitido entender por fin su alcance e implicaciones y, con ello, dar un salto cualitativo en mi dominio de GTD®.

Mi intención es que estas reflexiones sobre completar-crear, el ciclo infinito de GTD, te resulten tan esclarecedoras y llenas de potencial como me resultaron a mí en su día.

Las grandes cosas ocurren por casualidad

En septiembre de 2018 tenía lugar en Ámsterdam el estreno mundial del curso de Formación GTD® oficial de Nivel 3, así como el primer curso de certificación para Master Trainers de este Nivel.

Contar, como es habitual, con la presencia activa de David Allen durante el curso es un verdadero lujo. Y poder escuchar sus reflexiones de primera mano, un lujo aún mayor.

En este caso, además, la ocasión era particularmente propicia para las reflexiones de alcance.

Acababa de terminar la GTD Conference, que incluía el lanzamiento del Nivel 3, y allí estábamos David y Kathryn Allen, Ana María González y una selección mundial de Master Trainers conviviendo durante 3 días completos.

Capturé un buen montón de «perlas». Una de las principales fue que «GTD is life design and implementation», sobre lo que ya he escrito en un par de posts.

La otra gran perla fue el continuo «completion-creation», es decir, completar y crear.

Si quieres leer un resumen que hizo el propio Allen unos meses después en una de sus newsletter, lo tienes aquí.

El continuo completar-crear

Comparto a continuación una traducción libre de la reflexión original de Allen.

«Parece que estamos aquí, en el planeta, para aprender cómo hacer y para hacer dos cosas: completar y crear. Somos responsables de lo que ponemos en marcha y necesitamos gestionarlo.

Completar significa conseguir el control sobre todo aquello en lo que hemos invertido nuestra atención y/o con lo que nos hemos comprometido.

Crear es enfocar proactivamente nuestra energía hacia resultados más amplios y enriquecedores.

Aunque ambos aspectos son primordiales, mucha gente podría hacer mejor la parte completar.

Nuestra personalidad cultural parece empeñada en la expansión ilimitada y no tanto en la limpieza. Pensemos a nivel macro en cómo nos enfrentamos (o mejor dicho, cómo no nos enfrentamos) al cambio climático y en el papel que desempeñamos en él.

En uno de mis momentos más sublimes de iluminación, hace muchos años, recibí un mensaje alto y claro de que no tenía que preocuparme tanto por «qué hacer con mi vida».

Ya había creado tanto que lo único que tenía que hacer era lidiar de la mejor manera posible con lo que estaba presente frente a mí, completándolo tan rápida y limpiamente como pudiera.

Que la cinta transportadora de la vida ya me entregaría la siguiente experiencia tan pronto como yo hubiera prescindido de la última.

Ha sido un buen consejo.

Cuando trabajo con personas para que cierren y completen todas las «cosas» que tienen en su escritorio, en su correo electrónico y en su mente, he visto —sin excepción— cómo estalla en ellas una energía creativa considerable».

Implicaciones de completar-crear en el día a día

Creo que voy a compartir mejor contigo mis reflexiones si utilizo una metáfora, así que imagina que tienes un caudal de creatividad, como si fuera un río.

Cada vez que comienzas un proyecto parte de tu caudal de creatividad se desvía del cauce central para hacer avanzar ese nuevo proyecto.

Igual que no todos los ríos llevan la misma cantidad de agua, no todos tus proyectos requieren del mismo caudal creativo para avanzar.

Si abres demasiados proyectos, el caudal creativo disponible para cada uno de ellos puede llegar a ser demasiado escaso como para hacerlos avanzar.

Cuando un proyecto se queda parado largo tiempo, el caudal creativo que ocupa no sólo deja de estar disponible para otros proyectos, sino que se queda estancado. Ya sabes cómo terminan las cosas estancadas.

Cuando completas un proyecto, el caudal creativo que estabas empleando para hacerlo avanzar se libera, reincorporándose de nuevo al caudal principal para poderlo aplicar a nuevos proyectos.

De manera análoga, cada vez que completas una acción, liberas parte del caudal creativo para poder hacer otras.

Alcanzas el aprovechamiento óptimo de tu creatividad cuando logras un equilibrio entre lo que creas y lo que completas.

Tres reflexiones extra para terminar

La primera reflexión es que la lista Algún día / Tal vez —esa que tanta gente confunde con «el cajón de los sueños perdidos»— es en realidad la mejor herramienta de que dispones para gestionar tu caudal creativo con efectividad.

Establecer un flujo bidireccional y fluido entre tu lista de Proyectos y tu lista Algún día / Tal vez es la manera idónea de asegurar que tu caudal creativo nunca se estanque.

También te puede ayudar usar una lista de proyectos on-hold. Ten en cuenta que ni los proyectos incubados ni los temporalmente parados utilizan caudal creativo.

La segunda reflexión es que cada vez que completas una acción, algo cambia en tu mundo, algo es distinto de como era antes de que la completaras; y también liberas caudal creativo.

La manera de que ese caudal creativo no se pierda es capturar bien. De ahí la importancia de aprender a que lo esperado también te llame la atención.

La tercera y última reflexión es que la creatividad se expresa haciendo, completando cosas. Los resultados que consigues haciendo cosas son la expresión de tu creatividad.

Espero que el post te haya resultado útil y, si te animas, me encantará continuar la conversación en los comentarios.

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viernes, 3 de diciembre de 2021

Por qué publico bajo licencia Creative Commons

Por: José Miguel Bolívar

Es este post voy a explicar por qué publico bajo licencia Creative Commons todos mis contenidos desde mis comienzos.

Cada cierto tiempo ocurre que alguna persona se pone en contacto conmigo preguntándome si puede reproducir, utilizar o citar todo o parte del contenido de alguno de mis posts o de mi libro.

Como mi respuesta es siempre la misma, he pensado que sería buena idea escribir un post específico sobre el tema al que poder redirigir cuando a alguien se le plantean estas dudas.

Creo también que es importante aclarar algunos malentendidos habituales que tienen lugar con este tipo de licencias y, más concretamente, en relación con qué permiten hacer y qué no.

Y, por supuesto, como firme creyente en la bondad de esta fórmula para socializar el conocimiento, me gustaría aportar mi granito de arena a su difusión.

Creative Commons y yo

No recuerdo muy bien qué me llevó a tomar la decisión de publicar todas mis obras bajo licencia Creative Commons, pero sí recuerdo que fue amor a primera vista.

El caso es que en el pie de todas las páginas de este blog puedes encontrar un texto que dice:

«Todo el contenido de Óptima Infinito, el Blog de José Miguel Bolívar, está bajo una Licencia Creative Commons 4.0 Internacional (Reconocimiento – Compartir bajo la misma Licencia). 2008-2021 José Miguel Bolívar – Algunos derechos reservados».

También verás un texto similar en los pies de los blogs de los nodos de OPTIMA LAB, un proyecto de red productiva del que, como probablemente ya sepas, soy creador e impulsor.

De manera análoga, en mi libro Productividad Personal, aprende a liberarte del estrés con GTD® aparece lo siguiente:

«José Miguel Bolívar apoya el movimiento CopyLeft y, en concreto, el uso de licencias Creative Commons, bajo las cuales publica todas sus obras. Las licencias Creative Commons estimulan la creatividad, defienden la diversidad y el conocimiento abierto, promueven la libre expresión y el acceso a la información y favorecen una cultura viva al alcance de todos. Esta obra está publicada bajo licencia Creative Commons BY-NC-SA 4.0 Internacional, por lo que puedes copiar, distribuir y comunicar públicamente su contenido, siempre que especifiques el nombre del autor, que no lo hagas con fines comerciales y que no alteres, transformes o generes obras derivadas distintas a partir de él».

Qué es eso del Creative Commons

Por defecto, cuando una persona crea una obra, conserva para sí todos los derechos sobre ella.

Esto significa que no puedes hacer nada con esa obra (legalmente, se entiende) sin permiso de la persona autora de la misma.

Lo que hacen las licencias Creative Commons es autorizar determinadas actividades sobre la obra sin necesidad de obtener permiso previo por parte de la persona autora, ya que el permiso está concedido de antemano.

Por ejemplo, las licencias Creative Commons te pueden autorizar a reutilizar todo o parte del contenido, modificarlo para generar obras derivadas o incluso comercializar dichas obras derivadas. Lógicamente, qué puedes o no hacer va a depender del tipo concreto de licencia.

Por ejemplo, si eres una persona muy observadora, te habrás dado cuenta de que hay una pequeña diferencia entre las licencias Creative Commons de mi blog y de mi libro.

En concreto, la licencia de mi libro es Atribución-No Comercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (BY-NC-SA 4.0 Internacional) y la de mi blog es Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional (BY-SA 4.0 Internacional).

La única diferencia entre ellas es que la licencia del libro no permite crear ni comercializar obras derivadas mientras que la del blog sí lo permite (siempre que se cumpla con los términos de la respectiva licencia).

El motivo de esta diferencia es que el blog es mío y le pongo la licencia que quiero mientras que el libro era un proyecto conjunto con una editorial, por lo que negociamos para encontrar una fórmula que nos convenciera a ambas partes.

Qué puedes hacer y qué no con mis contenidos

Un error habitual es pensar que las licencias Creative Commons te dan derecho a hacer lo que quieras con los contenidos publicados bajo ellas. Nada más cierto de la realidad.

A mí no me gusta el Copyright porque creo que el valor del conocimiento es lo que tú sabes hacer con él y cómo lo haces.

Por eso creo que es una buena idea facilitar ciertos usos de los contenidos siempre que se cumplan determinados requisitos.

Porque esto no va de que la gente haga lo que quiera con las obras de otras personas, sino de fomentar la generación de conocimiento respetando y valorando a su vez el trabajo ajeno.

En concreto, las licencias Creative Commons que utilizo te permiten usar y compartir mis contenidos. En el caso del blog, también puedes crear obras derivadas y comercializarlas.

Ahora bien, las licencias te permiten esto sólo si cumples con sus términos. En caso contrario, estarás actuando ilegalmente.

En concreto, ambas licencias te obligan a citarme a mí como autor de la obra y a enlazar al contenido original. No vale lo uno o lo otro, tienen que ser ambas cosas.

También te obligan a compartir bajo la misma licencia. Es decir, lo que utilices o generes queda automáticamente bajo la misma licencia que estaba el contenido original.

En resumen, puedes copiar, citar, generar obras y comercializarlas (esto último sólo con los contenidos del blog) siempre que al hacerlo:

  1. Me cites como autor del contenido original.
  2. Enlaces al contenido original.
  3. Compartas bajo la misma licencia (BY-SA 4.0 Internacional en el caso del blog y BY-NC-SA 4.0 Internacional en el del libro).

Espero que el post te haya resultado útil y te haya ayudado a tener un poco más claro por qué publico bajo licencia Creative Commons y qué implicaciones tiene.

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